El Departamento del Tesoro de los Estados Unidos pone el foco en las plataformas de intercambio de criptodivisas. La debacle del mercado de esta semana, durante la que volaron miles de millones de dólares ha elevado a primera fila el debate en torno a un mayor escrutinio regulatorio en EEUU sobre la compraventa de estos activos, en aras de proteger a los consumidores. Uno de los primeros pasos será que los criptobrókers y los custodios informen de las transacciones de criptografía superiores a 10.000 dólares al Servicio de Impuestos Internos.