La lógica impone que los que apostaron contra Popular han sacado matrícula de honor en su inversión. La acción vale 0 euros; en realidad –0, después de la valoración encargada por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB): de –2.000 a –8.200 millones de euros. Que una acción cotice a 0 es el máximo retorno que un inversor puede obtener si ha apostado contra un valor en Bolsa.
Pero aquí se da una paradoja. El subyacente ha desaparecido: los cerca de 4.200 millones de títulos que tenía Popular hasta el cierre del martes han sido amortizados para enjugar las pérdidas futuras que tendrá que afrontar el banco que preside Ana Botín. Tendrá que hacer ese esfuerzo, junto con una ampliación de capital de 7.000 millones para absorber la otrora modélica entidad en eficiencia y rentabilidad.
Las únicas acciones que existen de Popular son las que procede de la conversión de los instrumentos de capital de nivel 2 (deuda subordinada por 684 millones de euros), y todas ellas han sido adquiridas por Santander a un euro. Los intermediarios consultados señalan que no se debe hacer tabla rasa con las distintas fórmulas para apostar por la caída (ponerse cortos) de un valor.
Por un lado, están los derivados cotizados en el mercado oficial de futuros y opciones español, MEFF, propiedad de BME, que en las próximas horas lanzará una nota técnica que explicará el protocolo para cerrar las posiciones. MEFF está en coordinación con emisores e intermediarios para ver la fórmula más adecuada. Ha anunciado en una nota que liquidará todas sus opciones a cero (no existen futuros sobre las acciones de Popular).
Los warrants también cotizan en la Bolsa y ya hay ejemplos de cómo se ha hecho, como Commerzbank. Los warrants put (que apuestan por caídas) se han valorado al máximo, y los call (que suponen una inversión confiando en la futura alza del activo subyacente), a cero. Los que compraron derechos de venta en el primero obtendrán 0,80 euros por cada uno; los que lo hicieron en el segundo, un euro por unidad. Según un hecho relevante remitido a la CNMV, contaba con dos emisiones ganadoras. Los inversores que habían comprado en la primera, con vencimiento en junio, obtendrán 0,80 euros por cada título adquirido; los que lo hicieron en la que vencería en diciembre, obtendrán 0,80 euros por unidad Los warrants del banco germano, sin embargo, no cotizan en la Bolsa española, sino en la alemana. Puede haber diferencias de calado en la interpretación.
Los derivados que sí cotizan en España son los de Societé General y BBVA. Ambas entidades comunicaron este jueves también la resolución de sus warrants según el modelo de Commerzbank. Los que apostaban por subidas lo han perdido todo, mientras que los que esperaban bajadas han ganado el máximo posible. En cuanto al primero, contaba con nueve opciones de compra que suman unas pérdidas de 9,85 euros por cada acción. Algo que contrasta con las ganancias de 4,5 euros por derivado de cinco emisiones. De todos ellos, el que más posiciones cortas tenía era BBVA. 18 emisiones call y 15 put.
En las posiciones cortas ejecutadas directamente a través de un contrato bilateral que no cotiza (over the counter y OTC, en la jerga) hay dudas. El inversor que apuesta por caídas ha pedido las acciones para venderlas, después recomprarlas, llevarse la plusvalía o sufrir la minusvalía correspondiente. Si el bajista toma prestada una acción que vende a 1 euro y después recompra a 0,5, se embolsa 0,5 euros de beneficios; a continuación, le devuelve esa acción a su legítimo propietario. Si el bajista toma prestada una acción que vende a 1 euro y después recompra a 1,5, pierde 0,5 euros. El proceso es exactamente el mismo: a continuación devuelve esa acción a su dueño.
"Aquí todo depende de la letra pequeña del contrato. Lo lógico es que, aun no habiendo subyacente, se liquide por diferencias, puesto que la acción vale cero. Pero puede haber una cláusula que determine que para liquidar la operación es obligatoria la devolución de las acciones, y estas ya no existen", explica una fuente financiera.
En los contratos por diferencias (CFD) no hay unanimidad. Enrique Martí, consejero delegado de iBroker Global Markets, explica que lo justo es valorar las acciones a 0 euros. "Yo vendo contratos de CFD que tienen como espejo un activo subyacente. No es lógico que no liquide la posición con la excusa de que no hay subyacente, cuando es obvio que todo su valor se ha volatilizado". El intermediario liquidó el jueves sus productos y envió una carta a los clientes para clarificar la situación. Ha abonado ya sus clientes el importe ganado el jueves a las 17 horas.
En ella, iBroker reclama su "obligación" como emisor de los CFDs establecer un precio de liquidación del CFD. Sin embargo, admite la duda. Abre la puerta a que la forma de liquidarlos no haya sido la correcta y pueda tener que modificar lo reembolsado a los clientes. De hecho,explica que esta fue la razón por la que tardó más de 24 horas en proceder a estas liquidaciones. Esperaba por si en este tiempo se conociese alguna resolución de las autoridades que clarificase el proceder.
En el caso de De Giro, han decidido a última hora del jueves que liquidarán el viernes tanto sus posiciones cortes en acciones como de CFDs igualmente a cero. Los bajistas podrán cobrar sus ganancias. Alvaro Vidal, responsable en España de la firma, asegura que el martes (un día antes de la intervención) ante el aumento del riesgo, avisaron a todos los clientes con posiciones cortas que iban a recategorizarla. Prohibieorn entonces abrir nuevos cortos y eliminaron el margen de las acciones. Otras casas de bróker no tienen tan clara la resolución y, por ejemplo, en IG Markets aún no tienen claro cómo resolverán la ecuación tanto para los CFDs como para cerrar las posiciones bajistas.