Citadel vuelve al accionariado del holding de aerolíneas dueño de Iberia y British Airways después de la operación de compraventa que le reportó plusvalías del 100% entre marzo y mayo.
Vuelve a probar suerte el gran oportunista de Londres.
Citadel, una de las gestoras de ‘hedge funds’ de la City londinense, acaba de construir una posición superior al
1% en el capital del holding aéreo
IAG, dueño de compañías como
Iberia, Vueling, Aer Lingus o British Airways, según los registros de la CNMV. No es la primera estrategia que despliega en 2020 sobre la empresa que preside
Antonio Vázquez. Entre
marzo y mayo dio un ‘pelotazo’ del 50% tras su entrada y salida de la cotizada en plena Covid.
La gestora fundada por
Ken Griffin aterrizó en el accionariado de IAG a mediados de marzo en pleno
‘crash’ bursátil por la pandemia del Covid-19. Citadel construyó una posición en pocas semanas superior al 3% cuando la cotización tocó fondo por encima de los
2 euros por título, en línea con su nivel actual. La inversión llegó a superar el equivalente a 160 millones de euros, aunque se realizó en su mayoría a través de
swaps (permutas financieras) liquidables por diferencias y buscando el máximo apalancamiento, que es como invertir a deuda.
El fondo de Griffin vendió a partir de mayo cuando las expectativas de una recuperación de la temporada turística catapultaron más allá de los 3 euros a la acción de la compañía de transporte aéreo. La plusvalía superó el 50% en cuestión de dos meses. Ahora IAG ha vuelto a la casilla de salida en bolsa y Citadel reaparece en vísperas de la ampliación de capital que busca reequilibrar el balance de IAG ante los meses que están por venir.
Según el registro de CNMV, Citadel Multistrategy Equities Master Fund es el encargado de iniciar la entrada en IAG con la toma del 1% a través de derivados financieros. La posición está valorada en unos 40 millones de euros aunque la inversión es menor debido a que se realiza a través de derivados financieros. Se trata de uno de los fondos de la gestora con sede en el paraíso fiscal de Islas Caimán, la colonia caribeña de Reino Unido.
El efecto dilutivo del 58% de la ampliación de capital no ha asustado al hedge fund. Más bien al contrario, se ha convertido en uno de los atractivos para su operativa ‘long/short’ que juega simultáneamente tanto al alza como a la baja. IAG emite 3.000 millones de nuevas acciones a 0,92 euros cada una y, desde el lunes, cotizará ex derechos, es decir, descontando del precio de cotización el valor teórico de la prima de emisión.
Griffin se convierte así en el cuarto mayor accionista de IAG con ese 3%, por detrás de Qatar Airways (25,1%), Lansdowne Partners (2,9%), Invesco (2%) o el Estado (SEPI). El Gobierno controla alrededor del 2,4% del capital y deberá aportar, al menos, 75 millones de euros de dinero público para respaldar la inyección de capital. Según los términos de la operación, el accionista recibirá 1 derecho por cada de sus acciones, mientras que para poder suscribir 3 nuevos títulos serán necesarios 2 derechos.
Citadel, a través de su fondo Citadel Multi-Strategy Equities Master Fund con sede en Islas Caimán, contrata ese derivado sobre el 1% que se liquida por diferencias a cambio de un pago de un tipo de interés. No obstante, el inversor no detalla a la CNMV los términos de su operativa, ni con quién ha firmado ese contrato privado. Fuentes financieras sitúan a Citadel en la órbita de alguno de los bancos de inversión que no participan en la colocación de acciones de IAG y eso deja pocos posibles nombres, entre ellos, JPMorgan, uno de los grandes financiadores de ‘hedge funds’ y copartícipe de sus operativas a nivel mundial.
La plana mayor de las finanzas de Wall Street y de Europa participará en la venta de acciones entre grandes clientes. Goldman Sachs y Morgan Stanley dirigen la operación en la que también participan en un segundo nivel BBVA, Santander, Deutsche Bank, Barclays, Bank of America, Citi y Credit Suisse. El 25 de septiembre se cerrará la cotización de los derechos de la ampliación y el 7 de octubre está previsto que comience a cotizar. La incertidumbre, no obstante, es máxima debido a que solo Qatar Airways se ha comprometido a respaldar la inyección de nuevos fondos. Tres cuartas partes de la operación penden de un hilo: la receptividad del mercado con IAG y su supervivencia.