Pues bien, en Estados Unidos, la riqueza y los desequilibrios en la distribución han crecido sustancialmente de forma paralela. En 1981, primer año de la era Reagan, el índice de Gini era del 35,5%; en 1993, con Clinton en la Casa Blanca, había subido al 38%. En 2022, el último año disponible en la serie del Banco Mundial, el índice alcanzó el 41,3%. Por supuesto, la curva ha fluctuado algo entre máximos y mínimos, pero la tendencia es muy clara, al igual que el significado político.
Ni las administraciones republicanas ni las demócratas, empezando por Reagan, saltando a Clinton y siguiendo con Barack Obama, Donald Trump I y Joe Biden han conseguido distribuir de forma más justa la enorme riqueza que produce el país. Algunos, como Obama, se han esforzado más que otros. Pero los datos muestran que hoy el nivel de desigualdad en EEUU es similar al de Malasia, Argentina, México e, irónicamente, el propio Lesoto. Los países competidores se enfrentan a desequilibrios menores. En China, el valor del Índice de Gini es del 35,7%; en India, del 32,8%; en Alemania, del 32,4%; en Italia, del 34,8%.
Ni las administraciones republicanas ni las demócratas, empezando por Reagan, saltando a Clinton y siguiendo con Barack Obama, Donald Trump I y Joe Biden han conseguido distribuir de forma más justa la enorme riqueza que produce el país. Algunos, como Obama, se han esforzado más que otros. Pero los datos muestran que hoy el nivel de desigualdad en EEUU es similar al de Malasia, Argentina, México e, irónicamente, el propio Lesoto. Los países competidores se enfrentan a desequilibrios menores. En China, el valor del Índice de Gini es del 35,7%; en India, del 32,8%; en Alemania, del 32,4%; en Italia, del 34,8%.
El mundo.es