El 60% de los sectores muestran un crecimiento débil, el peor registro desde 2020
- Los sectores farmacéutico y turístico serán los principales impulsores del crecimiento.
- La hostelería creció al 6,9% en 2023 por la llegada de 85 millones de turista
Desde abril de 2023 ha habido un enfriamiento en la actividad económica, con el 60% de los sectores mostrando un crecimiento débil o muy débil, el peor registro desde 2020, según el análisis del Indicador Sectorial de CaixaBank Research. Las ramas más intensivas en energía de la industria manufacturera y el sector agroalimentario experimentaron los mayores contratiempos. Por el contrario, sectores como la automoción y la hostelería mostraron una resistencia notable. No obstante, este último aparece en el parte de enfriamiento debido a que, en comparación con la excepcional reactivación que experimentó en 2022, su indicador ha descendido en términos anuales. Este sector experimentó un crecimiento estimado del 6,9% en 2023 y se benefició de la llegada de más de 85 millones de turistas internacionales, superando los niveles prepandemia.
La fabricación de materiales de transporte también ha experimentado una reactivación después de años de dificultades debido al descenso en la demanda, el aumento de los costes y los problemas en las cadenas de valor globales.
Este punto de inflexión sugiere que los sectores están superando los obstáculos surgidos en los últimos años y están encaminándose hacia un crecimiento más estable y sostenible. De hecho, en los próximos dos años, 2024 y 2025, se anticipa un impulso considerable en el crecimiento económico de España con dos sectores tractores, el farmacéutico y el turístico.
Esto muestra cómo los impactos significativos sufridos por la economía española entre 2020 y 2023, como la pandemia de la Covid-19, la crisis energética relacionada con la guerra en Ucrania, y el aumento de la inflación y los tipos de interés, afectaron de manera desigual a los 24 sectores económicos estudiados. De hecho, ha habido un enfriamiento del sector manufacturero, especialmente afectado por el aumento de los costes de producción y la disminución de la demanda externa. La industria manufacturera inicialmente enfrentó las disrupciones en las cadenas globales de suministro después de la pandemia. A pesar de todas estas adversidades, el sector manufacturero logró recuperar en 2023 los niveles que tenía antes de la pandemia, tanto en términos de VAB como en empleo. Esto se debió a una posición financiera relativamente sólida, la mitigación de los cuellos de botella y el control de los costes de producción.
Otras ramas afectadas son el sector agroalimentario, la industria extractiva, la auxiliar de la construcción, la textil y el calzado, la papelera y la refinería.
Además, según datos del INE, el VAB de las actividades inmobiliarias se contrajo un 2,5% debido a la caída en las compraventas de viviendas en un entorno de tipos de interés más altos. Además, el VAB del sector primario descendió un 2%, tras el fuerte descenso registrado en 2022 (-19,8%), como resultado de la persistente crisis del sector asociada con la sequía y los altos costes de producción.
En cuanto al mercado laboral, la investigación muestra que solo cuatro sectores tienen un crecimiento débil en los indicadores relacionados con el empleo: el sector primario, la industria extractiva, la textil y el calzado, y la industria maderera. Por el contrario, casi la mitad de los sectores están experimentando una fase de expansión en este aspecto. Los sectores de transporte y logística, hostelería, e información y telecomunicaciones son los que están mostrando un mejor desempeño en términos de empleo.
Con todo esto, las perspectivas para la economía española en el bienio 2024-2025 son positivas, aunque se espera una ligera moderación en el crecimiento del PIB. Según las últimas previsiones de CaixaBank Research, se anticipa que el crecimiento del PIB pasará del 2,5% en 2023 a un 1,9% en 2024, para luego consolidarse en un 2,2% en 2025.
Química y Farmacia tiran del carro
CaixaBank Research observa ciertas tendencias positivas: la industria química y farmacéutica, el suministro de agua y el comercio minorista están mejorando y se encuentran en el cuadrante de expansión. Además, muchas industrias que han sido afectadas por el aumento de los costes en los últimos años muestran signos de recuperación y se sitúan en el cuadrante de recuperación, como la industria maderera, papelera, extractiva y auxiliar de la construcción, así como el sector primario. Las actividades inmobiliarias, la fabricación de material de transporte y la hostelería continúan entre los sectores con mejores resultados, aunque se están desacelerando en comparación con el año pasado y se encuentran en el cuadrante de enfriamiento.
El sector exterior lastra el crecimiento
En cuanto al sector exterior se desvela que ha estado impactando negativamente en la actividad económica desde 2022, y su deterioro se intensificó en 2023. Este aspecto ha representado un lastre significativo para la economía en su conjunto, con cerca del 70% de los sectores mostrando un deterioro en sus flujos comerciales. Este deterioro ha sido especialmente intenso en sectores como la industria extractiva, la papelera y la textil y el calzado.
La industria manufacturera es especialmente dependiente de las exportaciones y ha experimentado un deterioro en las ventas al exterior debido a varios factores en los últimos años. Recientemente, el enfriamiento de los principales socios comerciales europeos ha representado un desafío adicional para los sectores más orientados a la exportación hacia Europa, como el sector primario, la industria maderera y la fabricación de maquinaria.
En contraste, en el ámbito de los servicios, los ingresos provenientes del exterior han mostrado un desempeño relativamente mejor. Esto se debe en parte al creciente atractivo internacional del mercado residencial y turístico, así como a la aceleración de los procesos de digitalización de la economía. Estos últimos han impulsado los servicios internacionales de consultoría, información y telecomunicaciones en los últimos años.
Las ramas más orientadas al exterior en términos de exportaciones son principalmente sectores industriales, como la automoción (64%), la refinería (59%), la química y farmacéutica (46%), la maquinaria (41%), y otras como la joyería o los juguetes (38%). En cuanto a los servicios, destacan el transporte y la logística, así como la información y las telecomunicaciones, ambos con una intensidad exportadora del 19%.
Por otro lado, las actividades inmobiliarias, el comercio minorista y los servicios sociales y de ocio son los sectores con menor orientación exportadora.