El bono americano se dirige sin remedio al 5% y mete miedo a Wall Street: cuando ha escalado así, ha habido tragedia en las bolsas
Un artefacto más que conocido está dibujando una parábola ascendente en el cielo que está asustando a los inversores de Wall Street. El rendimiento del bono del Tesoro a 10 años, el de referencia para EEUU y realmente para los mercados financieros globales, se está dirigiendo a marchas forzadas hacia el 5% en una escalada que no trae los mejores recuerdos a los operadores. Las últimas veces que el rendimiento del T-Note subió de esta manera, el dolor se desató en las bolsas. Y lo peor es que eso no fue hace tanto.
Ahora mismo, el rendimiento a 10 años se encuentra coqueteando con la zona del 4,7%, el nivel más alto desde abril después de un aumento casi ininterrumpido de más de un punto porcentual desde mediados de septiembre. Este movimiento se asemeja al que se observó en 2022 y 2023, que estuvo acompañado de fuertes caídas en las acciones globales. En 2022, el S&P 500 borró un contundente 19,44%. El bono había pasado del 2,5% a superar el 4% en la segunda mitad del año. En el otoño de 2023, las bolsas mundiales (el índice MSCI) cayeron cuando el bono viajó rápidamente del 3,5% al 5%. Sin embargo, avisan desde Bloomberg, esta vez, el repunte de las acciones solo se ha tomado un respiro suave, lo que deja margen para una caída si los rendimientos siguen aumentando.
En las últimas carreras del bono americano, las acciones de crecimiento (
growth), como las
tecnológicas, fueron las más afectadas. "Estas compañías
descuentan en sus valoraciones importantes crecimientos futuros de resultados, cuyo valor presente se ve reducido al aumentar la tasa de descuento empleada, tasa que suele calcularse utilizando el denominado 'tipo de interés sin riesgo', que normalmente suele ser el rendimiento del bono de EEUU con vencimiento a 10 años. Si este tipo repunta, las valoraciones se corrigen a la baja", explica Juan José Fernández-Figares, estratega de Link Securities. Esta tasa de descuento se puede definir como el cálculo usado para saber cuánto vale en el presente un dinero que se va a recibir en el futuro.
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"Las correlaciones entre los rendimientos de las acciones y los bonos se han vuelto negativas nuevamente", escriben en una nota los estrategas de Goldman Sachs Group, entre ellos Christian Mueller-Glissmann. Estos analistas advierten de que, si los rendimientos siguen subiendo sin buenos datos económicos, esto afectará a las acciones: "Dado que las acciones se han mostrado relativamente resistentes durante la liquidación de bonos, creemos que el riesgo de corrección a corto plazo es algo elevado en caso de noticias negativas sobre el crecimiento".
Una avalancha de emisiones de bonos corporativos y subastas de deuda estadounidense por 119.000 millones de dólares esta semana (y se espera que en las próximas semanas haya más endeudamiento gubernamental) han aumentado la presión alcista (en los rendimientos, cabe recordar que el descenso del precio en los bonos -más ventas-, supone un alza en la rentabilidad exigida). Las señales son claras. La subasta mensual de bonos a 10 años del Gobierno estadounidense ha obtenido el rendimiento más alto desde 2007. La subasta, de 39.000 millones de dólares, se ha adjudicado al 4,68%.
"Necesitamos un poco de certidumbre en materia de política fiscal y escucharemos más sobre ello cuando se lleve a cabo la jura de Trump", señala Gargi Chaudhuri, estratega jefe de inversiones y cartera para América de BlackRock. "Esta incertidumbre sobre una mayor emisión de bonos del Tesoro que llegue al mercado mantendrá alejados a los compradores", avisa.
"Habrá que vigilar a medio plazo el posible impacto de las políticas comerciales y de inmigración de Trump sobre la inflación. Unas expectativas de inflación más elevadas podrían hacer subir aún más los rendimientos de los bonos y lastrar las valoraciones que los inversores en renta variable están dispuestos a pagar por los futuros flujos de caja de las empresas. Las tensiones comerciales también podrían provocar volatilidad en los sectores y mercados afectados", adiciona Tim Murray, estratega de T. Rowe Price.
La perspectiva de una inflación de nuevo más alta, al mismo tiempo que la economía americana sigue fuerte y el enfriamiento del mercado laboral no deviene, de momento, en tragedia, da alas a la lectura de que
la Reserva Federal se contendrá muy mucho con los recortes de los tipos de interés. Un factor que contribuye a mantener elevados los rendimientos de los bonos. En sus últimas proyecciones trimestrales,
la Fed recortó de cuatro a dos sus perspectivas de bajadas para 2025.
A falta de conocer nuevas pistas por parte del banco central, con la atención puesta en el informe oficial de empleo de diciembre que se publica este viernes, los operadores están descontando ahora mismo menos de dos recortes de tipos para este año, situando el primero nada menos que en julio. Un absoluto contraste con las siete bajadas para este año que el mercado llegó a contemplar.
"El sólido crecimiento de la demanda, las políticas económicas favorables al crecimiento de la nueva administración estadounidense y los riesgos inflacionistas de las propuestas políticas para limitar la inmigración y aumentar los aranceles comerciales hacen que los recortes de tipos por parte de la Fed sean cada vez menos probables", certifica David Kohl, economista jefe de Julius Baer.
¿Camino hasta el 6%?
Hasta ahora, los mercados parecen tener confianza en que prevalecerá el escenario ideal de caída de precios, una economía resiliente y una flexibilización gradual de las políticas. La mayoría de los inversores han llegado a 2025 con una actitud muy optimista, especialmente en lo que respecta a las acciones estadounidenses, y han restado importancia a las presiones inflacionarias que podrían derivar de posibles aranceles y políticas estadounidenses bajo la nueva administración.
Pero el miedo se está empezando a abrir hueco. Una prueba es que los inversores se están posicionando para rendimientos mucho más altos. Los datos de opciones del martes del mercado de derivados de Chicago (CME) telegrafiaban unos rendimientos del Tesoro a 10 años del 5% para finales de febrero.
Para algunos analistas, esto solo es el comienzo: Padhraic Garvey, jefe de estrategia de deuda en ING ve rendimientos del Tesoro estadounidense a 10 años cotizando alrededor del 5,5% para finales de 2025, mientras que Arif Husain, también analista de
T. Rowe Price, defiende que
el 6% está dentro del rango de posibilidades. Otros, como Steven Wieting, de Citi, se reivindican como más realistas: el 5% es posible, pero "cerca" es más probable. Su firma estima que los rendimientos de referencia terminarán 2025 en torno al 4,75%.