El líder ruso quiere una nueva arquitectura de seguridad que dé a su país una esfera de influencia en Europa.
El plan inicial de Vladimir Putin de capturar Ucrania en unos pocos días terminó en desastre. Pero después de que Donald Trumpestableciera conversaciones de paz directas con Moscú, eludiendo a Kiev y a sus aliados europeos, el presidente ruso está ahora más cerca que nunca de conseguir lo que quería de una invasión que se prolonga ya tres años.
La principal ambición de Putin, según explican personas que hablaron con él durante la guerra, es establecer una nueva arquitectura de seguridad que dé a Rusia una esfera de influencia en Europa, como la conferencia de Yalta para la Unión Soviética al final de la Segunda Guerra Mundial.
Ahora, EEUU puede estar dispuesto a permitirle tenerla. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ha rechazado las aspiraciones de Ucrania de unirse a la OTAN y recuperar su territorio de manos de Rusia. Putin y Trump hablaron de "cooperación económica bilateral", lo que sugiere que EEUU está dispuesto a dar marcha atrás a sus sanciones contra Moscú.
Y Trump parece decidido a dar marcha atrás en el compromiso de EEUU con la OTAN y dejar a los países europeos la tarea de mantener la paz.
"La situación parece mucho más favorable para Putin que en cualquier otro momento de toda la guerra de los últimos tres años", afirma Alexander Gabuev, director del Carnegie Russia Eurasia Center en Berlín. "Si EEUU simplemente pone fin unilateralmente a su apoyo militar y diplomático, así como al intercambio de inteligencia, Ucrania estará en una posición muy difícil. Y será complicado salir de ella incluso si los europeos se involucran más".
En Moscú, hubo una alegría palpable después de la llamada del miércoles entre Trump y Putin.
"Una sola llamada puede cambiar el curso de la historia: hoy, los líderes de EEUU y Rusia posiblemente hayan abierto una puerta a un futuro determinado por la cooperación, no la confrontación", señala Kirill Dmitriev, responsable de un fondo de riqueza soberana ruso involucrado en conversaciones extraoficiales con EEUU sobre intercambios de prisioneros.
La llamada marcó un giro radical con respecto a la política estadounidense bajo Joe Biden, el predecesor de Trump, quien prometió apoyar a Ucrania "durante el tiempo que fuera necesario" mientras trabajaba con otros países occidentales para aislar a Rusia. Ahora, EEUU ha dicho que la victoria en los términos de Ucrania no es "realista", un cambio que Moscú elogió como un regreso a la razón.
"Finalmente, los estadounidenses se están tomando las cosas en serio sin las ilusiones inútiles que han estado alimentando a los ucranianos desde el comienzo de la guerra. Es sentido común. Y una oportunidad de detener la guerra", declara un ex alto funcionario ruso.
"Putin dejó de llevarse por las ilusiones tres días después", cuando Rusia se dio cuenta de que sus planes para una victoria relámpago habían fracasado, añade el ex funcionario. "Pero los europeos y los estadounidenses han vivido bajo ellas desde entonces, y sólo ahora empiezan a recuperar el sentido común".
Altos funcionarios ucranianos y occidentales afirman que Trump y Putin probablemente intentarán asegurar un alto el fuego para una de estas dos fechas importantes: Pascua, que las iglesias ortodoxa y católica celebrarán el 20 de abril de este año; o el 9 de mayo, cuando Rusia celebra la victoria soviética sobre la Alemania nazi.
"Putin querrá [un acuerdo] en un día tan importante como éste", explica un funcionario ucraniano.
El Kremlin dijo el jueves que Putin recibiría a Trump en Moscú para las festividades del 9 de mayo. Los dos líderes han sugerido Arabia Saudí como un posible lugar para su próxima reunión.
En Moscú, los mercados reaccionaron con regocijo. El rublo se fortaleció un 5% frente al dólar y el principal índice bursátil de Moscú subió un 2,8% hasta su nivel más alto en nueve meses.
Los partidarios de la guerra aclamaron la conversación como una señal de que la victoria de Rusia estaba al alcance de la mano.
"Realmente debe ser doloroso para la UE y Ucrania escuchar esto. Pero su opinión ya no importa", dice Konstantin Malofeyev, un magnate conservador que dirige varias unidades de voluntarios rusos que luchan en Ucrania. "Ucrania es sólo el pretexto para un gran diálogo entre dos grandes países sobre el comienzo de una nueva era en la historia de la humanidad".
Putin le dijo a Trump que quería "resolver las razones del conflicto", lo que indica que Rusia no ha abandonado su objetivo de frenar las ambiciones de Ucrania de unirse a Occidente y de deshacer el orden de seguridad posterior a la Guerra Fría.
Moscú también exige que Ucrania ceda el control de cuatro regiones del sudeste, ninguna de las cuales Rusia controla por completo, y espera que Occidente levante todas las sanciones impuestas desde 2014.
"Lo más importante para Rusia es que Ucrania tenga las garantías de seguridad más débiles posibles", explica Gabuev. "Lo ideal es que Ucrania siga siendo un país sin potencial de inversión, lo más débil posible y desgarrado internamente".
Como Rusia tiene la ventaja en el campo de batalla, Putin podría optar por continuar la guerra si Trump no acepta todas sus demandas, advierte Dmitry Trenin, profesor de investigación de la Escuela Superior de Economía de Moscú.
"Rusia se toma en serio la necesidad de resolver el problema de Ucrania. No está pidiendo la paz. Sabe que las únicas garantías en las que puede confiar son las que puede proporcionarse por sí misma", señala Trenin. "Un acuerdo que no satisfaga los requisitos vitales de seguridad de Rusia sólo garantizaría que pronto habrá otra guerra. Rusia no lo permitirá".
Y agrega: "La lucha no se detendrá con el inicio de las conversaciones; y si no hay acuerdo, continuará".
Ucrania y sus aliados europeos están sorprendidos por el aparente entusiasmo de Trump por complacer a Putin.
"¿Por qué le estamos dando a Rusia todo lo que quiere incluso antes de que hayan comenzado las negociaciones?", pregunta la jefa de política exterior de la UE, Kaja Kallas.
Un funcionario europeo señala: "Es bastante extraordinario que el presidente haya decidido jugar sus cartas de esta manera. No creo que quede ninguna posición negociadora; lo ha expuesto todo".
Pero cualquier tipo de acuerdo integral aún requerirá una importante contribución de los miembros de la OTAN y de Ucrania. "En las cuestiones sustantivas espinosas es demasiado pronto para decir qué está dispuesto y puede dar Trump", afirma Samuel Charap, politólogo de Rand. "Necesitará a Ucrania y a sus aliados a bordo para esas y otras cuestiones relacionadas".
La delegación que Trump designó para negociar con Rusia no incluye a su propio enviado al conflicto, Keith Kellogg, que había sido el funcionario estadounidense más franco a la hora de pedir que se aumentaran las sanciones contra Moscú y se mantuvieran los suministros de armas a Ucrania.
"Esto sugiere que la Administración no va a tomar en serio las preocupaciones fundamentales de Ucrania", afirma un ex alto funcionario estadounidense. "Putin habría visto eso como un respaldo a su visión del mundo y un paso hacia la realización de su sueño de tener una fricción realmente profunda entre EEUU y Europa".
El impulso de Trump para poner fin a la guerra ha cogido por sorpresa a Kiev. Una persona cercana a Volodimir Zelenski asegura a Financial Times que el presidente ucraniano no estaba al tanto de la llamada de Trump con Putin hasta que el presidente estadounidense llamó a Kiev.
Zelenski declaró a los periodistas el jueves que "no era muy agradable" saber que Trump habló primero con el adversario de Ucrania. Insistió en que "no aceptará... ninguna negociación bilateral sobre Ucrania sin nosotros".
Zelenski añadió que lo imperativo era "no permitir que todo saliera según el plan de Putin".
Kiev esperaba poder convencer a Trump de diseñar una posición común para llevar a Rusia a la mesa de negociaciones, y había ofrecido acceso a sus reservas de tierras raras a cambio del apoyo estadounidense.
Por ahora, Kiev y sus aliados europeos observan horrorizados desde el margen, temerosos de que EEUU llegue a un acuerdo desfavorable con Putin para poner fin a la guerra y pagarles la factura.
"Trump está demostrando ser tan malo como temíamos. Está dispuesto a llegar a un acuerdo con Putin a expensas de Ucrania, y todavía quiere que Ucrania le pague en recursos minerales", explica Volodimir Kulik, profesor de ciencias políticas en la Escuela de Economía de Kiev. "La pregunta es qué harán Ucrania y Europa".