La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha decidido acelerar su plan de retirada de estímulos, reduciendo así a partir del próximo mes de enero en 30.000 millones de dólares (26.592 millones de euros) al mes sus compras de bonos y titulizaciones, en vez del ajuste mensual de 15.000 millones de dólares (13.296 millones de euros) aplicado hasta ahora, lo que dejaría a la entidad margen para subir los tipos de interés con mayor intensidad en 2022.
Según ha informado el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), el organismo de la Fed que decide la política monetaria, el instituto emisor comprará en enero del próximo año 40.000 millones en bonos del Gobierno (35.456 millones de euros) y 20.000 millones en titulizaciones hipotecarias (17.728 millones menos).
De este modo, la institución reducirá en enero en 20.000 millones de dólares la cantidad de bonos del Tesoro adquiridos respecto de la cifra prevista para diciembre y en 10.000 millones de dólares (8.864 millones de euros) la de titulizaciones.
"A la luz de la evolución de la inflación y la mejora adicional en el mercado laboral, el Comité decidió reducir el ritmo mensual de sus compras netas de activos en 20.000 millones de dólares para bonos del Tesoro y en 10.000 millones de dólares los valores respaldados por hipotecas de agencias", ha anunciado.
"El Comité considera que probablemente serán apropiadas reducciones similares en el ritmo de las compras netas de activos cada mes, pero está preparado para ajustar el ritmo de las compras si los cambios en las perspectivas económicas lo justifican", ha subrayado.
Por su parte, el FOMC ha decidido mantener sin cambios el tipo de interés de referencia en un rango objetivo de entre el 0% y el 0,25%, señalando que, dado que la inflación ha superado el 2% durante algún tiempo, "espera que sea apropiado mantener este rango objetivo hasta que las condiciones del mercado laboral hayan alcanzado niveles consistentes con las evaluaciones de máximo empleo".
De este modo, la entidad daría por finalizado su programa de compras antes de lo previsto previamente, lo que dejaría a la institución un mayor margen de maniobra para subir los tipos de interés, algo que podría hacer hasta en tres ocasiones a lo largo del próximo año, cuando las previsiones de la Fed apuntan a que la tasa de referencia se situará en torno al 0,9% al finalizar el año.
Asimismo, la entidad prevé continuar subiendo los tipos de interés en 2023, cuando espera que la tasa ronde el 1,6%, mientras que un año después espera que alcance el 2,1%.
En cualquier caso, el banco central de Estados Unidos ha advertido de que el rumbo de la economía sigue dependiendo del curso del virus, expresando su confianza en que los avances en la vacunación y la reducción de las limitaciones de la oferta respalden los continuos avances en la actividad económica y el empleo, así como una reducción de la inflación, aunque ha reconocido que persisten los riesgos para las perspectivas económicas, incluyendo los relacionados con las nuevas variantes del virus.
De este modo, el Comité continuará monitoreando las implicaciones de la información entrante para las perspectivas económicas y ha asegurado que "estaría dispuesto a ajustar la orientación de la política monetaria según corresponda si surgen riesgos que pudieran impedir el logro de sus metas"