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Historias de la Bolsa.

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CÓDIGO AMIGO

Gestión inteligente del capital con Trade Republic: IBAN español y 2% de remuneración sin límite de saldo

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#1246

Históricamente, este es el peor momento para invertir en las bolsas. Veamos por qué.


El S&P 500 está cerca de los 6.000, y a una fracción de punto porcentual de un rebote del 20% desde el mínimo del 8 de abril, lo que cumple al menos una definición de mercado alcista. Sin embargo, los futuros de las acciones se están tambaleando un poco.

Es evidente que los inversores minoristas merecen un agradecimiento especial, ya que han estado comprando con constancia durante las caídas, mientras que los inversores institucionales y los fondos de cobertura se mantenían al margen. Sin embargo, no todos están entusiasmados.


Los analistas de Panmure Liberium, Joachim Klement y Susana Cruz, afirman que el reciente repunte de las acciones estadounidenses se encuentra en terreno inestable. «Mientras que los inversores minoristas vuelven a mostrarse más optimistas sobre la renta variable estadounidense, los fondos de cobertura siguen aumentando sus apuestas en contra de los mercados estadounidenses y a favor de las acciones internacionales. Históricamente, este era el peor momento para invertir en acciones estadounidenses», escribieron.
Los fondos de cobertura siguen aumentando sus apuestas en contra de las bolsas.

En comentarios enviados por correo electrónico, Klement, como los inversores minoristas tienden a seguir el desempeño pasado en lugar de los fundamentos cuando se trata de flujos de fondos, su entusiasmo a menudo se considera un "buen indicador contrario".


"Cuando los fondos de cobertura y los inversores minoristas no están de acuerdo, normalmente son los fondos de cobertura los que ganan al final", dijo.

Klement y Cruz ofrecieron otra advertencia de bandera roja a través de su indicador de sentimiento patentado que muestra la mayor sobrevaluación frente a los fundamentos en los EE. UU. en los últimos 10 años.

“La última vez que tuvimos una sobrevaloración similar fue en agosto de 2022, antes de que el S&P 500 cayera casi un 20%, y antes de eso, en marzo de 2019, antes de que el índice cayera casi un 10%”, dijeron Klement y Cruz a sus clientes en una nota el jueves.


Más información sobre el sector minorista proviene de Vanda Research, cuyos analistas dicen que desde la victoria de las compras en las caídas de abril, esos inversores se han vuelto más audaces y "se han adentrado más en los rincones más riesgosos del mercado".
“Con las ganancias bloqueadas de participaciones principales como NVDA


"En el contexto de las acciones de la lista Mag 7, los operadores de pequeñas empresas se sienten cada vez más cómodos incursionando en estrategias con betas más altas, desde empresas de pequeña capitalización hasta temas de IA de segunda derivada", explicaron Marco Iachini y Lucas Mantle de Vanda a sus clientes en una nota reciente. Una beta más alta se refiere a acciones más volátiles y percibidas como más riesgosas.


“Este comportamiento, si bien no es inusual, sugiere un nivel de complacencia que puede no coincidir con los riesgos macroeconómicos aún persistentes y, por lo tanto, refuerza nuestra sensación de que estamos viviendo las últimas etapas del actual repunte bursátil”, dijo la pareja.

Suponen que los inversores envalentonados han estado retirando ganancias de las principales acciones tecnológicas para comprar empresas de menor capitalización en sectores como centros de datos de inteligencia artificial, computación cuántica y energía nuclear.








No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

#1247

Federated Hermes apunta al fin de la “histeria” arancelaria y ve grandes oportunidades en Bolsa


Ahora que los mercados de renta variable se están asentando tras el desenfreno de los últimos meses, los inversores y los estrategas del mercado se han apoderado de una respuesta de comportamiento muy natural.

Tras haber pasado de alcistas a bajistas durante la gran liquidación de abril y haberse perdido el posterior repunte que nos ha devuelto al punto de partida hace apenas tres meses, la mayoría se aferra a su nueva posición bajista. De hecho, la mayoría de los comentarios de estos días giran en torno a lo que puede salir mal: "la ley fiscal podría no aprobarse", "la ley fiscal disparará el déficit", "los acuerdos comerciales no se llevarán a cabo" y "se avecina estanflación". Éstas son sólo algunas de las razones habituales para justificar, consciente o inconscientemente, el bochornoso giro.

Lo que podría salir bien. Los titulares sobre aranceles podrían remitir. A medida que se anuncien más acuerdos comerciales en las próximas semanas, la histeria en torno al impacto negativo de los aranceles en la economía mundial debería desvanecerse. Las cifras de inflación podrían ser moderadas, y la Reserva Federal podría iniciar una serie trimestral de seis recortes de 25 puntos básicos en el tipo de interés de los fondos federales, a partir de su reunión de septiembre. Los déficits también podrían reducirse, no aumentar. 

Y, por último, el crecimiento de los beneficios podría continuar. En nuestra opinión, el segundo semestre y los beneficios de 2026 tienen varios aceleradores en camino: un crecimiento del PIB superior al previsto, desregulaciones que reducen costes y mejoras de la eficiencia de la IA. Todo ello debería provocar una reaceleración del crecimiento de los beneficios empresariales.


Reconocemos, como siempre, que parte de esta información podría ser errónea y que los bajistas podrían tener razón. Pero con tantos factores en contra, creemos que la balanza de riesgos favorece a los alcistas. Hay demasiadas cosas que podrían salir bien a partir de ahora.


Steve Auth, Director de Inversiones de Renta Variable (CIO) de Federated Hermes



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#1248

Rally con aroma a vértigo; Crónica de un mercado que baila sobre la cuerda floja.


La primera mitad de 2025 va dejando un panorama tan vibrante como contradictorio. El SP500 ha recuperado los 6000 puntos y borra en semanas el desplome del 15% causado por el primer “sobresalto trumpiano”, mientras el dólar se convierte en el “pain-trade” del verano y los activos estadounidenses pasan a la cola del ranking global.


El liderazgo bursátil recae ahora en los mercados desarrollados fuera de Norteamérica, con unos mercados emergentes que les siguen a distancia. El oro brilla como refugio indiscutible y la renta fija europea capta entradas constantes gracias a un BCE que, aunque menos “dovish” de lo previsto, ofrece la señal de dirección que busca el dinero orientado a carry.


Detrás del telón, la macro de Estados Unidos envía mensajes cruzados. El último NFP sumó 139000 nóminas y disipó el susto del mal dato de la ADP, pero la encuesta de hogares restó 696000 empleos y la tasa de participación cayó a mínimos de 2 años. La curva vuelve a señalar el 5% en el de 10 años, recordatorio de que la inflación de servicios y la presión fiscal estrechan el margen de la Fed. En paralelo, la Casa Blanca reclama un recorte de 100pb que nadie considera factible, pero que añade pólvora a la volatilidad de bonos, bolsa y divisa.


Con el mercado aún alcista, las costuras se tensan. El capital ha salido de dividendos, REIT y energía para volcarse en “small caps”, mineras de plata, uranio y los ETF más explosivos, en clara señal de que muchos llegan tarde al rally y quieren ahora pisar el acelerador. La plata es el ejemplo perfecto, rompe al alza, cumple su objetivo técnico y queda expuesta a una corrección que podría atrapar a los recién llegados.


La psicología domina. Frustración por quedarse fuera, aversión a la liquidez y nulo interés por las coberturas definen al inversor minorista, justo cuando los soportes técnicos avisan. El contraste entre la euforia visible y la fragilidad subyacente huele a fin de fiesta. Seguir largos es obligado por tendencia, pero el verdadero riesgo es confundir impulso con inmunidad. Mantener liquidez y un plan de salida es hoy la póliza más barata, pues cuando el consenso es unánime, el giro suele estar cerca.

Los datos de flujo lo confirman. Indicadores en verde intenso muestran euforia minorista mientras el SP500 equiponderado, las small caps y micro caps llevan casi tres años sin marcar nuevos máximos. Al mismo tiempo, el crédito europeo de alta calidad encadena siete semanas de entradas, y los fondos de corta duración acumulan quince, evidencia de que la búsqueda de refugio rentable sigue viva pese al bullicio superficial.

En síntesis, el mercado permanece alcista, pero el vértigo crece. Los techos rara vez nacen de la macro, sino que surgen del exceso de confianza colectiva. Hoy vemos dinero persiguiendo rentabilidades explosivas en los rezagados, retórica política avivando la promesa de “Rocket Fuel” y flujos disciplinados apoyando al crédito, mientras la renta variable camina por la cuerda floja cerca de máximos.

Combinar exposición táctica manteniendo liquidez y “carry de calidad” ofrece la mejor oportunidad de disfrutar del rally sin quedar atrapado cuando la música, inevitablemente, baje el volumen.


Javier Molina, analista de Mercados de eToro

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#1249

La amenaza silenciosa que podría desencadenar un terremoto en Wall Street



LA CLÁUSULA SILENCIOSA QUE PONE NERVIOSOS A LOS INVERSORES

El Congreso de Estados Unidos se prepara para votar una ley que, entre cientos de páginas, esconde una bomba fiscal: la posibilidad de imponer impuestos a los ingresos pasivos de los inversores extranjeros, incluidos dividendos e intereses. Una medida que, de aprobarse antes del 4 de julio, podría cambiar de raíz el flujo de capital global.


No hablamos de un simple ajuste fiscal; hablamos de una reconfiguración total del ecosistema inversor en Estados Unidos”, alerta el equipo de análisis de XTB.

Y no es para menos. Los efectos inmediatos incluirían una huida de capital foráneo, caída de los índices bursátiles, y un aumento de los rendimientos exigidos por los bonos del Tesoro, lo que encarecería peligrosamente la financiación del déficit estadounidense.


UNA PÉRDIDA DE CONFIANZA QUE PUEDE COSTAR BILLONES

Actualmente, los inversores extranjeros poseen cerca de 9 billones de dólares en deuda pública estadounidense. La amenaza de la cláusula 899 hace que estos capitales empiecen a cuestionarse si merece la pena seguir financiando al 'Tío Sam'.

Si se desata una fuga de capital, el dólar podría depreciarse hasta un 10% y los índices americanos podrían registrar caídas similares”, apuntan desde XTB.

Y esto sucede en un contexto en el que ya hay tensiones acumuladas: el S&P 500 ha empezado el año con el peor rendimiento relativo frente a sus pares globales desde 1993, cotizando sensiblemente por debajo del MSCI All Country World Index (sin EE.UU). Un signo de fatiga que se combina con una sobrecompra técnica y un calendario macroeconómico cargado de minas.



LA INFLACIÓN COMO CÓMPLICE INVOLUNTARIA

La publicación de datos de inflación esta semana puede ser el catalizador de una nueva ola de volatilidad. El aumento de los salarios por hora en EEUU ya ha encendido las alarmas. “Un IPC por encima de lo esperado, unido a la incertidumbre legislativa, sería el cóctel perfecto para una corrección de mercado”, explican los citados estrategas.

La probabilidad de un recorte de tipos en septiembre, que hace una semana se daba por hecha, se ha desplomado hasta el 68%, y los días de publicación de datos clave como inflación o empleo ya están mostrando una volatilidad media del 42%, frente al 29% habitual. Una señal más de que el suelo bajo Wall Street no es tan firme como parece.


UNA VENTANA DE OPORTUNIDAD EN LOS ETF SINTÉTICOS

En medio de este panorama de incertidumbre, hay un producto que podría salir fortalecido: los ETF de réplica sintética. Al no implicar tenencia directa de los activos estadounidenses, podrían esquivar las consecuencias fiscales de la sección 899. “Si se confirma la aprobación de la norma, estos productos podrían convertirse en el salvavidas de los inversores europeos”, aseguran desde XTB.


Los ETF tradicionales basados en réplicas físicas sí se verían afectados, con un posible impacto en los dividendos netos y un aumento de la complejidad fiscal. En cambio, la réplica sintética ofrece exposición al mercado sin sufrir los efectos directos de la legislación. Un escudo legal que podría ser clave si la tormenta se desata.


LA DEUDA COMO TUMOR SILENCIOSO

Pero más allá de la cláusula, el mercado también mira con preocupación la creciente dependencia del Tesoro estadounidense de los mercados de renta fija. En el último año, la mitad de todos los productos de renta fija emitidos han sido bonos del gobierno. Esto significa menos crédito para empresas y consumidores, lo que ahoga el crecimiento económico real.

Como advierte el informe: “si la deuda pública no disminuye, no quedarán dólares disponibles para que los ciudadanos compren casas o las compañías construyan fábricas”. A esto se suma una subida sostenida de los rendimientos globales, alimentada por el temor a una espiral insostenible de déficit y deuda.



CONCLUSIÓN: UNA CRISIS ANUNCIADA… QUE AÚN SE PUEDE EVITAR

Wall Street tiembla, pero no por el motivo habitual. No es una quiebra bancaria ni un dato macro puntual. Es la posibilidad de que Estados Unidos deje de ser el refugio fiscal y financiero del mundo. La cláusula 899 podría ser el detonante de un reordenamiento del capital global, con efectos profundos en bonos, divisas y renta variable.

Aún hay margen para que no se apruebe o para que se diluya su alcance, pero los inversores no pueden permitirse la complacencia. Como bien recuerda la historia, cuando Washington tose, el mundo estornuda. Y esta vez, la gripe puede ser financiera.


La amenaza silenciosa que podría desencadenar un terremoto en Wall Street





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#1250

Este es el canario en la mina de carbón de los mercados


Pocos movimientos al cierre de las bolsas europeas, en una jornada en la que los datos macro han sido el principal foco de atención de los mercados, junto con las negociaciones comerciales entre China y EE.UU. Hasta que estas negociaciones no nos den un resultado, centrémonos en los datos macro.

"Los mercados laborales de Estados Unidos y el Reino Unido han avanzado prácticamente al unísono durante los últimos tres años, y ahora la situación del empleo británico está empeorando definitivamente", afirma el analista Steve Goldstein. Añade:

"La Oficina Nacional de Estadística del Reino Unido (ONS) informó que la tasa de desempleo entre febrero y abril ascendió al 4,6%, su peor nivel en casi cuatro años. Esta tasa activaría el indicador de recesión SAHM, diseñado, sin duda, para la economía estadounidense, que se produce cuando el promedio trimestral de la tasa de desempleo se sitúa al menos medio punto por encima de su mínimo de los doce meses anteriores.


Otros datos del mercado laboral del Reino Unido también se están debilitando: la estimación de la ONS sobre las nóminas del Reino Unido disminuyó en 109.000 en mayo, después de caer 78.000 entre febrero y abril, dijo la misma oficina gubernamental.


El precio de los bonos del Reino Unido subieron después de los datos, con la rentabilidad del 2 años cayendo casi 10 puntos básicos. Precio y rentabilidad se mueven en sentidos opuestos.

La libra se tambaleó frente al dólar, mientras que el FTSE 100 del Reino Unido estaba en camino de alcanzar un máximo histórico de cierre.


Hasta el momento, el mercado laboral estadounidense se ha enfriado, pero no se ha deteriorado por completo. Los datos publicados el viernes mostraron que el desempleo en Estados Unidos se mantuvo en el 4,2% en mayo, mientras que las nóminas aumentaron en 139.000.


Existen similitudes entre ambas economías, ambas lideradas por el sector de consumo y de servicios.


Ambos países han introducido nuevos impuestos: el Reino Unido implementó en abril un nuevo impuesto a los empleadores, que el Instituto Nacional de Investigación Económica y Social estima en un 0,6 % del PIB. Estados Unidos está implementando aranceles, cuyo valor aproximado podría ser del 1,7 % del PIB, si se considera la cuota de importación del 11,2 % del año pasado y la estimación del Laboratorio de Presupuesto de Yale, que estima que la tasa arancelaria efectiva es ahora del 15,6 %.


Sin embargo, la economía estadounidense tiene claras ventajas tecnológicas y proviene de una base más sólida: la economía del Reino Unido en el primer trimestre creció un 1,3% respecto al año anterior, frente al 2,1% de Estados Unidos, según datos de la OCDE, y el crecimiento de Estados Unidos fue de alrededor del 3% durante la mayor parte del año pasado."


Básicamente, si el mercado laboral de EE.UU. empieza a debilitarse, algo que temen muchos gestores, sería un claro indicador adelantado de la economía del país, y provocaría una fuerte caída en los mercados que a los precios actuales no descuentan ni ralentización ni recesión económica. Atentos a estos datos de empleo tanto en el Reino Unido como en EE.UU., porque pueden ser el catalizador que las bolsas estaban esperando.



C.B.


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#1251

5 razones por las que EE.UU. podría entrar en recesión y provocar un crash global en los mercados



En este momento, parece que la economía sigue sosteniendo que el último informe de empleo es mejor de lo esperado, pero las previsiones de crecimiento económico todavía han disminuido constantemente desde que el presidente inició las guerras comerciales en febrero:

Una desaceleración de la actividad económica y el crecimiento está prácticamente asegurada en este momento, independientemente de lo que ocurra con la política comercial.

 Es ciertamente posible que la economía de los EE.UU. simplemente se alinee y se detenga sin pérdidas significativas de empleo o declives económicos. Pero también es claramente posible que esta desaceleración se convierta en una recesión.

Entre aranceles e incertidumbre política, el anterior consenso de analistas para el crecimiento de las ganancias del S&P 500 (SPY) de dos dígitos también se ha visto frustrado. En los últimos meses se han registrado más revisiones de la estimación de ingresos a la baja que en ningún otro momento desde la pandemia de COVID:

Si bien algunos piensan que las guerras comerciales y la incertidumbre política pronto se resolverán con firmeza, creemos que es probable que persista.

Ya ha habido efectos significativos de este entorno en forma de un colapso en el valor relativo del dólar estadounidense a medida que los inversores reasignan capital de los EE.UU. a otros mercados internacionales.

Si bien las noticias económicas están saliendo a un ritmo frenético, hay cinco motivos por las que creemos que el crecimiento económico al menos se va a desalentar significativamente y posiblemente también se vuelva negativo a finales de este año.

A continuación, hablamos de ellos uno por uno.

1. Aranceles (y Incertidumbre arancelaria)

Empezamos en este punto porque los aranceles son sin duda el mayor catalizador para una desaceleración económica.

Por contexto, la tasa arancelaria efectiva promedio actual sigue siendo mucho más alta de lo que era a principios de 2025.

La tasa actual puede disminuir, pero Trump también ha dejado claro que los aranceles no volverán a cero, y es probable que se asienten a niveles que siguen siendo restrictivos para la economía, según muchos.

Citando al WSJ:

Incluso si Trump decide bajar algunos aranceles a las importaciones chinas a la mitad, ese nivel todavía significaría que los mercados estadounidenses estarían casi cerrados a muchos fabricantes chinos de maquinaria y equipo eléctrico y otros productos. Algunos analistas han estimado que el comercio entre los dos países podría secarse en cuestión de meses a un nivel tan alto.

Dado el hecho de que las tasas arancelarias de EE.UU. pueden cambiar en un momento dado con base en los caprichos mercuriales de una persona, sigue habiendo muy poca claridad sobre las perspectivas de los aranceles en los próximos años.
Los objetivos de Trump de relocalizar la manufactura y eliminar los déficits comerciales bilaterales no han cambiado, y sin embargo también se ha mostrado dispuesto a retirar la severidad de sus aranceles cuando el mercado reacciona mal a ellos.
Por lo tanto, encontramos que la incertidumbre en materia de política comercial se está disparando en este momento.

Algunos podrían estar tentados a pensar que el breve período de Trump con los aranceles ha terminado, que el apalancamiento sobre los países extranjeros se ha logrado, y que los acuerdos comerciales anunciados entregarán aranceles aún más bajos y más buenas noticias al mercado en el futuro.

Pero es importante reconocer que los instintos de Trump no han cambiado.

Por ejemplo, Trump ha declarado recientemente que "hay una posibilidad real" de que los ingresos recaudados de los aranceles podrían reemplazar completamente el impuesto sobre la renta. Los economistas dicen que esta idea es "mecásicamente imposible", pero demuestra el deseo del presidente de mantener sus aranceles en vigor indefinidamente.
Muchos participantes en el mercado siguen esperando que pronto se produzca cierto grado de claridad duradera, pero es totalmente posible que la incertidumbre en materia de política comercial disminuya y disminuya continuamente en los próximos años.

Como resultado tanto de las subidas arancelarias como de la incertidumbre en torno al futuro de los aranceles, los economistas pronostican ahora una fuerte caída del crecimiento del PIB para lo que resta de este año.

Las perspectivas se vuelven más brillantes en 2026, en gran medida debido a supuestos recortes de impuestos, pero se espera que el crecimiento sea débil a inexistente este año.
Gran parte de la razón de esta mala perspectiva es una fuerte caída de las intenciones declaradas de las empresas de llevar a cabo el capex.

Históricamente, hay una fuerte correlación entre las intenciones de capex y los envíos reales de bienes duraderos durante los próximos seis meses.
Si las intenciones se hacen realidad esta vez también, entonces el gasto de las empresas se prevé que disminuya drásticamente en el transcurso de 2025.

2. Consumidores P2P

Las perturbaciones económicas descritas anteriormente no se dieron en el vacío. Ya había algunas tendencias importantes en juego en la economía antes de que comenzaran las guerras comerciales.

Uno de ellos es el debilitamiento constante de los consumidores de bajos ingresos / cheques de pago ("P2P").

La situación financiera de los consumidores de P2P ha azotado salvajemente desde una fuerza increíble en 2021-2022 como resultado del alto gasto de estímulo gubernamental al aumento constante de la debilidad de 2023 hasta el presente.

Podemos ver esta creciente debilidad en la forma de aumentar las tasas de delincuencia de tarjetas de crédito.

Estas son las tasas de delincuencia a gran escala de crisis financiera, y sin embargo estos datos no reciben mucha atención en los medios de comunicación debido al grado en que la economía ha sido impulsada por los acomodados en los últimos años.


Si el mercado laboral fuera tan fuerte hoy como lo fue en 2021-2022, entonces los consumidores de P2P podrían ser capaces de recortar el gasto y empezar a salir de esta espiral de deuda. Pero hoy en día, el crecimiento del empleo se ha desacelerado, el crecimiento salarial se ha enfriado, y las horas semanales trabajadas en el sector privado se han cortado hasta los huesos.

Dada esta situación, no debería sorprender ver que varios titulares de empleos (todos a tiempo parcial) han aumentado recientemente a estar cerca del nivel más alto registrado.

Si el crecimiento del empleo, incluso los empleos a tiempo parcial, se seca como resultado de un retroceso en el gasto de los consumidores y las empresas, entonces la debilidad del consumo de P2P sólo debería empeorar, exacerbando aún más la suavidad económica más amplia.

3. Consumidores acomodados pueden reducir su consumo.

La verdadera pregunta es si los consumidores acomodados empezarán a retirar sus gastos.
Por supuesto, el mercado laboral juega un papel en esto. Si los altos ingresos siguen teniendo puestos de trabajo, su nivel básico de gasto sólo debería cambiar ligeramente en los márgenes.

Pero los consumidores acomodados también están impulsados por el efecto riqueza - confianza para gastar debido al fuerte desempeño en sus carteras de acciones y, en menor medida, sus valores domésticos.

Desde el comandancia acomodado la gran mayoría de la propiedad de activos, las fluctuaciones en el mercado tienen un mayor impacto en su patrimonio neto.
Si bien la mayoría de la población ha visto mermado su ahorro en la era pandémica, el 10% superior de los asalariados había retenido la mayor parte de sus ganancias en ahorros a finales de 2024.

El gasto de los acomodados es importante porque, sencillamente, ha desempeñado un papel primordial en impulsar el crecimiento económico en los últimos años.
Los que más ganan siempre representan una mayoría del consumo total, pero el 10% superior ha aumentado su participación en el gasto en los últimos años a un nuevo récord de máximo del 50%.

Bloomberg informó recientemente que en medio de la volatilidad bursátil (e la incertidumbre económica), muchos consumidores acomodados han comenzado a frenar el gasto.

La gente que posee acciones tiende a ser más rica, y son esos estadounidenses los que han impulsado la economía y las ganancias corporativas en los últimos años. En general, mantenían las compras de coches, vacaciones, entradas para conciertos de Taylor Swift y comidas de restaurantes, incluso cuando la inflación y las altas tasas de interés martilleaban a los hogares de menores ingresos.

Ahora, a medida que los precios de las acciones caen, algunos retroceden.
Por supuesto, este artículo se publicó en torno al pico de la venta bursátil. Queda en cuestión si los consumidores acomodados siguen recortando el gasto a medida que se asienta el mercado (asumiendo que sigue asentándose) sigue en entredicho.

4. A la migración a la baja

Sacamos este tema con un interés cero en la política del asunto. Reconocemos que la inmigración ilegal tiene importantes inconvenientes y ha sido extraordinariamente alta en los últimos años. Probablemente no sea controvertido decir que la inmigración legal siempre es preferible a la inmigración ilegal.


Dicho esto, hay que reconocer que el reciente aumento de la inmigración (incluso ilegal) ha sido un positivo neto para la economía estadounidense. Ha impulsado el PIB, ha llenado un sinfín de vacantes de empleo, aumentado los ingresos fiscales federales sobre los ingresos y nóminas y aumentado el consumo agregado.


No te creas en nuestra palabra. La Oficina de Presupuesto del Congreso publicó un estudio en 2024 que muestra el impacto económico y fiscal neto positivo del reciente aumento de la inmigración.


La inmigración ha sido un negativo neto para los presupuestos de los gobiernos estatales y locales porque algunos estados y municipios han soportado la mayoría de los costos de los migrantes acomodados, mientras que el gobierno federal y el sector privado han capturado la mayoría de los beneficios.


Eso significa que es probable que la política migratoria restrictiva de la administración Trump ralentice el empleo y el crecimiento económico este año.


La administración ha tenido un éxito extraordinaria en el cierre de la frontera sur y el corte de la inmigración ilegal:

Los investigadores de Goldman Sachs estiman que la inmigración neta en EE.UU. debería disminuir a unos 500.000 este año, frente a los 2,8 millones de 2024.


Esta es una mala noticia para la economía, dados los 7,5 millones de ofertas de empleo en EE.UU. Son especialmente malas noticias para industrias como la agricultura, la construcción y la preparación de alimentos que dependen en gran medida de la mano de obra nacida en el extranjero.


Cabe señalar que, si bien el empleo de origen natural ha sido completamente plano, en el empleo neto y en el extranjero ha aumentado más de un 18% desde principios de 2020.


Los trabajadores de la primera edad están empleados a la misma tasa, si no un poco más alta, que antes de COVID-19. Pero los trabajadores de más edad (arriba a 55 años) tienen una tasa de participación de la fuerza laboral marcada y persistentemente más baja hoy que antes de la pandemia.

Esto es el resultado del auge de la jubilación anunciado desde hace mucho tiempo. Los afluentes Baby Boomers simplemente están eligiendo no trabajar más, y no hay suficientes trabajadores nativos más jóvenes disponibles para llenar todas las vacantes de empleo creadas por estas jubilaciones.

La inmigración ha sido el principal mecanismo para compensar esta brecha en el mercado laboral. Ha aliviado la escasez de mano de obra y ha permitido a las empresas expandir la producción para satisfacer la demanda.

Una inmigración significativamente limitada también hará que el crecimiento del PIB se desacelere.

5. Reducción de la ralentización del gasto fiscal en 2H 2025

Guardamos este punto para el final porque es el más incierto. Es muy difícil proyectar cuánto gastará exactamente el gobierno federal en lo que resta de este año.
Hasta ahora, el gasto del gobierno federal ha aumentado en 154.000 millones de dólares interanualmente desde el 20 de enero hasta la actualidad.

Sin embargo, si hay arerecortes de gastos notables que provendrán de los esfuerzos de DOGE, la mayoría de ellos se sentirán en los próximos meses.


Curiosamente, a partir de hoy, DOGE reclama un ahorro de 180.000 millones de dólares, que, suponemos, se realizarían plenamente sobre una base anualizada a partir del año fiscal 2026. Después de todo, algunos de estos recortes, como los despidos del gobierno federal en los que los empleados continúan siendo pagados hasta septiembre, sólo entran en vigor después de algún período de tiempo.

Por supuesto, mucho depende de qué paquete de gasto apruebe el Congreso este año. Actualmente, hay una creciente división en el Partido Republicano sobre esto, liderado por Elon Musk, quien está llamando al presidente Trump por no hacer lo suficiente para reducir el gasto.

Aumentamos este punto por su potencial para contribuir a un crecimiento más lento del PIB a finales de este año.

Sin embargo, es importante pensar no sólo en el gasto actual del gobierno sino en el gasto público pasado. Algunas investigaciones económicas han sugerido que el gasto en déficit público tiene efectos positivos sobre el PIB a corto plazo (2-4 trimestres) pero se convierte cada vez más en un lastre para el PIB a partir de entonces.

Una de las grandes razones por las que los economistas piensan que el gasto deficitario es un lastre a largo plazo para el PIB es que los efectos de estímulo económico son relativamente breves, mientras que la nación sigue pagando intereses por eso a perpetuidad. A medida que las tasas de interés han subido, los costos de los intereses del gasto público de años anteriores se han disparado absolutamente en los últimos años.

Si esta teoría económica resulta exacta, entonces debería haber una desaceleración constante del crecimiento del PIB en el futuro independientemente de si el gasto federal actual continúa aumentando gradualmente, disminuye ligeramente o se mantiene plano.


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#1252

Las acciones no han estado tan caras en comparación con los bonos en casi 25 años. ¿Se avecina un crash de las bolsas?


Pocos movimientos al cierre de las bolsas europeas en una jornada en la que el dato de IPC de EE.UU. del mes de mayo ha sido la principal referencia de la jornada. Un dato que ha mostrado que, por ahora, las presiones inflacionistas no son motivo de preocupación, y que el mercado ha ignorado...¿por qué?

Pues porque justo antes de la publicación del dato se conocía que los negociadores de EE.UU. y China habían llegado a un acuerdo en materia comercial. ¿Pero esto no es positivo para los mercados? Sí, sino fuera porque el acuerdo se basa fundamentalmente en que se van a dar algo más de plazo para llegar a acuerdos, mientras tanto, no habrá represalias mutuas.

Los estrategas de tasas de BMO Capital Markets, Ian Lyngen y Vail Hartman, dijeron que "no había duda" de que los resultados representan un progreso, "aunque la respuesta mediocre en los activos de riesgo sugiere que fue algo decepcionante para los inversores".
La aprobación de Trump y Xi disiparía la incertidumbre, pero es poco probable que provoque una respuesta significativa del mercado. "Recordamos el dicho de los mandos intermedios: cualquier reunión que termine con la decisión de celebrar otra reunión no fue realmente productiva", escribieron. "Esta opinión parece ser compartida por los participantes del mercado en este momento".


Posteriormente se filtraban declaraciones confusas de funcionarios de EE.UU. sobre la cuantía de los aranceles a China, así como las "buenas intenciones" de Trump en seguir negociando. En resumen, seguimos como estábamos, las dudas no se han despejado.
Pero más allá de estas referencias puntuales que pueden condicionar la evolución de las bolsas en el corto plazo, hay un hecho que está inquietando a los inversores: Las acciones no habían estado tan caras en relación con los bonos desde hace casi 25 años.

"Los bonos también se ven mejor que en mucho tiempo", afirma el analista Joy Wiltermuth. Añade: "Esta es una conclusión clave de un nuevo informe del gigante de bonos Pimco, que argumenta que los inversores deberían posicionarse en bonos de alta calidad, ya que la reorganización del comercio y las alianzas globales en el segundo mandato del presidente Trump probablemente se mantendrá.

“En resumen, el orden mundial tradicional —en el que la economía moldeaba la política— ha cambiado radicalmente”, según una nueva perspectiva quinquenal de Pimco, coescrita por Richard Clarida, ahora asesor económico global de Pimco y ex vicepresidente de la Reserva Federal entre 2018 y 2022.

“La política ahora impulsa la economía, especialmente en Estados Unidos y, cada vez más, la forma en que responden otros países”, afirmó el equipo de Clarida.

En ese contexto, Pimco cree que los inversores deberían empezar a “aprovechar la ventaja de rendimiento de los bonos de alta calidad en lugar de perseguir acciones con valoraciones elevadas”.


El equipo también señaló que la “prima de riesgo de acciones” ahora se sitúa en cero, lo que ocurrió sólo otras dos veces en los últimos 70 años: en 1987 y entre 1996 y 2001.
Pimco llegó a su prima de riesgo de acciones del 0,2% restando los rendimientos de los bonos del Tesoro a 30 años ajustados por inflación del precio a las ganancias ajustado cíclicamente.


Tras el episodio de prima de riesgo bursátil cero de septiembre de 1987, el mercado bursátil cayó casi un 25%, mientras que los rendimientos reales de los bonos a 30 años cayeron alrededor de 80 puntos básicos, según el informe.

Aproximadamente una década después, las acciones cayeron casi un 40% después de que la prima de riesgo patrimonial se mantuvo entre plana y negativa desde diciembre de 1999 hasta febrero de 2003.

“Durante ese mismo período, los rendimientos reales de los bonos a 30 años cayeron alrededor de 200 [puntos básicos]”, señala el informe de Pimco.

Los rendimientos de los bonos del Tesoro de mayor duración han estado aumentando bajo la segunda administración de Trump, con el foco reciente en el gran déficit fiscal de Estados Unidos y la probable necesidad de emisión adicional para financiar el enorme proyecto de ley de impuestos y gastos de los republicanos, que todavía está en el Senado.

El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años el martes se situó en el 4,47%, mientras que el rendimiento a 30 año estaba cerca del 4,94%, según datos de FactSet, cerca del nivel psicológicamente importante del 5%.


La incertidumbre arancelaria parece que mantendrá a la Fed a la espera de reanudar los recortes de tasas de interés por un tiempo. Preocupa que la economía se tambalee debido a varios años de mayores costos de financiamiento, lo que podría provocar una fuga de capitales hacia bonos seguros y llevar a la Fed a recortar las tasas para ayudar a rescatar la economía. Los fuertes recortes de tasas de la Fed podrían hacer que los bonos con mayor rendimiento actual sean más escasos y valiosos.




No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

#1253

La mayor amenaza para su cartera en este momento es el Congreso de Estados Unidos


Si está tratando de tomar decisiones de inversión a largo plazo sobre los mercados de acciones y bonos de EE.UU., aquí está la dura verdad: la mayor amenaza para su cartera puede no ser la inflación, las tasas de interés o el conflicto global, sino el Congreso de EE.UU.

Los mercados pueden fijar el precio del riesgo. Pero no pueden fijar el precio de la parálisis. Y el Congreso ahora gobierna como un profesor sustituto que se rindió a mitad del semestre.
El Congreso no ha aprobado los 12 proyectos de ley de asignaciones a tiempo desde septiembre de 1996, cuando el entonces presidente Bill Clinton firmó el presupuesto fiscal de 1997.

Desde entonces, los legisladores han recurrido a resoluciones continuas , precipicios fiscales y proyectos de ley ómnibus de última hora que a menudo superan las 5.000 páginas, como la Ley de Asignaciones Consolidadas de 2021, de 5.593 páginas . Y los paquetes de "emergencia" de un billón de dólares ahora llegan con la misma frecuencia que las vacunas contra la gripe.

Esta disfunción es palpable. El aumento del déficit estadounidense impulsa las tasas de interés al alza. El aumento de las tasas golpea duramente a la renta variable y a la vivienda. El mercado de bonos se resiste a la incertidumbre. Y el Congreso actúa como si la curva de rendimiento fuera un pariente inestable que se calmará.

Esto no es solo mala gestión. Es erosión constitucional. Los estadounidenses siguen observando la Casa Blanca, temiendo que el próximo presidente se extralimite. Miran en la dirección equivocada. El peligro no es una presidencia demasiado fuerte, sino un Congreso desaparecido.

El poder presidencial no se expande por la fuerza. Se expande como el moho, de forma constante y oportunista, porque nadie lo frega. Durante décadas, el Congreso ha optado por la retirada en lugar de la responsabilidad. Comunicados de prensa en lugar de leyes. Éxitos de la televisión por cable en lugar de proyectos de ley. Ostentación mientras las agencias federales gobiernan. El poder que antes se consideraba "el primero" ahora se comporta como si quisiera ser el último.

Los Fundadores diseñaron un sistema de gobierno federal donde la ambición se ve afectada. Lo que tenemos ahora es un sistema de control del desempeño.

Esto no ocurrió de la noche a la mañana. El Congreso no implosionó, sino que se atrofió. Lentamente. Voluntariamente. La legislación se ha vuelto radiactiva. Los políticos la evitan para preservar sus carreras.

Así que se agachan. Se resisten. Se demoran. Y rezan por órdenes ejecutivas presidenciales a las que luego pueden fingir que se oponen.

Hemos visto esto en el presupuesto: proyectos de ley ómnibus sin leer, resoluciones continuas y paquetes de crisis que funcionan como un reloj. Lo único regular en el orden regular es la frecuencia con la que el Congreso lo abandona.

Los mercados miran al futuro, pero no son clarividentes. A los inversores minoristas se les pide que tomen decisiones a largo plazo en un entorno político que cambia a la ligera. No se necesita una terminal Bloomberg para percibir la inestabilidad. Los déficits suben. Los tipos suben. Las acciones se desploman. El Congreso se encoge de hombros.
El presidente no necesita tomar el poder. Simplemente lo toma del suelo.

Cuando el Congreso se desentiende, las agencias gubernamentales estadounidenses toman el control. El gobierno por regulación se convierte en la norma. La SEC redefine los valores. La EPA redefine las emisiones. El Departamento de Educación redefine los préstamos estudiantiles. Las leyes no cambian, las interpretaciones sí. A veces, semanalmente.

No es tiranía. Es improvisación. Pero es jazz malo: desafinado y que se impone sobre la vida de la gente. Cada vez que un presidente gobierna así, el Congreso se sorprende. Los legisladores publican tuits indignados. Dicen: «Esto no es lo que pretendíamos».

Es cierto, porque la mayoría de las veces, no tenían ninguna intención. La intención requiere claridad. La claridad requiere valentía. El Congreso tiene poco de ambas.

Y no se trata solo de gastos. Desde 2001, Estados Unidos ha operado bajo Autorizaciones para el Uso de la Fuerza Militar de duración indefinida . El Congreso no las ha actualizado ni derogado. Las operaciones militares en Siria, Somalia y otros lugares se basan en un andamiaje legal construido para otra época. El Congreso no dirige esas misiones. Celebra audiencias a posteriori.

Jack Goldsmith, profesor de Derecho de Harvard y exdirector de la Oficina de Asesoría Jurídica del Departamento de Justicia de EE. UU. durante la presidencia de George W. Bush, explicó recientemente cómo los presidentes modernos evaden discretamente la ley. En una entrevista reciente en el podcast The American Compass, Goldsmith detalló sus métodos: memorandos internos, exenciones clandestinas y aplicación selectiva de la ley. Sin huellas dactilares, sin titulares y sin supervisión.
Ésta no es una presidencia imperial; es la «presidencia Houdini».

Todo es perfectamente legal y aterrador. Los presidentes modernos no son precisamente criminales, sino magos. ¿Quién necesita que le roben la casa cuando ya tiene las llaves?

Esta no es la presidencia imperial. Es la "presidencia Houdini". El jefe del ejecutivo del país se libra de las cadenas de rendición de cuentas mientras el Congreso observa desde los asientos baratos, con palomitas en la mano. El sistema no falla porque el presidente infrinja las leyes, sino porque las supera en maniobras.

Incluso los jueces ahora toman decisiones que influyen en el mercado desde sus puestos. Los jueces federales de distrito, tradicionalmente responsables de casos federales importantes pero localizados, han asumido recientemente el papel de árbitros a nivel nacional, emitiendo órdenes judiciales de amplio alcance para supervisar la presidencia de costa a costa. El resultado es una capa adicional de incertidumbre para los inversores que intentan navegar en un panorama regulatorio ya de por sí caótico.

En un discurso pronunciado en 2019 , el ex fiscal general de los Estados Unidos, William Barr, señaló que los tribunales federales emitieron solo 27 órdenes judiciales a nivel nacional durante todo el siglo XX. Según un informe del Servicio de Investigación del Congreso , hubo seis órdenes judiciales a nivel nacional durante el gobierno de George W. Bush, 12 durante el de Barack Obama y 86 durante el primer mandato de Donald Trump. Joe Biden se enfrentó a 28. Ahora Trump ha vuelto, y los jueces no han dudado en tomar aliento: 25 órdenes judiciales a nivel nacional más han recaído sobre él en tan solo los primeros 100 días de su segundo mandato.

La Corte Suprema de Estados Unidos finalmente se ha dado cuenta, analizando minuciosamente esta extralimitación judicial en casos como Trump contra CASA . Es como si la Corte Suprema decidiera arbitrar una pelea de comida en la cafetería de un instituto: necesario, quizás, pero un espectáculo triste de todos modos.

Mientras tanto, el Congreso mantiene su impresionante historial de ausentismo, negándose a legislar mientras los jueces improvisan. El poder judicial, antes conformado con dictar sentencias, ahora batea en cuarto lugar, formulando políticas desde la banca. Esto no es solo disfunción gubernamental, sino teatro de improvisación al más alto nivel, protagonizado por jueces no electos.

En resumen, ya no solo se eluden las leyes, sino que se reescriben a diario, como si fueran comedias improvisadas desde el estrado. Y si hay algo peor que una presidencia descontrolada, es un gobierno dirigido por la improvisación judicial.

¿Y el resultado? Un sistema en la sombra, donde las reglas cambian según quién ocupe el Despacho Oval y el clima político. Los tribunales no pueden controlar el poder que no ven.
Y aún así, el Congreso duerme… o peor aún, hace campaña.

¿Por qué no legisla el Congreso? Porque legislar significa tomar partido. Redactar una ley implica votar. Votar implica asumir las consecuencias. Y nada aterroriza más a los políticos de hoy que rendir cuentas por algo que hicieron a propósito.

Es más fácil dejar que el presidente tome las riendas. Dejar que las agencias escriban las reglas. Quejarse de los excesos del ejecutivo y luego pasarle la pelota a otro.

Esto no es solo una disfunción. Es un modelo de negocio. Lo notable no es que los presidentes actúen. Es la poca atención que parece darle al Congreso, siempre y cuando las cámaras sigan grabando y las encuestas sean positivas.

La ventaja competitiva de Estados Unidos nunca se ha basado únicamente en el PIB. Se basa en la confianza: tribunales que cumplen las leyes, contratos que tienen sentido y un Congreso que gobierna.

Estamos perdiendo el último.

Los mercados no pueden poner precio al caos. Y el caos es lo que Washington les está dando. Los políticos tratan los cierres como si fueran temporadas. Normalizan déficits de billones de dólares. Aprueban leyes tan amplias que deberían incluir una advertencia: «Los resultados pueden variar según el clima político».

Si eres un inversor minorista que observa Washington, no estás viendo una máquina bien engrasada. Estás viendo a dos payasos en un sube y baja, mientras el tipo del medio te roba la cartera.

¿La tragedia? Esto es reversible. El Congreso no necesita más poder. Necesita más coraje. Redacten leyes claras. Reformen el proceso presupuestario. Recuperen los poderes de guerra. Recuperen la autoridad legislativa del estado regulador. Celebren audiencias que culminen en legislación, no en monólogos. Dejen de externalizar el gobierno a quien tenga el wifi más rápido y una placa del Ala Oeste.

¿Qué debe hacer un inversor cuando el árbitro abandona el partido? Tres cosas:

Primero, considere la cobardía del Congreso en cada postura a largo plazo. ¿Ese Tesoro "libre de riesgo"? Su estabilidad depende de la próxima lucha por el techo de la deuda.

En segundo lugar, observen la normativa de las agencias federales con la misma atención que revisan los informes de ganancias de las empresas. La verdadera legislación se encuentra ahora en las notas regulatorias.

En tercer lugar, y aquí está la jugada contraria: las empresas que dominen la incertidumbre regulatoria serán las ganadoras.

Encuentre las empresas con los mejores equipos de asuntos gubernamentales: tienen las mayores ventajas competitivas. Considere Microsoft.

No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

#1254

Por qué la reunión de la Fed de esta semana probablemente no ayudará a que las acciones alcancen nuevos máximos


Los inversores se dirigen a la reunión de dos días de la Reserva Federal enfrentando una amplia franja de incertidumbre en torno al camino a seguir para la economía estadounidense, la inflación y las tasas de interés, lo que tiene el potencial de mantener las acciones dentro de un rango, hacerlas más volátiles o ambas cosas hasta fin de año.

El aumento previsto de la inflación debido a las guerras comerciales aún no se ha materializado, como lo demuestran los datos moderados sobre los precios al consumidor y al productor de mayo. Las tensiones en Oriente Medio, provocadas por el ataque de Israel al programa nuclear iraní la madrugada del viernes, provocaron que los futuros del petróleo se dispararan hasta un 14% durante la noche en EE.UU., antes de caer ese mismo día, y generaron preocupación en el mercado de bonos sobre su posible impacto en los precios generales.


La pregunta ahora es si todavía hay un aumento de la inflación en camino, cómo podrían reaccionar los funcionarios de la Fed a esto y si necesitarán mantener las tasas en los niveles actuales durante más tiempo o reducir los costos de los préstamos ya en septiembre para evitar que la desaceleración económica actual se convierta en una recesión.


“La incertidumbre sigue siendo la norma”, afirmó Jim Baird, director de inversiones de Plante Moran Financial Advisors en Michigan. “La incertidumbre política, principalmente la comercial, que tiene un impacto directo en las acciones de la Reserva Federal, ha sido el principal factor determinante de las perspectivas a corto plazo de la economía y el mercado”. Un aumento repentino del precio del petróleo debido a la escalada del conflicto en Oriente Medio añade otra capa de incertidumbre y, de mantenerse, podría afectar el gasto de los hogares, añadió.


“La economía no está fuera de peligro y no podemos afirmar con certeza que la inflación no será un problema en los próximos meses, especialmente si los precios del petróleo suben y se mantienen al alza”, declaró Baird por teléfono. Para la mayoría de los inversores, esto “indica la necesidad de diversificar ampliamente sus inversiones y tener un plan centrado en un horizonte temporal que pueda abarcar décadas en lugar de solo unos meses. Intentar predecir el mercado es una tarea inútil. Asegúrese de tener suficientes reservas de efectivo y no ceda a la tentación de tomar medidas importantes impulsadas por el miedo ante la incertidumbre”.


Después de un fuerte aumento en las acciones estadounidenses desde abril impulsado por el optimismo a corto plazo de los inversores sobre las políticas comerciales, los alcistas han estado buscando un nuevo catalizador para impulsar un impulso final hacia territorio récord para el S&P 500.

Pero hay razones por las cuales el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, probablemente no pueda proporcionar una el miércoles, lo que podría dejar a los participantes del mercado vulnerables a la decepción.

Aunque se espera que los funcionarios de la Fed actualicen sus proyecciones económicas y de tasas de interés, no es probable que Powell diga nada nuevo sobre las perspectivas de EE.UU. Los estrategas de TD Securities dijeron que esperan que sea "evasivo" y que repita su opinión de que la Fed sigue bien posicionada para esperar una mayor claridad antes de ajustar las tasas. El equipo de TD también ve un riesgo de que los responsables de la formulación de políticas solo programen un recorte de la tasa de interés para 2025, por debajo de las dos reducciones que los funcionarios anticiparon en marzo.

Dada la continua incertidumbre comercial, algunos observadores como Mark Hackett, estratega jefe de mercado de la empresa de servicios financieros Nationwide con sede en Ohio, dijeron que un avance hacia máximos históricos en el S&P 500 probablemente requerirá un nuevo catalizador, como un repunte en las tendencias de ganancias. Hasta el viernes, el índice había subido casi un 20% desde su mínimo de cierre del año hasta la fecha de 4.982,77 alcanzado el 8 de abril. Con la excepción del rendimiento del viernes, se ha negociado principalmente por encima de 6.000 desde el 6 de junio, pero no ha podido superar su máximo histórico de cierre de 6.144,15 del 19 de febrero.


Mientras tanto, el Índice de incertidumbre de la política económica , una medida preferida de la incertidumbre para gigantes de la inversión como Vanguard, se encuentra en su nivel más alto registrado en los EE. UU. a partir de junio, según las lecturas mensuales. Cuando la incertidumbre política llega a este nivel, tiende a significar que los consumidores reducirán el gasto, las empresas recortarán o aplazarán las inversiones y habrá menos demanda de mano de obra, según uno de los cocreadores del índice, Steven Davis de la Institución Hoover de la Universidad de Stanford.


Cualquiera de estos factores que inclinan la economía hacia una recesión tiene el potencial de justificar los dos recortes de tasas de un cuarto de punto porcentual para 2025 que actualmente proyectan la Reserva Federal y los operadores de futuros de fondos federales.


 Sin embargo, los aranceles y la incertidumbre en torno a la política comercial son un arma de doble filo: podrían exacerbar la desaceleración económica actual o conducir a un período más largo de inflación superior al 2% que deje al banco central con los brazos cruzados hasta diciembre. El aumento de los precios del petróleo puede tener un efecto similar de doble filo.
Bill Adams, economista jefe de Comerica Bank en Dallas, se encuentra entre quienes esperan que la Reserva Federal mantenga el objetivo de la tasa de fondos federales sin cambios, entre el 4,25% y el 4,5%, hasta fin de año. En cambio, la economista senior Lauren Henderson, de Stifel, Nicolaus & Co. en Chicago, afirmó que su firma espera dos recortes de tasas este año, pero que la "ventana de oportunidad" para que la Reserva Federal los implemente está comenzando a cerrarse dados los riesgos al alza para la inflación en el segundo semestre de este año.


En CIBC Private Wealth, Gary Pzegeo, codirector de inversiones con sede en Boston, afirmó que la amplia incertidumbre en torno a las políticas comerciales, la economía y los tipos de interés hace que sea recomendable que los inversores "se cubran o diversifiquen en torno a esos resultados". "La forma más sencilla de hacerlo es diversificar sus inversiones. Por ejemplo, si sobrepondera la renta variable estadounidense, intente incorporar posiciones no relacionadas con el dólar. También podría ser simplemente aumentar el efectivo", explicó Pzegeo, cuya firma contaba con 102.100 millones de dólares en activos bajo gestión y administración en abril.


“Por definición, si se espera un rango más amplio de resultados, entonces debería haber un rango más amplio de rentabilidades del mercado de valores. Sin duda, ambos factores van de la mano”, afirmó, citando la caída de casi el 19% del S&P 500 entre febrero y abril, seguida de un aumento de casi el 20% hasta junio. “Acabamos de atravesar un período muy volátil y quizás los inversores estén un poco más preparados ante sorpresas en las políticas comerciales”. En otras palabras, es posible que no consideren un solo titular como un evento relevante y “no reaccionen con la misma intensidad que la primera vez”.


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#1255

Cómo la respuesta de Irán al ataque de Israel podría sacudir los mercados mundiales: cinco escenarios



El efecto que el ataque de Israel contra Irán podría tener en los mercados globales depende en gran medida de la escala, la naturaleza y la duración de la respuesta de Irán.


En el peor de los casos, los precios del petróleo podrían subir a 120 dólares por barril, según Lazard Geopolitical Advisory.
Los precios del petróleo subieron el viernes, con el crudo West Texas Intermediate de referencia estadounidense para entrega en julio.

Subió un 7,4%, cerca de los 73 dólares por barril, tras alcanzar los 77,62 dólares tras los ataques israelíes contra instalaciones nucleares y funcionarios militares iraníes. Irán respondió el viernes con el lanzamiento de decenas de misiles hacia Israel, según informaron las Fuerzas de Defensa de Israel.





Los precios del petróleo cayeron drásticamente el viernes, pero el impacto más amplio del conflicto en los mercados globales depende en gran medida de la respuesta de Irán, señalaron los analistas de Lazard.


Elaboraron una lista de cinco posibles escenarios de respuesta, siendo el más probable que Irán ataque directamente a Israel, lo que podría llevar a un aumento de 10 a 20 dólares por barril en los precios del petróleo y un aumento en el costo de la energía y los bienes en la región, escribieron los analistas en una nota del viernes.

Foto: Asesoría Geopolítica de Lazard
También es muy probable que Irán tenga como objetivo activos militares o diplomáticos estadounidenses en Oriente Medio, lo que podría provocar un alza en los precios del petróleo hasta los 80 o 90 dólares por barril, según los analistas. Esto plantea riesgos de medianos a altos para los mercados globales, señalaron.

En un escenario más severo, los precios del petróleo podrían dispararse a entre 85 y 105 dólares por barril si Irán ataca la infraestructura de petróleo y gas del Golfo, lo que podría provocar un aumento en las expectativas de inflación global. Este escenario parece menos probable que se materialice en comparación con los dos anteriores, según los analistas de Lazard.

El peor escenario, sin embargo, sería la interrupción o el cierre del Estrecho de Ormuz , una ruta marítima clave para las exportaciones de energía de Medio Oriente.

Ese resultado, considerado improbable, podría provocar un aumento repentino de los precios del petróleo hasta los 120 dólares por barril, lo que podría provocar que la inflación impulsada por el petróleo alcance niveles críticos, señalaron los analistas. También podría causar graves interrupciones en la cadena de suministro global, añadieron.

Aun así, incluso ese escenario probablemente sería de corto plazo, ya que podría desencadenar una intervención militar estadounidense para restablecer las rutas marítimas, dijeron los analistas.


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#1256

La Teoría del Dominó de Nextep que augura un semestre de oportunidades en la bolsa: "si cae una ficha, caen las demás"


 La tensión en Oriente Medio es el nuevo elemento de incertidumbre con el que tendrán que lidiar los inversores durante el segundo semestre del 2025. Es otro elemento más de riesgo que se suma a la guerra arancelaria y a una política monetaria en Estados Unidos que se resiste a actuar hasta que la inflación en Estados Unidos no dibuje un escenario más claro para la Reserva Federal de Estados Unidos. Sin embargo, desde la firma de asesoramiento financiero independiente, Nextep Finance, creen que la teoría del dominó dejará un cierre de año con oportunidades para los activos de riesgo, como son las bolsas y el mercado de acciones. 

 
El director de estrategia de Nextep considera que de enero a junio el mercado tuvo que lidiar con un entorno de incertidumbre marcado, principalmente, por las políticas comerciales que llegan desde la Casa Blanca. Pero los conflictos bélicos toman también su protagonismo. A la guerra de ucrania, que lleva ya más de dos años en marca, se le suma la invasión de Israel en Gaza y el nuevo frente que se abre en Oriente Medio: "los cañones sonaron fuerte", resume Alvargonzález.

Pero todo esto puede cambiar a partir de ahora, en particular con el cierre del primer acuerdo bilateral entre Estados unidos y una gran potencia económica. Desde la firma de asesoramiento independiente consideran que la tregua arancelaria entre Estados Unidos y la Unión Europea, por ejemplo, es un ejemplo de la verdadera voluntad de llegar a un acuerdo por parte de Donald Trump. Y la firma de uno de estos acuerdos arancelarios haría que cayera la ficha más importante del dominó: los tipos de interés en Estados Unidos.

"Nada le gusta más a las bolsas que una bajada de tipos", resume el experto de Nextep. Por lo pronto, los contratos financieros OIS (overnight indexed swaps) no recogen que la Reserva Federal de Estados Unidos realice un nuevo ajuste a la baja hasta la reunión de septiembre como pronto, según Bloomberg. Es decir, esta semana Jerome Powell, presidente de la Fed, no anunciaría cambios en la referencia para el dólar estadounidense. Ni tampoco en los próximos casi tres meses Mientras tanto, deberían llegar los primeros acuerdos bilaterales entre Estados Unidos y países como Canadá, México o Japón porque expiran las pausas y treguas que están en la actualidad en vigor.


La Teoría del Dominó

La firma de asesoramiento independiente considera que las primeras fichas del dominó que harán tambalear al juego completo serían los acuerdos con países claves como India, México o Japón. Y esto tendría un efecto contagio con China y la Unión Europea, los grandes jugadores del tablero que darían el pistoletazo de salida a la flexibilización de la política monetaria de la Reserva Federal.

"La Fed está esperando a ver en que quedan los aranceles, porque si son reducidos no hay riesgo para la inflación", comenta Alvargonzález. Por contra, el escenario opuesto pondría trabas a ver un recorte de tipos de interés de 25 puntos básicos como el que baraja el mercado para después del verano. "Si hay acuerdos no puede haber grandes aranceles porque son como una multa para tus socios comerciales", apunta el experto.

Así, el escenario que barajan desde Nextep para el segundo semestre del 2025 sería favorable para los activos de riesgo, como es el mercado de valores, con una probabilidad de que se produzca del 70%. En este escenario se estaría dando no solo un entorno con acuerdos comerciales con Estados unidos, sino también una inflación controlada y una relajación monetaria que daría alas a la bolsa y aumentaría el precio de los bonos (rentabilidades en el mercado secundario a la baja al moverse en sentido opuesto).


El 'Plan B' para la volatilidad del mercado

Aun así, desde la firma de asesoramiento consideran que hay riesgos como los anteriormente mencionados que no marcan una senda clara ni lineal. "Habrá baches", explican desde Nextep en relación a la guerra de Ucrania aún en marcha y con la escalada bélica entre Israel e Irán. Del mismo modo, el mercado tiene marcado en el calendario la fecha del 8 de julio por ser el final de la tregua arancelaria. Así, si antes no llega el primer acuerdo comercial (y, por tanto, cae la primera ficha del dominó) la incertidumbre y volatilidad volverán a reinar en el mercado como fue habitual en buena parte del primer trimestre del año.

Para lidiar con este entorno, desde la firma consideran que una gestión táctica y flexible serán claves para no verse atrapados en esta volatilidad del mercado. En esta estrategia estaría la gestión de la liquidez y la rotación en las carteras. El 'Plan B' estaría en un escenario sin acuerdos comerciales y con una política monetaria más restrictiva para el 2025 (que tiene una probabilidad del 30% de que llegue a darse, según Nextep). En este caso, la escala de la tensión geopolítica y la estanflación cogerían las riendas del mercado y darían paso a una posible crisis de deuda en países donde el déficit fiscal está en niveles más elevados. En este entorno, la gestión de la liquidez sería el pilar principal de la estrategia para Alvargonzález.

La Teoría del Dominó de Nextep que augura un semestre de oportunidades en la bolsa: "si cae una ficha, caen las demás"


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#1257

Cuatro posibles escenarios del conflicto Israel-Irán y sus efectos sobre la inversión


 
Razan Nasser y Peter Botoucharov, analistas de crédito de T. Rowe Price, han identificado cuatro posibles escenarios para el conflicto entre Israel e Irán. Son los siguientes:

1. Confrontación controlada

En este escenario, apuntan los expertos de la gestora, ambas partes continúan intercambiando ataques sin la participación de Estados Unidos u otras potencias externas. "El intercambio de disparos probablemente disminuiría cuando Israel considere que ha infligido suficiente daño a las capacidades militares de Irán, lo que podría llevar varias semanas o potencialmente varios meses", destacan.

Sin embargo, los intercambios ocasionales de fuego "pueden persistir más allá de este período". Y es que ven probable que se mantenga la preocupación por el hecho de que Irán intente reconstituir su programa nuclear. "Incluso si Irán pierde potencia de fuego y los ataques se vuelven unilaterales, Irán podría soportar la situación e intentar encontrar formas de responder y reconstituirse", opinan Nasser y Botoucharov.

En cualquier caso, apuntan, en este escenario el impacto del conflicto "se limita a los activos regionales, pero existen riesgos de daños colaterales" a las instalaciones petrolíferas de la región u otros objetivos.

Ahora mismo, afirman, este es "el escenario de mayor probabilidad".

2. Conflicto más amplio que implique a EEUU

Hasta ahora, EEUU se ha abstenido de intervenir directamente en el conflicto, más allá de las advertencias que ha lanzado el presidente Donald Trump, y que han obtenido una rápida respuesta de Irán.

Pero, destacan estos analistas, todo podría cambiar si los activos militares estadounidenses en la región son atacados o si el suministro energético de la región se ve amenazado. "Se trata de un importante riesgo a la baja que, de producirse, probablemente tendría repercusiones más amplias en los mercados", afirman, aunque creen también que "no está garantizado que la implicación de Estados Unidos en el conflicto conduzca a un final decisivo".

En este momento, señalan, creen que se trata de un escenario de "probabilidad media".

3. Irán da un paso atrás y se acerca a EEUU para reanudar las conversaciones nucleares

Este escenario, que en T. Rowe Price no ven demasiado probable, podría llevar a EEUU a presionar a Israel para un alto el fuego y la reanudación de las negociaciones nucleares. "Aunque este sería un resultado constructivo, le asignamos una probabilidad baja", comentan los estrategas de la gestora .

Y es que, apuntan, "aunque Irán podría estar dispuesto a aceptar un alto el fuego a cambio de conversaciones nucleares, lo que le daría un respiro de los combates y una oportunidad para reconstituirse, hay pocos incentivos para que Israel acepte un acuerdo de este tipo", dicen Nasser y Botoucharov.

En última instancia, explican, "sería difícil que Irán aceptara renunciar a sus capacidades nucleares y a sus misiles balísticos, ya que esto se percibiría internamente como una rendición absoluta ante Israel".

4. Colapso del régimen iraní

Dada la situación actual, comentan, asignan una "probabilidad baja" a este último escenario, aunque avisan de que los cambios de régimen político "son difíciles de predecir". Cualquier cosa podría pasar, añaden.


EFECTOS SOBRE LA INVERSIÓN

Así las cosas, los estrategas de T.Rowe Price indican que puede haber diversos efectos sobre la inversión.

En primer lugar, hablan de un impacto regional y sobre el petróleo. "Oriente Medio se verá afectado en diverso grado por el conflicto. Un hecho negativo para todos sería que se interrumpiera el tráfico en el estrecho de Ormuz, una vía navegable que permite transportar aproximadamente un tercio de los suministros mundiales de petróleo por vía marítima".

En cuanto al petróleo, "los objetivos se han limitado hasta ahora a las instalaciones energéticas nacionales", por lo que ningún barril de petróleo exportado se ha visto afectado todavía. Recuerdan Nasser y Botoucharov que Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí tienen capacidad para sortear el estrecho para una gran parte de sus exportaciones, pero no es el caso de Irak y Kuwait.

"Los riesgos de bloqueo del estrecho de Ormuz son limitados, pero los cargadores y las aseguradoras podrían verse disuadidos de utilizar la ruta, dado el conflicto".

Y estos expertos comentan también que, bajo su punto de vista, los riesgos "están infravalorados". "Con los riesgos sesgados a la baja, los mercados de bonos regionales de Oriente Medio están siendo demasiado complacientes, en nuestra opinión", dicen.

Creen que "es poco probable que el conflicto se resuelva a corto plazo", y apuntan que "a los precios actuales, no se está compensando adecuadamente a los inversores". Por ejemplo, explican que la deuda pública local y el crédito israelíes se enfrentan a un mayor riesgo geopolítico, a un posible deterioro de las finanzas públicas y a mayores necesidades de financiación.

"El entorno sigue siendo muy incierto. Seguimos vigilando la evolución de la situación para evaluar las implicaciones para los mercados financieros", concluyen. 

No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

#1258

Las 'small caps' solo cotizan con descuento en Europa


 
A comienzos de año no eran pocas las casas de análisis que aseguraban que entre los activos a tener más en cuenta de cara a 2025 estaban las empresas de pequeña y mediana capitalización. El castigo relativo que habían sufrido estas compañías en los últimos tiempos abría claramente una oportunidad en un activo de renta variable que se había quedado rezagado de las subidas del mercado a causa de unos tipos de interés altos que reducían el valor futuro de sus flujos de caja.

 Sin embargo, la evolución de los índices que recogen a las compañías de un menor tamaño no está siendo la esperada. En Europa, el Stoxx Small 200 se anota algo menos de un 5% desde el comienzo de curso. El EuroStoxx 50, que son las grandes capitalizadas del Viejo Continente, se revaloriza cerca de un 8% en el mismo periodo. Al otro lado del Atlántico, el Russell 2000 pierde casi un 6% desde el primero de enero mientras que el S&P 500 logra mantenerse en positivo por encima del 1,7% anual.
 
 
Detrás de esta peor evolución hay dos grandes factores. El primero, es la incertidumbre en torno a los aranceles que terminará imponiendo Estados Unidos al resto de sus socios comerciales ya que estas compañías más pequeñas son las que lógicamente cuentan con menos posibilidades de deslocalización de su producción y, por tanto, las que verán sus productos más penalizados en el mercado. Por otro lado, cada vez hay más indicadores que cuestionan la continuidad del crecimiento económico global, algo que también suele castigar más a las compañías más pequeñas, que tienden a estar más ligadas al ciclo.


"La incertidumbre geopolítica y el riesgo de aranceles han hecho que las empresas busquen activamente acortar las cadenas de suministro trasladando la producción y los procesos más cerca de casa", explican en Janus Henderson. Por su exposición, esto es "algo que podría favorecer a partir de ahora a las empresas pequeñas, que están más expuestas a sectores como el industrial y el de materiales, áreas que esperamos se beneficien de la tendencia a la deslocalización", agregan. "Los tipos de interés a la baja, aunque no volvamos a tipos cero, no es un mal entorno para las pequeñas capitalizadas dado su descuento en valoración frente a las grandes y creemos que "se ha abierto una oportunidad de aumentar la exposición a pequeñas capitalizaciones mundiales a niveles atractivos", siguen. "Las empresas más pequeñas siguen cotizando con un descuento significativo en relación con sus homólogas de mayor tamaño, un nivel que tardará tiempo en recuperarse", concluyen. 

 
Esta circunstancia, sin embargo, solo se da ahora mismo en Europa. El Stoxx Small 200 cotiza a un PER (veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción) de 13,6 veces, lo que implica un descuento del 5,5% frente al Stoxx 600. Además, también ofrece una oportunidad por precio frente a su media de la última década, que es de 16 veces, con lo que ahora se puede comprar por un 15% menos en función de los multiplicadores de beneficios.


En Estados Unidos la situación es diferente. Pese a que el Russell 2000 lo ha hecho mucho peor que el mercado durante los últimos meses, no ha abierto un descuento atractivo frente al mismo. De hecho, ahora sus beneficios se pagan a 22,65 veces, un 1% por debajo de su PER medio de la década y un 5% por encima del multiplicador actual del S&P 500, que es de 21,5 veces.



En España sí baten al mercado

Al contrario que sucede en Europa y Estados Unidos, en España sí se está dando un mejor comportamiento de los valores pequeños y medianos frente a lo que es el Ibex 35. Así, el Ibex Small Cap se anota en 2025 más de un 23%, con lo que saca una diferencia de más de 3 puntos porcentuales al índice de referencia español.

"Este año las small caps españolas están demostrando un notable potencial de revalorización y, pese a que suelen pasar desapercibidas frente a los gigantes del Ibex, han mostrado una proyección de crecimiento superior al 60%", apuntan en Activotrade. "Su potencial de crecimiento es mayor porque parten de una base menor y, al tener menos cobertura por parte de analistas y medios, sus precios pueden reflejar ineficiencias que un inversor bien informado puede aprovechar. Además, en contextos de recuperación económica suelen comportarse mejor que las grandes", concluyen.





No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

#1259

Análisis técnico del S&P 500: El camino de menor resistencia sigue siendo al alza


 
El S&P 500 se acerca a máximos históricos gracias a dos catalizadores recientes. El primero provino de Bowman, de la Fed, quien ofreció comentarios moderados e incluso sugirió que apoyaría un recorte de tasas en julio si se moderaban las presiones inflacionarias. Dado que hasta ayer mantuvo una postura restrictiva, esto fue significativo para el mercado.

El segundo catalizador se produjo al final de la sesión estadounidense, cuando la represalia de Irán se interpretó como un simple espectáculo, similar a la de 2020 con Soleimani. El mercado comenzó a esperar el fin del conflicto, lo que se vio confirmado por la publicación de Trump en sus redes sociales.


En general, la vía de menor resistencia sigue siendo al alza, a medida que las expectativas de crecimiento siguen mejorando. Tenemos muy pocos riesgos por delante. El único que veo por ahora es que el proyecto de ley de Trump fracase en el Senado. La guerra comercial ya no debería ser un riesgo, ya que el plazo se extenderá si es necesario y ahora todos tienen claro que alcanzaremos un arancel de alrededor del 10 %.


Los factores positivos siguen siendo la política fiscal expansiva y la moderada reacción de la Fed. El principal impulsor del mercado bursátil son las expectativas de crecimiento, por lo que, mientras estas se mantengan sesgadas al alza, deberíamos seguir avanzando.


En el gráfico diario, observamos que el S&P 500 se acerca a su máximo histórico tras las moderadas declaraciones de Bowman por parte de la Fed y la desescalada entre Israel e Irán.

 Es aquí donde podemos esperar que los vendedores intervengan con un riesgo definido por encima del máximo histórico para posicionarse ante una posible caída hacia la zona de soporte de 5800. Los compradores, por otro lado, buscarán una ruptura al alza para impulsar sus apuestas alcistas hacia nuevos máximos.

En el gráfico de 4 horas, podemos ver que el precio ha estado operando dentro de un canal ascendente durante todo el mes. Actualmente, estamos cerca no solo de los máximos históricos, sino también del límite superior del canal.


Esto podría resultar en una fuerte resistencia que se rompa en el primer intento, y los vendedores tendrán más convicción para entrar en estos niveles con un stop protegido por encima del canal. Los compradores, por otro lado, buscarán una ruptura para invalidar la configuración bajista y aumentar el impulso alcista. 


 Giuseppe Dellamotta 


No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

#1260

Re: Este puede ser el rally más odiado de la historia.

Es muy interesante cómo este rally ha generado más dudas que entusiasmo, a pesar de los máximos históricos del S&P 500. Coincido en que la concentración del rendimiento en unas pocas megacapitalizaciones, principalmente tecnológicas, genera una sensación de desequilibrio. Cuando menos del 50% de las acciones del índice superan su media móvil de 50 días, mientras el índice en general sigue subiendo, es comprensible que muchos inversores se sientan desconectados del aparente optimismo del mercado.

También me parece relevante lo que se menciona sobre la "escasez de convicción fundamental". En un entorno con señales mixtas —inflación moderándose, rendimientos de bonos a la baja, pero sin señales claras de recortes de tipos— no es extraño que los flujos se concentren en lo que se percibe como “seguro”: empresas grandes, con balances sólidos y crecimiento sostenido.

Quizás el mayor desafío actual no sea técnico ni económico, sino psicológico: muchos inversores aún tienen muy presente el trauma de los ciclos anteriores, lo que los hace desconfiar incluso de los buenos datos. Este "muro de preocupación", como se dice en el artículo, puede ser paradójicamente saludable, ya que evita los excesos de euforia típicos de los techos de mercado.

Por ahora, parece que el mercado sigue en una especie de compás de espera, pendiente tanto de los datos macro como de señales claras desde la Fed. Mientras tanto, la diversificación y la gestión del riesgo siguen siendo esenciales. Gracias por compartir un análisis tan completo y provocador