Acceder

Historias de la Bolsa.

1,04K respuestas
Historias de la Bolsa.
19 suscriptores
Historias de la Bolsa.
Página
70 / 70
#1036

Septiembre es el mes más cruel para el mercado, excepto en años de elecciones presidenciales


 
Hay dos razones por las cuales los traders podrían querer resistir la tentación de recurrir al efectivo en septiembre, a pesar de la reputación del mes como terrible para el mercado de valores estadounidense.


La primera es que esta reputación se debe a los meses de septiembre de los tres primeros años del mandato presidencial estadounidense. Durante los años electorales, el mercado de valores estadounidense en septiembre no tiene un rendimiento peor que el promedio. La otra razón para no recurrir al efectivo es que algunas industrias y sectores contrarrestan la caída general del mercado en septiembre.


La reputación de septiembre como un período de pérdidas para los inversores en acciones es bien merecida, si nos centramos en el promedio de todos los años.


El Dow Jones, creado en 1896, ha ganado un promedio de 0,8% en todos los meses excepto septiembre. En cambio, en el mes de septiembre promedio, el Dow ha perdido un 1,1%. Ese diferencial de 1,9 puntos porcentuales es enormemente significativo desde una perspectiva estadística.


Indulto presidencial


Menos conocido es que los meses de septiembre en años de elecciones presidenciales no son tan malos para el mercado de valores. En los 32 años de este tipo desde fines del siglo XIX, el Dow en septiembre produjo una ganancia de 0,2%, en promedio. Eso es mejor que la ganancia promedio de otros cuatro meses durante años de elecciones presidenciales, como se puede ver en el gráfico a continuación. De hecho, durante los años de elecciones presidenciales, el rendimiento promedio del Dow en septiembre es estadísticamente indistinguible del promedio de los otros 11 meses.


Eso por sí solo puede ser razón suficiente para que usted permanezca en el mercado de valores durante el próximo mes. Pero si la terrible reputación de septiembre todavía le preocupa, otra opción sería trasladar su cartera hacia aquellas industrias y sectores que han generado dinero en el mes de septiembre promedio, incluso cuando el mercado en general ha sufrido.


Para identificar qué sectores tienen el mejor rendimiento promedio en septiembre, recurrí a una base de datos que contiene los rendimientos mensuales de 48 sectores industriales desde 1963, según los datos proporcionados por el profesor Ken French del Dartmouth College. Los cinco primeros, en orden descendente de sus rendimientos promedio en septiembre, se enumeran a continuación. Observe que los promedios de los cinco son sustancialmente superiores al rendimiento promedio de septiembre del Dow de -1,1%.— pertenecen a una de esas industrias recomendadas actualmente por cualquiera de los boletines de inversión monitoreados por mi firma de auditoría de desempeño.
Ganancia media en septiembre:


  • Oro y metales preciosos: 1,4%
  • Seguros: 0,7%
  • Servicios personales: 0,6%
  • Petróleo: 0,5%
  • Asistencia sanitaria: 0,5%

No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

#1037

Errores más comunes de los inversores noveles y ofrece algunas orientaciones para evitarlos


 
Gescooperativo, la sociedad de inversión colectiva del Grupo Caja Rural, dentro de su iniciativa para fomentar la cultura financiera, explora en este informe los errores más frecuentes que cometen los nuevos inversores.

Recuerda que la opción más efectiva para evitarlos es, aparte de una buena formación y experiencia, que se logran con el tiempo, contar con el asesoramiento de un gestor profesional.


“Invertir en los mercados financieros puede ser una herramienta poderosa para aumentar el patrimonio personal, pero para los inversores noveles, este camino está lleno de trampas y errores comunes”, señalan los expertos de Gescooperativo.


Recuerdan además que, con la llegada de septiembre, da comienzo el “nuevo curso” para los inversores, con el consiguiente aumento del volumen de transacciones y la reactivación de las estrategias de inversión, lo que hace especialmente interesante tener en cuenta estos consejos.

Escasa educación financiera


Probablemente, este problema está en la base de todos los demás errores de inversión. De esta manera, no conocer que existen diferentes tipos de activos, su funcionamiento y los riesgos y ventajas asociados a cada uno de ellos, puede llevar a buscar soluciones sin fundamento, que no se ajusten a los objetivos de inversión, o peor aún, a ni siquiera ser consciente de esta necesidad. Además, es necesario tener en cuenta otras cuestiones, como la inflación. Aparte de proponernos ganar dinero con las inversiones, es imprescindible conocer que nuestro patrimonio puede perder poder adquisitivo año tras año. Carecer de educación financiera produce desconfianza, y esta puede conducir al inversor a no actuar.

Ausencia de diversificación


Muchas veces, el ser humano es egocéntrico, y cuando encuentra un producto financiero que considera bueno, directamente lo suscribe sin tener en cuenta los diferentes riesgos asociados. No diversificar y hacer una apuesta por un solo activo puede llevar a multiplicar la vulnerabilidad de la inversión. El comportamiento del mercado suele ser imprevisible la mayoría de las veces y por ello vale la pena siempre diversificar a modo de protección y para intentar no incurrir en pérdidas.


Seguir lo que dicen otras personas con influencia


A diferencia de lo que ocurría antes, cuando la información financiera era solo accesible a una élite, hoy esta fluye por diversos canales, y siempre encontramos a alguien que nos anuncia cuál será el próximo Amazon o la siguiente criptomoneda de éxito, sin reparar en que cualquier recomendación puede estar sesgada por múltiples factores. Cuando alguien decide realizar una inversión en un activo financiero y el criterio de selección no es suyo, lo más seguro es que no se vaya a sentir cómodo cuando se produzcan las inevitables fluctuaciones del mercado. De hecho, hoy en día, esta es una de las actitudes más peligrosas para un inversor por la abundancia informativa existente de fuentes con diversos intereses.


No tener un plan de inversión


Muchas veces el inversor, influido por las informaciones que recibe, puede creer que está ante el momento idóneo para invertir en activos de renta variable o de renta fija. Pues bien, estas consideraciones tienen una importancia relativa si no se tiene en cuenta el propio ciclo vital del inversor. ¿El inversor es una persona joven, con una perspectiva de años por delante de desarrollo de carrera, o está cerca de la jubilación? Conocerse a uno mismo es un aspecto fundamental para diseñar un buen plan de inversión. Al fin y al cabo, la inversión más adecuada es aquella que se adapta a nuestras necesidades.


Pensar que se puede predecir los movimientos del mercado


Es decir, pensar que el inversor es capaz de adelantarse a las inflexiones del mercado, prever sus puntos más bajos y altos, como si se dispusiese de un cronómetro. La experiencia nos dice que puede ser un error comprar cuando parece que el mercado está bajo, porque consideramos que está barato, y vender cuando se piensa que está caro. A veces, puede ser así, pero no tienen por qué serlo siempre. Esta es una mentalidad más propia de un jugador de apuestas. En toda inversión es necesario que haya un análisis previo en el que el inversor marca su precio de entrada, que se puede ir revisando en función de la evolución de la compañía o de las perspectivas económicas


No saber controlar las emociones.

Otro error clásico es dejarse llevar por las emociones que suscita el mercado en los inversores. Dejarse influenciar por situaciones de pánico o euforia no suele traer buenas consecuencias, como cortar las ganancias cuando estas se producen, principalmente por miedo a que la subida sea limitada o de corto alcance, o dejar correr las pérdidas en momentos bajistas por no querer aceptar que se ha cometido un error.


Contar con un plan de inversión estático


Creer que un plan de inversión inicial es suficiente para garantizar el éxito a largo plazo es prácticamente una quimera. Toda cartera de inversión necesita ajustes periódicos para adaptarse a las circunstancias cambiantes del mercado y a la evolución de los objetivos financieros del inversor. Hay que tener en cuenta que, cuando un inversor establece su cartera, lo hace basándose en una serie de suposiciones y condiciones actuales, como su situación financiera, tolerancia al riesgo y expectativas de mercado. Un buen plan de inversión no es estático y debe ajustarse periódicamente según la cambiante circunstancia del inversor y del entorno económico. Ello no solo ayuda a gestionar el riesgo, sino que también maximiza las oportunidades de alcanzar sus objetivos financieros a largo plazo.


No conocer la fiscalidad asociada a los activos financieros


Este es un problema que puede llevar al inversor a adoptar decisiones poco óptimas. Por ejemplo, al invertir en renta variable española, un inversor puede elegir entre acciones, ETFs o fondos de inversión. Sin embargo, desde el punto de vista fiscal, los fondos de inversión ofrecen ventajas significativas, como la posibilidad de traspasar inversiones sin tributar por las plusvalías hasta el momento del reembolso. Esta diferencia puede tener un impacto considerable en la rentabilidad neta de la inversión.


Y el modo de evitar los errores…


Cuando una persona desea adentrarse en el mundo de la inversión y carece del conocimiento y la experiencia necesarios, el modo más seguro y eficaz es contar con el apoyo de un gestor profesional. Un gestor experimentado puede proporcionar una orientación valiosa y adaptada a las necesidades específicas del inversor. Ahora bien, es muy importantes que el inversor sea lo más claro y transparente posible con su gestor, compartiendo detalles sobre su situación vital, sus objetivos financieros y su perspectiva a corto, medio y largo plazo. Al proporcionar esta información, este profesional puede identificar mejor las necesidades del inversor y diseñar una estrategia de inversión personalizada que se ajuste a su perfil de riesgo y metas financieras. Este enfoque colaborativo no solo ayuda a evitar errores comunes, sino que también maximiza las oportunidades de éxito a largo plazo.



 


No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

#1038

¡He aquí la guía definitiva de los mercados para lo que resta de año!...qué esperar, cómo actuar, qué comprar, qué vende


Los temores de una recesión están creciendo en Wall Street después de la publicación de datos económicos decepcionantes en Estados Unidos y una ola de ventas en el mercado mundial que llevó a la mayor caída en un día del índice japonés Nikkei 225 desde 1987. Pero, ¿cómo de real es ese riesgo?


Mucho depende de hacia dónde se dirige la economía: no existe una relación necesaria entre las ganancias y el crecimiento del PIB de EE. UU. (muchas empresas tienen grandes operaciones internacionales), pero un crecimiento del PIB del 2 % a menudo se asocia con un crecimiento de las ganancias del 6 % al 10 %.
Se trata del crecimiento de las ganancias y del múltiplo futuro.

Se espera que las ganancias del S&P 500 aumenten aproximadamente un 15% el próximo año, muy por encima del promedio, que generalmente se sitúa unos puntos por encima o por debajo del 10%.

Estimaciones de ganancias del S&P 500:

  • 2024: $243,53
  • 2025: 279,65 dólares (un aumento del 14,8 %)

Para ello, no sólo sería necesario que las ganancias de las empresas tecnológicas se mantuvieran fuertes, sino que las ganancias generales tendrían que estar por encima del promedio. Si bien hay margen para cierta debilidad, eso requeriría una economía que todavía se mantuviera fuerte.

Si cree que nos estamos encaminando hacia una recesión, esa estimación de un crecimiento de las ganancias del 15% es claramente errónea. Pero ¿en qué medida?

Si el PIB se contrae, el crecimiento de las ganancias podría llegar a cero o ser negativo. En eso consiste una recesión: en un crecimiento negativo del PIB.

Durante la última recesión, en 2020, el crecimiento de las ganancias cayó un 13% interanual, aunque se recuperaron rápidamente en 2021.

Otro problema es el múltiplo de ganancias futuras, o ratio P/E, que es una medida de cuánto están pagando los inversores por cada dólar de ganancias futuras. Según las estimaciones de ganancias para 2025, el múltiplo futuro se ha contraído considerablemente en los últimos dos meses, desde un máximo de 20,8 a aproximadamente 19,1 en la actualidad.


Incluso con un múltiplo más bajo, cualquier valor cercano a 20 refleja una economía en expansión, no en contracción, por lo que también sería incorrecto en el caso de una recesión.


Un múltiplo recesivo típico puede estar entre 13 y 16.

Lo sorprendente de los múltiplos es que pueden contraerse incluso cuando las ganancias aumentan. Las ganancias del S&P 500 aumentaron un 5% entre 2021 y 2022 y un mísero 1% entre 2022 y 2023, pero el múltiplo a futuro se desplomó desde el 20% hasta 16 a mediados de 2022.

¿Qué pasó? Todo el mundo estaba convencido de que íbamos a entrar en otra recesión, ya que la Reserva Federal subió las tasas para combatir la inflación. Pero no fue así. No hubo recesión. Aun así, el S&P 500 terminó el año con una caída del 18%.

¿Cómo solucionar esto?

En primer lugar, una corrección típica (una caída del 10%) llevaría al S&P 500 a alrededor de 5.100, unos 200 puntos por debajo de donde está ahora.

Más allá de eso, dígame aproximadamente cuál será el PIB y podremos discutir sobre ganancias y estimaciones múltiples.

Vamos a esbozar cuatro escenarios.

En el escenario actual, donde nos encontramos ahora, el crecimiento de las ganancias en 2025 es del 15%, con un múltiplo de 19,1. El S&P 500 está aproximadamente en 5.346 (243,53 dólares x crecimiento del 15% x 19,1 = 5.346).

Primer escenario a futuro: Empecemos con una evaluación alcista: el PIB se mantiene en torno al 2% y los mercados internacionales están estables. En ese caso, incluso si las expectativas de ganancias caen del 15% al ​​10%, es poco probable que el múltiplo a futuro entre en territorio de recesión.


Supongamos entonces un crecimiento de las ganancias del 10 % para 2025 y, como la economía sigue creciendo, mantengamos el múltiplo en 19. Eso nos llevaría a 5089 en el S&P 500 (243,53 USD x crecimiento del 10 % x 19 = 5089).

Segundo escenario: supongamos un crecimiento de las ganancias del 10 % para 2025 y digamos un múltiplo más bajo, históricamente más normal, de 17. Eso lo llevaría a 4554 en el S&P 500 ($243,53 x crecimiento del 10 % x 17 = 4554).


4.554 sería aproximadamente un 15% más bajo que donde estamos ahora y dejaría al S&P 500 en negativo en el año (el S&P cerró 2024 en 4.769).


Tercer escenario: bajista. Si el PIB llegara a cero o menos, las cifras pueden empeorar mucho. En ese caso, supongamos que las ganancias suben un 5% en lugar de un 15% y que el múltiplo subirá a 15, y se llega a 3.835 en el S&P 500 (243,53 dólares x crecimiento del 5% x 15 = 3.835).

La única razón por la que mantengo las ganancias en un 5% en lugar de estables o negativas es que incluso en una recesión es razonable asumir que las ganancias tecnológicas seguirán creciendo.

A continuación se presenta una serie de estimaciones (utilizando estimaciones de ganancias para 2025):

  • Situación actual: crecimiento de ganancias del 15%, P/E 19,1 = S&P 5.300
  • Menor crecimiento, mismo P/E 10% de crecimiento de las ganancias, 19 P/E = S&P 5,089
  • Menor crecimiento, menor P/E: crecimiento de las ganancias del 10 % 17 P/E = S&P 4554
  • Bajista: crecimiento de las ganancias del 5% 15 P/E = S&P 3.835

¿Recesión, en serio? ¿Recuerdas 2022?

Todo esto nos lleva a preguntarnos si estamos exagerando un poco. Hay una gran diferencia entre una desaceleración del crecimiento y una recesión.

Las cifras de empleo fueron de 4,3% de desempleo y 114.000 puestos de trabajo creados, lo que no está ni cerca de una recesión.


“114.000 puestos de trabajo no es tan malo en el gran esquema de las cosas”, dijo Cameron Dawson de NewEdge Wealth en nuestro programa del viernes. “Depende de lo que usted crea que debería ser el nivel neutral de puestos de trabajo. Si es 150.000, 114.000 no está mal. Si usted cree que debería estar más cerca de 200.000-300.000, entonces esos 114.000 son bastante malos”.


Keith Lerner, de Truist Wealth, señaló que el crecimiento promedio del empleo en los últimos años ha sido de alrededor de 170.000, no muy lejos del dato de julio y cerca del nivel previo a la pandemia.


El hecho de que haya habido un movimiento tan enorme en las acciones y, en particular, en los rendimientos de los bonos del Tesoro durante la última semana es una señal de que el mercado ha estado un poco desorientado con respecto a la historia del crecimiento, pero no es una señal de recesión.


Recuerden 2022: todos estaban convencidos de que había una recesión inminente. Todos estaban equivocados.


No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

#1039

Re: ¡He aquí la guía definitiva de los mercados para lo que resta de año!...qué esperar, cómo actuar, qué comprar, qu...

A mí el mayor miedo que me da es que Michel Burry se ha puesto alcista así que quizás ahora sí que venga el bajón 🤣

Saludos 
#1040

Berkshire Hathaway, la decadente empresa textil que Warren Buffett convirtió en su vehículo inversor



  • Los orígenes están en la empresa Valley Falls Company, fundada en 1839 por Oliver Chace

  • La fusión de Berkshire y Hathaway en 1955 creó un gigante textil con 12.000 empleados y 120 millones de ingresos

  • Buffett asegura que es la peor inversión de su vida, que le hizo dejar de ganar 200.000 millones

Berkshire Hathaway, el brazo inversor de Warren Buffett, es una de las compañías más exitosas y admiradas desde hace décadas. Tanto sus excelentes resultados, su asombrosa rentabilidad rentabilidad, su forma de invertir o el liderazgo del propio Buffett y de su antiguo socio Charlie Munger han sido analizados y estudiados a lo largo de los años, para tratar de copiar sus triunfos.

La empresa ha logrado un nuevo hito, al convertirse en la primera compañía americana no tecnológica en alcanzar el billón de dólares de capitalización. Un logro que anteriormente solo habían alcanzado Apple, Microsoft, Amazon o Nvidia, además de Aramco entre las empresas ajenas a Wall Street.

Hoy, los intereses del conglomerado, que gestiona miles de millones en inversiones, están repartidos en múltiples sectores, siendo el asegurador el principal. Sin embargo, los orígenes de la compañía tienen no tienen nada que ver ni con los mercados financieros ni con el propio Buffett.


Para conocer los comienzos de Berkshire Hathaway hay que remontarse a principios de siglo XIX, donde nació como una pequeña empresa textil. Las raíces de la compañía están en Valley Falls Company, una empresa textil fundada por Oliver Chace en el pueblo del mismo nombre, situado en Rhode Island.

Chace era un brillante carpintero, que había trabajado previamente para Samuel Slater, fundador de la primera fábrica textil de Estados Unidos, y uno de los primeros industriales del país. Referente para los americanos, era tratado de traidor en su Inglaterra natal, por haberse llevado a las colonias tecnología textil británica, robando los diseños de maquinaria antes de emigrar.

Es en ese entorno en el que Chace dio sus primeros pasos profesionales y en el que forjó su mentalidad emprendedora. Valley Falls ya tenía una industria textil en rápido desarrollo cuando Chace, en 1939, adquirió y reorganizó varias fábricas alrededor de río de la ciudad.
 
Con la ayuda de sus hijos, fundó Valley Falls Company, para aglutinar toda las plantas que poseía, que siguieron creciendo rápidamente. Además, adquirió numerosas empresas durante las siguientes décadas para afianzar su expansión, destacando Albion Mills, Tar-Kiln Factory o Moodus Cotton Factory.


Esta primera etapa, que en realidad se prolongaría durante 90 años, fue solo el primer paso.

 El gran salto lo daría en 1929, cuando se fusionó con la empresa manufacturera Berkshire Manufacturing Company. Eran dos compañías de éxito, con valores equivalentes a decenas de millones de dólares actuales, y tras la fusión eran una empresa de un tamaño más que considerable. Al frente de la misma estaba Malcolm Greene Chace, tataranieto del fundador de la compañía, y miembro de la que ya era una de las familias más poderosas e influyentes del Estado de Nueva Inglaterra.

La compañía abandonó Valley Falls, cerrando todas las fábricas que allí poseía, y se instaló en Berkshire. A diferencia de la mayoría de compañías del sector, superó intacta la Gran Depresión, y aprovechó la crisis para adquirir otras algodoneras históricas a muy bajo precio. Con este escenario, una vez que Estados Unidos dejó atrás las dificultades económicas, los resultados de Berkshire se dispararon. En su momento más álgido, en 1948, llegó a contar con 11.000 trabajadores y 11 fábricas, logrando beneficios de casi 30 millones de dólares de la época.


El siguiente gran salto para la compañía llegaría en 1955, cuando se fusionó con Hathaway Manufacturing Company, otra empresa textil histórica, fundada en 1888 por Horatio Hathaway, miembro de una adinerada familia de comerciantes, que había incrementado su fortuna haciendo negocios con China. Tras la fusión, la naciente Berkshire Hathaway sumaba 15 plantas y más de 12.000 trabajadores, con ingresos que superaban los 120 millones de dólares.

Sin embargo, el sector ya había dejado atrás sus mejores años, y para finales de la década de los 50 la compañía empezó a sufrir dificultades. A principios de los 60 había cerrado 7 fábricas, y despedido a más de 6.000 empleados. Aún así, aún era capaz de producir más de 250 millones de yardas de tejidos, que se vendían por 60 millones de dólares.


Los activos que poseía la compañía, junto a una considerable cantidad de efectivo en su balance, llamaron la atención de un joven inversor, muy prometedor, pero aún poco conocido. Un tal Warren Buffett, de Omaha.

A través de su firma de inversión, Buffett Partnership Limited, Buffett comenzó a comprar acciones de Berkshire Hathaway en 1962, en aquel momento a 7,60 dólares por título.

 Finalmente, tomó el control de la empresa en 1965, tras invertir 14 millones de dólares. En realidad, nunca fue su intención poseer una empresa textil, un negocio que, como decíamos, mostraba signos de decadencia.

Todo fue una venganza. Cuando Buffet empezó a comprar acciones de la compañía, su objetivo es que, en algún momento, la propia empresa se las recomprara cuando tuviera más liquidez. Y así se comprometió el gerente de la compañía, Seabury Stanton, que ofreció 11,50 dólares por acción a Buffett. El problema es que a la hora de la verdad presentó una oferta inferior, lo que enfureció al inversor, que en venganza decidió hacerse con más acciones para tomar el control de la compañía. Una vez logrado, despidió a Stanton.

Fueran cuales fuesen sus motivaciones, la realidad era que Buffett tenía una empresa textil, y tenía una gran cantidad de dinero invertida en ella. Durante 20 años, trató de mantener a flote esa rama de negocio, contra cualquier lógica. Y, de hecho, no cerró las últimas fábricas textiles de Berkshire Hatawhay hasta 1985. Pero tan pronto como en 1967 fue apostando por nuevas vías de negocio, trasladando gradualmente el capital a otras industrias, empezando por la adquisición ese mismo año de la aseguradora National Indemnity.

Poco después, en 1970, se hizo con una parte de GEICO, que hoy forma el núcleo de sus operaciones de seguros, principal fuente de capital para el resto de inversiones de la compañía. Cada vez el negocio textil tenía un peso más residual en el grupo, ya convertido en un vehículo inversor, cuya sede ya había trasladado a su natal Omaha.


La peor inversión de su historia


Buffett siempre ha descrito la compra de Berkshire Hathaway como la peor inversión de su vida
. Según sus cálculos, si en lugar de invertir en esa empresa textil hubiera apostado por el negocio de los seguros, habría ganado 200.000 millones de dólares más desde 1965.

Pese a todo, la boutique financiera de Buffett, durante sus casi 49 años de existencia, tan solo ha presentado un desempeño negativo en 11 ejercicios, alcanzando una rentabilidad anual media del 19,8%, superando a cualquier otro índice de referencia en ese periodo.

En ese lapso temporal, todos los que apostaron por el inversor desde el principio, cuando Buffett era casi un desconocido, se hicieron multimillonarios. Uno de los que se sumó a ese grupo de éxito fue Malcom Chace. El descendiente del fundador de la Valley Lands Company con la en que empezó todo nunca quiso desprenderse de sus acciones de Berkshire Hathaway, e incluso se mantuvo en el consejo de administración, aunque su peso era residual. Gracias a esa cabezonería, la fortuna familiar llegó a superar los 800 millones de dólares. Siempre hubo un Chace en el consejo de administración de Berkshire Hathaway, hasta 2007.

La empresa ha logrado un nuevo hito, al convertirse en la primera compañía americana no tecnológica en alcanzar el billón de dólares de capitalización. Hoy, su cartera bursátil se concentra sobre todo en cinco compañías, ninguna relacionada con el negocio textil: Apple, Coca Cola, Chevron, Bank of América y American Express. Las decisiones que toma y las inversiones que realiza siguen siendo una referencia para el mercado, y Buffett se ha convertido en el inversor más influyente del mundo.

Berkshire Hathaway, la decadente empresa textil que Warren Buffett convirtió en su vehículo inversor (eleconomista.es)




No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

#1041

El Nikkei se hunde un 4% tras las fuertes caídas en Wall Street: vuelve al fantasma de la recesión


 
El miedo vuelve este miércoles a los mercados después de que ayer Wall Street arrancara el mes de septiembre con fuertes caídas. El Dow Jones se dejó un 1,5%, el S&P, un 2,12% y el Nasdaq, un 3,26%. Los descensos vinieron motivados por el hundimiento de gigante Nvidia (perdió un 9,5%, borrando 278.900 millones de dólares en la mayor pérdida de valor de la historia para una acción estadounidense), que sigue sufriendo las consecuencias de unos resultados que decepcionaron por no cumplir con las expectativas más exigentes del mercado, y por los datos macro (el índice PMI que elabora el Institute for Supply Management publicado ayer mejoró en agosto, pero se mantiene en contracción).


A las caídas en Wall Street han seguido los recortes en Asia esta madrugada. El hundimiento del Nikkei del 4% vuelve a traer los fantasmas que sobrevolaron los mercados a principios de agosto y que hicieron temer por una recesión. Poco a poco esos fantasmas se fueron alejando a medida que las cosas se tranquilizaban a lo largo del mes pasado, pero el mal arranque de septiembre demuestra que no están demasiado lejos y que hay muchos nervios entre los inversores.

"Septiembre ha comenzado mal, por decirlo suavemente. Las acciones estadounidenses se han desplomado después de que los últimos datos del ISM hayan mostrado el quinto mes de contracción en el sector manufacturero de EEUU, y a un ritmo acelerado. Esto ha reavivado los temores de recesión antes de conocerse los datos cruciales de empleo en EEUU de esta semana", escribe Ipek Ozkardeskaya, analista sénior de Swissquote Bank.

Las acciones tecnológicas lideraron las pérdidas este martes en EEUU y las han liderado hoy miércoles en Asia. Los analistas ya anticipaban que la volatilidad iba a continuar en los títulos de Nvidia después de que publicara, el miércoles pasado, sus resultados del segundo trimestre fiscal 2025 y cayera en bolsa por no cumplir las expectativas más altas. Sin embargo, muchos también dijeron que siguen confiando en la compañía e incluso hubo mejoras de valoración, como la de Bank of America.

"La desaceleración del crecimiento en EEUU y los datos débiles aumentan los temores de recesión y las expectativas de recorte de tasas. Las expectativas de recorte de tasas favorecen una rotación sectorial desde las grandes tecnológicas altamente valoradas hacia los segmentos no tecnológicos del mercado", explica Ozkardeskaya. "Pero la expectativa de un recorte de tasas agresivo es negativa para todas las acciones, independientemente de su exposición a la tecnología", remarca. "Las malas noticias son malas noticias para todos".

DESENSOS EN EL RESTO DE ASIA


Además del Nikkei, el resto de plazas asiáticas también ha caído este miércoles. El índice Kospi de Corea del Sur pierde un 3%, al igual que el Kosdaq, que registra una caída del 3,8%.

Los gigantes de chips Samsung Electronics y SK Hynix, ambos proveedores de Nvidia, cayeron un 3,59% y un 7,72%, respectivamente.

El índice Taiwan Weighted cede un 4,46%, con los pesos pesados Taiwan Semiconductor Manufacturing Company bajando un 5,21% y Hon Hai Precision Industry, conocida internacionalmente como Foxconn, cayendo un 3,51%. El índice llegó a perder hasta un 5,29% en las primeras operaciones antes de recuperarse.

El S&P/ASX 200 de Australia se deja casi un 2%, arrastrado principalmente por la debilidad de los precios del petróleo. El PIB del país en el segundo trimestre creció un 1% interanual, en línea con las expectativas, y un 0,2% trimestral, ligeramente por debajo del 0,3% previsto por los economistas encuestados por 'Reuters'.

El índice Hang Seng de Hong Kong baja un 1,2%, mientras que el CSI 300 de China continental pierde un 0,58%.

Las acciones de chips chinos también han mostrado debilidad a pesar de no estar relacionadas con la cadena de suministro de Nvidia, con la compañía estatal Semiconductor Manufacturing International Corporation cayendo un 1,95% y Hua Hong Semiconductor bajando un 1,06%.

Por otro lado, el índice de gerentes de compras de servicios Caixin para agosto mostró que el sector de servicios de China se expandió a un ritmo más lento en comparación con julio, con el PMI cayendo a 51,6 desde 52,1.

SE ACABÓ EL VERANO, VUELVEN LOS BAJISTAS


Michael Brown, estratega sénior de Pepperstone, escribe este miércoles que las caídas en Wall Street de ayer muestran el fin del verano y la vuelta de los bajistas, pero también cree que la tendencia de las bolsas sigue apuntando al alza y que "la caída sigue siendo una oportunidad de compra" de cara al medio plazo.

"Lo ocurrido refleja la alta sensibilidad de los participantes del mercado a los datos, especialmente a las sorpresas negativas. La formulación de políticas dependientes de datos puede tener sentido, pero esta dependencia puede y suele inducir una mayor volatilidad, especialmente en los puntos de inflexión del ciclo de políticas, como en el que nos encontramos ahora", comenta.

EL ATERRIZAJE SUAVE SIGUE A LA VISTA


Danske Bank, por su parte, aprovecha lo ocurrido para publicar un informe en el remarca que los riesgos de recesión en EEUU "siguen siendo bajos" y continúan apostando por un aterrizaje suave.

"Realizamos ajustes marginales a nuestro perfil de pronóstico y vemos el crecimiento del PIB en 2024 en un 2,5% (frente al 2,3%) y en 2025 en un 1,5% (sin cambios)".

La producción potencial sigue creciendo a un ritmo acelerado, apoyada por el aumento en la oferta laboral, el sólido crecimiento de la productividad y la demanda impulsada por la política fiscal para inversiones en manufactura, comenta el banco danés.

Por otro lado, los riesgos para el panorama siguen estando algo sesgados a la baja. "La tasa de ahorro actual baja indica que los colchones de los consumidores siguen siendo débiles. La lenta transmisión de la política monetaria y el alto porcentaje de hipotecas a tasa fija sugieren que los recortes de tasas no proporcionarán un impulso rápido al crecimiento económico si el panorama se deteriora más rápido de lo que esperamos".

Nieves Amigo 



No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

#1042

Los inversores más optimistas deberían plantearse estos dos grandes riesgos de mercado


 
Desde el final de la corrección del " carry trade del yen" en agosto, el posicionamiento alcista ha regresado con fuerza, pero los inversores enfrentan dos riesgos clave a principios de septiembre. Si bien el posicionamiento alcista y el optimismo son ingredientes para un mercado en alza, hay más en esta historia.


Es cierto que “la marea alta levanta todos los barcos”, lo que significa que, a medida que el mercado sube, los inversores comienzan a buscar precios de acciones más altos, lo que lleva a una espiral de compras. Esto conduce a una mejora en la amplitud y participación del mercado, lo que respalda nuevos aumentos de precios.


Teniendo en cuenta que “por cada comprador debe haber un vendedor”, los datos confirman que los compradores están cada vez más dispuestos a pagar precios más altos para atraer a los vendedores al mercado. Ese ciclo continúa hasta que los compradores dispuestos a pagar precios más altos disminuyen. Si bien los precios están subiendo, estamos viendo una disminución de los compradores a los precios actuales, como muestra en el gráfico del volumen de operaciones en varios niveles de precios. Los compradores actualmente “viven a un nivel más bajo” entre 5440-5480 del S&P 500 y los mínimos correccionales recientes.


Sin embargo, a pesar de la disminución del grupo de compradores en los niveles actuales, los inversores se muestran cada vez más optimistas a medida que suben los precios. Como muestra el indicador compuesto de miedo/codicia, basado en “cómo se posicionan los inversores” en el mercado, volvemos a niveles más basados ​​en la “codicia” . Si bien no estamos en niveles extremos, los inversores se muestran cada vez más optimistas sobre precios futuros más altos. Por supuesto, estas lecturas solo confirman lo que los precios del mercado ya nos están diciendo.


Sin embargo, se están desarrollando dos riesgos principales para el avance alcista a medida que entramos en septiembre.


La ventana de recompra de acciones comienza a cerrarse


En los próximos dos meses, el riesgo principal para los inversores optimistas es la eliminación de un comprador fundamental en el mercado: las corporaciones.

Estos artículos respaldan que las corporaciones han representado aproximadamente el 100% de las compras netas de acciones desde el año 2000. En otras palabras, el mercado estaría cotizando más cerca de 3000 en lugar de 5600 sin las recompras de acciones corporativas.
Sin embargo, estas recompras de acciones también plantean riesgos para el mercado a corto plazo. Como señaló Michael Lebowitz esta mañana:


“Al igual que las temporadas meteorológicas, las recompras de acciones también siguen patrones predecibles. En consecuencia, como se muestra a continuación, hemos pasado la temporada pico de recompras de acciones. Después del pico, las recompras de acciones disminuirán rápidamente hasta principios de noviembre. La disminución de las recompras de acciones no es un indicador bajista en sí. Sin embargo, a medida que disminuye el número de recompras, el mercado, específicamente las acciones que realizan recompras, tendrán menos demanda de sus acciones. Piense en las recompras de acciones como un viento de cola.


El patrón es predecible porque se relaciona directamente con los informes de ganancias corporativas. Por tres razones, la mayoría de las empresas prohíben las recompras de acciones aproximadamente un mes antes de su informe de ganancias trimestrales.



  • Preocupaciones por el uso de información privilegiada: los empleados tienen acceso a información no pública sobre sus ingresos. Por lo tanto, la prohibición ayuda a eliminar la percepción de que la empresa podría estar negociando sus acciones basándose en dicha información.

  • Percepción de los inversores: de manera similar, los inversores podrían sospechar si la empresa estuviera comprando activamente sus acciones justo antes de los anuncios de ganancias. Si los inversores estuvieran imitando las compras de la empresa, esto podría generar una mayor volatilidad en las acciones.

  • Preocupaciones regulatorias: si bien la SEC no regula las recompras de acciones antes de las ganancias, la mayoría de las empresas quieren evitar una investigación si la SEC sospecha que quienes recompran las acciones tienen información privilegiada.

Como se mostró el jueves 5 de septiembre, la ventana para las recompras comenzará a cerrarse. El apoyo a las compras corporativas será inexistente a principios de octubre y hasta finales de mes. En otras palabras, el comprador principal de acciones no estará disponible para ofertar precios.

Lamentablemente, eliminar ese comprador principal coincidirá con un riesgo de mercado secundario.


Preocupaciones por las elecciones presidenciales
A medida que nos adentramos en septiembre y octubre, aumenta un riesgo secundario. Históricamente, estos meses han sido testigos de caídas en los mercados bursátiles, especialmente en años en los que hay elecciones presidenciales. Hay tres razones principales para esta tendencia.

1. Incertidumbre en torno a los resultados electorales

A los mercados no les gusta la incertidumbre, y el resultado de una elección presidencial es una incógnita importante. Los inversores se vuelven cautelosos durante los años electorales, especialmente cuando la contienda está reñida. Les preocupan los posibles cambios de política que afecten a los impuestos, las regulaciones y el gasto público. Esa mayor incertidumbre aumenta la volatilidad del mercado y a menudo da lugar a caídas del mercado de valores a medida que los inversores se desplazan 
a activos más seguros.


2. Preocupaciones sobre el cambio de políticas

en producirse cambios políticos importantes. Por ejemplo, Harris y Trump tienen enfoques muy diferentes en materia de política fiscal, regulación y comercio internacional este año. Como las encuestas están muy ajustadas, Wall Street podría intentar asegurar ganancias antes de las elecciones, por temor a que las nuevas políticas puedan afectar negativamente las ganancias corporativas a través de tasas impositivas más altas y, potencialmente, cambios en las tasas de ganancias de capital.


3. Publicaciones de datos económicos


Septiembre y octubre son meses críticos para la publicación de datos económicos, en particular porque la Reserva Federal espera recortar las tasas en septiembre. Los indicadores clave de empleo, inflación y vivienda podrían mover los mercados en los próximos dos meses. Dada la proximidad de las elecciones, los mercados analizarán de cerca esas publicaciones mientras los candidatos intentan aprovechar los datos. Cualquier sorpresa negativa podría resultar en un fuerte repunte de la volatilidad.




Conclusión

A medida que nos acercamos a septiembre, que ya tiene un historial de desempeño débil, comprender estos dos riesgos puede ayudar a los inversores a navegar un posible repunte de la volatilidad, particularmente durante los años electorales.


Sin embargo, el momento en que se produce dicha consolidación o corrección siempre es complicado.

Sugerimos mantener los controles de riesgo, tomar ganancias según sea necesario, reequilibrar las carteras y mantener niveles de efectivo ligeramente más altos.


Si bien estas acciones no protegerán totalmente a las carteras de una caída en el corto plazo, amortiguarán el aumento de la volatilidad, lo que permitirá tomar decisiones de gestión de cartera más racionales y controladas.


No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

#1043

Ese café con leche con especias de calabaza que tomas está arruinando el mercado de valores.


 
Septiembre se perfila como un mes particularmente triste para el mercado bursátil. Me refiero al trastorno afectivo estacional (TAE), que es el estado de ánimo depresivo que solemos sentir con el cambio de estaciones.

Los investigadores han encontrado pruebas convincentes de que el TAE es responsable de que septiembre sea el peor mes para el rendimiento medio del mercado de valores. Y hay pruebas de que el TAE está afectando especialmente a los inversores este año.

Este efecto "tristeza" contrarrestará la tendencia positiva de ser un año de elecciones presidenciales. Como señalé en una columna reciente, septiembre de un año de elecciones presidenciales históricamente no es tan malo para el mercado de valores como en otros años. Excepto que el trastorno afectivo estacional nunca ha comenzado tan temprano como lo ha hecho este año.

El calendario de agosto podría haber dicho que el otoño aún está a varias semanas de distancia, pero nuestras mentes ya estaban empezando a lamentar el fin del verano. No ayuda que muchas escuelas y universidades comiencen ahora sus años escolares a mediados de agosto. Además, los minoristas eligieron fechas particularmente tempranas este año para promocionar sus productos de rebajas de otoño.

A mediados de agosto, por ejemplo, grandes minoristas como Walmart habían desplegado por completo sus exhibiciones de Halloween. El 22 de agosto, Starbucks comenzó a vender ese ícono de la temporada de otoño, el Pumpkin Spice Latte (PSL) . En cambio, Starbucks comenzó a vender el PSL el 10 de octubre de 2003. El reportero de MarketWatch Charles Passy informa que al “esperar” hasta el 22 de agosto para comenzar a vender el café con leche, Starbucks en realidad podría haber “llegado demasiado tarde”, ya que otros minoristas vendían su versión del PSL ya en julio.

Tengo esa tristeza del verano

Las investigaciones muestran que un enfoque tan temprano en los meses de otoño y en la realidad de que los días relativamente despreocupados del verano están terminando a menudo se traduce en pesimismo sobre el mercado de valores.

En general, el trastorno afectivo estacional es más frecuente en pleno invierno, pero lo que afecta al mercado de valores no es la afección general del trastorno afectivo estacional, sino los cambios en su incidencia. Las investigaciones muestran que los mayores cambios mensuales en el número de personas que sufren trastorno afectivo estacional se dan entre agosto y septiembre, según un análisis de datos recopilados por Raymond Lam, profesor y presidente de la cátedra de liderazgo en investigación sobre la depresión en la Universidad de Columbia Británica .

Tal vez el estudio más destacado que analiza la relación entre el mercado de valores y quienes padecen trastorno afectivo estacional se titula “ Asignación estacional de activos: evidencia de los flujos de fondos mutuos ”. Fue realizado por Mark Kamstra de la Universidad de York (Canadá), Lisa Kramer de la Universidad de Toronto, Maurice Levi de la Universidad de Columbia Británica y Russ Wermers de la Universidad de Maryland. Descubrieron que los cambios mensuales en quienes padecen trastorno afectivo estacional están correlacionados con las entradas y salidas de fondos mutuos.

Por supuesto, la correlación no implica necesariamente causalidad, pero los investigadores hicieron todo lo posible para eliminar otras hipótesis posibles. Una de las pruebas más reveladoras se produjo al analizar los flujos de fondos mutuos y la incidencia del trastorno afectivo estacional en Australia. Como el país está en el hemisferio sur, debería seguir un ciclo opuesto al de Estados Unidos, y así es.

En la medida en que el ánimo depresivo de los inversores en septiembre se vea afectado por cuestiones como los escaparates con temática otoñal de los minoristas en julio o agosto, el mercado de valores debería bajar cada vez más temprano cada año. Para averiguar si este es el caso, determiné para cada año la fecha del cierre más alto de agosto-septiembre para el Promedio Industrial Dow Jones. Por ejemplo, en 2003 —cuando Starbucks presentó su Pumpkin Spice Latte en octubre— el Dow alcanzó su máximo de agosto-septiembre el 18 de septiembre. El año pasado, cuando las exhibiciones con temas de otoño eran generalizadas en agosto, el máximo del Dow se registró a principios de agosto.


Sin duda, el mercado de valores se ve afectado por una gran cantidad de factores, además de cuándo los minoristas comienzan a promocionar productos con temática de otoño y cuándo Starbucks comienza a vender su icónico café con leche. Y hay mucha variación de un año a otro en las fechas en las que el Dow alcanza su máximo de agosto-septiembre. Sin embargo, el software estadístico de mi PC dice que hay una clara tendencia a que estas fechas ocurran antes cada año.

Después de la caída

Los inversores que se centran en el largo plazo no necesitan basar sus estrategias en el momento en que los minoristas comiencen a exhibir productos con temática otoñal, ni siquiera en la merecida reputación de septiembre de ser un mes malo para el mercado de valores. Pero este debate sigue siendo relevante para ellos, porque muestra cómo nuestros estados de ánimo pueden influir en los mercados.

A todos nos gusta pensar que somos totalmente objetivos y que nos basamos en datos cuando tomamos decisiones de inversión. Pero estudio tras estudio demuestra que esta conducta se respeta más cuando se la incumple que cuando se la cumple. Incluso algo aparentemente tan irrelevante como cuándo se puede comprar un café con leche con especias tiene un significado.




 

No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

#1044

Los alcistas necesitan mucha ayuda pero el mercado de valores no está dispuesto a dársela


 
El índice S&P 500, finalmente salió del rango de cotización en el que había estado durante casi tres semanas. Para sorpresa de muchos, esa ruptura se produjo a la baja. Esto deja una zona de resistencia importante entre 5.560 y 5.650.

Es interesante observar que el área de resistencia está justo por debajo del máximo histórico (5.670). Todo esto representa un impedimento formidable para lograr nuevos máximos históricos. Todavía se puede hacer, por supuesto, pero va a ser más difícil de lo que se pensaba en un principio.


En el gráfico del SPX hay una brecha entre 5.463 y 5.000 (marcada con un círculo en el gráfico), y probablemente sería constructivo que esa brecha se llenara. Sin embargo, si esta “corrección” continúa mucho más allá de eso (en concreto, si cae por debajo de 5.370), es probable que se produzcan ventas mucho más intensas en el mercado.


La señal de compra de la banda de volatilidad McMillan (MVB) sigue vigente. Su objetivo sigue siendo la banda superior +4σ, que todavía se encuentra aproximadamente en 5.750 y se mueve lateralmente.


Los ratios de opciones put/call de acciones han seguido bajando, a pesar de las fuertes ventas del 3 de septiembre, que sorprendentemente no estuvieron acompañadas de un gran aumento del volumen de opciones put. Por lo tanto, los ratios siguen dando señales de compra por ahora.


El 3 de septiembre, la amplitud del mercado fue bastante pobre y, por primera vez en mucho tiempo, es posible que los osciladores de amplitud cambien a señales de venta. La amplitud de “solo acciones” sigue siendo peor que la amplitud de la Bolsa de Nueva York.

 Necesitamos una confirmación de dos días de cualquier cambio en las señales de amplitud, y eso aún no ha ocurrido. Pero si la amplitud es negativa en los próximos días, es muy probable que este indicador, que ha sido alcista desde mediados de agosto, se vuelva negativo.


Los nuevos máximos en la Bolsa de Nueva York siguen dominando a los nuevos mínimos, lo que mantiene a este indicador en el bando alcista. Solo perderá ese estatus si los nuevos mínimos superan a los nuevos máximos durante dos días consecutivos.


La volatilidad realizada continúa disminuyendo. Nuestra medida para esta estadística es la volatilidad histórica (realizada) de 20 días del SPX (HV20), y había alcanzado un pico del 23% hace unas semanas. Sin embargo, los efectos del rango de cotización han pasado factura y, a pesar de un gran movimiento el 3 de septiembre, este indicador ha vuelto a bajar al 16%. Un cierre del 15% o menos eliminará este indicador como un indicador potencialmente bajista para las acciones.

El VIX vuelve a subir bruscamente. Esto hace que el VIX vuelva a estar en “modo de pico”. Esto detiene la señal de compra de “pico máximo” anterior y, con el tiempo, dará lugar a otra señal de compra similar. En concreto, cuando el VIX cierre al menos 3,0 puntos por debajo del precio más alto que haya alcanzado desde el 3 de septiembre en adelante, se producirá una nueva señal de compra de “pico máximo”.


Por el contrario, la tendencia de la señal de venta del VIX se mantiene, ya que el VIX nunca cerró por debajo de su promedio móvil (MA) de 200 días (que permanece en 14,50 y se mueve lateralmente).

Por último, el concepto de derivados de volatilidad sigue siendo alcista para las acciones. A pesar de las fuertes ventas del 3 de septiembre, las estructuras temporales siguen en alza. En la actualidad, la estructura temporal de los índices de volatilidad CBOE es probablemente una mejor medida que la estructura temporal de los futuros del VIX, debido al “impulso electoral” en la volatilidad implícita, como lo demuestran los futuros del VIX de octubre.


En resumen, los indicadores siguen siendo mixtos, pero el S&P 500 ha lanzado una señal de advertencia a los alcistas. Seguiremos negociando cualquier señal que se confirme, tanto de entrada como de salida. El nivel clave que hay que vigilar en este momento es el de 5.370: un cierre por debajo de ese nivel será muy negativo.





 

No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.

Te puede interesar...
  1. La curva de tipos recupera la neutralidad, implicaciones.
  2. Los Insiders venden los máximos históricos y las manos débiles compran, mal augurio.