Los 'tipos reales' suben a niveles de 2009 en EEUU y apuntan a positivo en el euro
Los bancos centrales se adentran a marchas forzadas en territorio restrictivo para el crédito y el consumo con su política monetaria, una vez que la inflación ya se sitúa por debajo de los tipos oficiales.
Bailey (BoE), Carsten (BIS), Lagarde (BCE) y Powell (Fed), en una conferencia en 2022.
BCE vía La Información
La desescalada de la inflación y la serie histórica de subidas de tasas de interés han provocado un vuelco en las perspectivas de la política monetaria con los 'tipos reales' (descontando la inflación) en terreno positivo en EEUU y a punto de seguir el mismo camino en la Eurozona. De hecho, pese a que la Reserva Federal (Fed) mantuvo sin cambios el pasado miércoles los tipos en el rango 5-5,25%, la última lectura de inflación a la baja en EEUU (4%) ha provocado que se ensanche el diferencial al 1,17%, su nivel más alto desde el verano de 2009.
De este modo, los tipos de interés nominales ajustados al crecimiento de los precios al otro lado del Atlántico superan la situación que experimentaron entre diciembre y enero de 2019, justo después del último ciclo alcista de tipos de la Fed, también con Jerome Powell como gobernador, que sumió a la economía en un estado de estancamiento y contracción que provocó los ataques del entonces presidente Donald TRump contra el banco central y su principal responsable.
Sobre el papel, el giro de tasas de interés reales negativas a positivas cambian el escenario económico y en los mercados. Por un lado, fomentan el ahorro y la inversión porque aumentan los incentivos para guardar en lugar de gastar. También coincide con una contracción del crédito debido a que tanto empresas como hogares buscan reducir su endeudamiento con tipos más altos. El lado negativo es que las tasas reales en positivo desincentivan el consumo y la inversión con financiación.
La Fed considera este escenario de menor demanda como un aliado en su lucha por controlar la inflación. El aumento de los tipos descontando la inflación es el mayor registrado para la economía de EEUU desde los años 80, cuando Paul Volcker subió los tipos del 10% al 21% en plena ola inflacionista. Según recordó Powell el miércoles, el efecto acumulativo de las subidas de tipos todavía está en proceso de trasladarse por completo a la economía. Es una de las razones por la que la Fed adoptó una pausa en los tipos después de diez aumentos consecutivos desde 2022.
"El gasto sensible a los intereses se ve afectado rápidamente, como es el caso de la vivienda, los bienes duraderos, pero la demanda más amplia, el gasto y el valor de los activo financieros puede tardar más en responder. Prácticamente puedes encontrar investigaciones que respalden cualquier respuesta que desees en ese sentido. Por lo tanto, no hay certeza ni acuerdo en la profesión sobre cuánto tiempo lleva [la transmisión completa de tipos]. Eso lo hace desafiante. Por lo tanto, estamos observando el calendario y lo que está sucediendo en la economía", dijo Powell.
Las rentabilidades reales de la deuda pública cotizada de EEUU en los mercados secundarios también está saltando de negativo a positivo cada vez en más plazos. A corto plazo, los diferenciales por encima de la inflación son mayores. El informe del IPC de mayo que se publicó el martes bajó el listón de la tasa general en el 4% y la subyacente -excluyendo energía y alimentos- en el 5,3%. El interés de los T-Bills (letras) federales de 3 a 12 meses se mueven entre el 5,2% y 5,3%, mientras que los bonos a 2, 3 y 20 años tamibén superan la barrera del 4%. Cerca de ese nivel (3,8%) está la deuda a 10 años, la referencia del Tesoro que dirige Janet Yellen.
La ola que llega a Europa
El caso europeo es distinto. La debilidad económica, el retraso en el ciclo al alza de subidas de tipos y una inflación más pegajosa todavía por la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania mantiene a la economía todavía con tipos reales negativas por el IPC todavía crecía en mayo por encima del 6% y los tipos, a partir de ahora, se encuentran en el 4%. No sucede lo mismo en todos los países de la zona euro. España, por ejemplo, ha registrado en mayo una inflación del 3,2%. La deuda a 10 años se encuentra por encima (3,4%), al igual que las tasas de interés oficiales del BCE.
Con los mismos efectos sobre consumo y ahorro, el banco central busca además una mayor estabilidad financiera en la búsqueda permanente de atraer capitales del resto del mundo. El euro/dólar, el par de divisas de referencia, se ha revalorizado esta semana después de que el BCE se haya mostrado predispuesto a seguir elevando los tipos para cerrar el diferencial que le separa todavía de la Fed. Ahora mismo se sitúa en torno a los 120 puntos básicos y se reducirá todavía más en julio si cumple la promesa de Lagarde y Powell opta por mantener la pausa de tipos.
Fuente.- La Información