Buenos días.
Antes de lanzar oficialmente la salida a bolsa, Puig se dedicó a adquirir las participaciones minoritarias de algunas filiales que todavía no controlaba y se dio el gusto de un dividendo récord de 186 millones de euros. La compañía desembolsó hasta 727 millones en efectivo solo en compras en el primer trimestre, a lo que tuvo que sumar la remuneración a los accionistas. Para financiar todas estas transacciones tuvo que pedir 680 millones de euros a sus bancos de referencia, que se los prestaron ya fuera con créditos o con líneas de revolving.
Según consta en el folleto hecho público este jueves, la futura cotizada solicitó en febrero tres líneas de revolving por valor de 150 millones de euros cada una con vencimientos a uno o dos años, aunque prorrogables por 24 meses más. Todas se firmaron a un interés que oscilaba entre el Euribor +0,8% y el Euribor +0.9%. Solo un mes después, la compañía firmó otro crédito de 30 millones que vence en marzo de 2026 con un tipo de Euribor +0,49%.
Las operaciones de deuda se sellaron este mismo mes de abril con otros 200 millones de euros repartidos entre tres líneas de revolving con dos años de plazo, más otros dos prorrogables, y a un interés de entre el 0,5% -una de 50 millones- y el 0,9% -las otras dos, de 75 millones. La organización presidida por Marc Puig suele trabajar con Caixabank, Banco Santander y Banc Sabadell como entidades de referencia a la hora de gestionar su pasivo.
La organización sumó estos 680 millones de euros a una deuda que, a cierre del mes de enero era de 1.142 millones de euros. No obstante, Puig ya dijo que parte de los 1.250 millones de la ampliación de capital que supondrá la mitad del capital disponible para salir a bolsa se destinará a pagar la deuda vinculada a las adquisiciones. Más viendo que diseñó un programa para retornar 680 millones en apenas dos años. Con todo, no sería de extrañar que la perfumera afrontase una refinanciación del pasivo restante en los próximos meses.
El dinero percibido se fue a sufragar un gasto de 727 millones de euros en un abanico de compras que sirvieron tanto para dar entrada a nuevas marcas como para ampliar su posición de control en otras filiales. La primera fue la adquisición de la firma de cosmética Dr. Barbara Sturm por 291,1 millones de euros. Además, se pactó una opción de aproximadamente 146,5 millones –la cifra concreta todavía se está calculando- por el porcentaje minoritario que la fundadora mantendrá en el capital.
En marzo, la organización catalana aceleró con la adquisición a BDT Capital Partners del porcentaje minoritario que ostentaba de Charlotte Tilbury, adquirida en 2020. Esta operación se vehiculó a través del pago de 366 millones de euros en efectivo y 243 millones en acciones de cara a la salida a bolsa. Semanas después culminó la compra de Byredo, comprada en 2022. Se hizo con el 3% que todavía tenía el fundador, Ben Gorham por 16,1 millones en cash y 16,1 millones en efectivo. También compró el 20% de la firma sueca que ostentaba Manzanita Capital por 214,6 millones de euros, aunque el fondo se comprometió a comprar acciones de Puig por valor de 161 millones.
De este modo, la cifra desembolsada alcanza los 887,8 millones. Al restar la inversión prometida por Manzanita, el dato queda en 727 millones a los que se sumarán en el futuro los 146,5 millones de la opción de compra pactada en Dr. Barbara Sturm.
Dividendos y bonos incrementan el gasto de Puig
Pero más allá de las adquisiciones, Puig también afrontó gastos extraordinarios en concepto de dividendos y bonos para la plantilla. En una junta de accionistas celebrada el pasado 5 de abril, las diferentes ramas dieron el visto bueno a repartir 186,1 millones de euros con cargo a prima de emisión. La cifra es superior a los 160 millones que se repartieron en 2023 y los 110 millones que se pagaron en 2022. En 2021, todavía con los efectos a flor de piel –en 2020 las pérdidas fueron de 72 millones- no se distribuyó dividendo alguno.
La familia no solamente remuneró a los accionistas, también aprobó un premio extraordinario de "entre 80 millones y 90 millones" vinculado a la salida a bolsa para toda la plantilla. Además, galardonó a Marc Puig, el presidente, con un bono de 9,3 millones de euros y a otros altos directivos, entre los que se incluye todo el comité ejecutivo, con una paga de 7,4 millones a repartir.
En total, el primer ejecutivo de la organización se embolsó 25,7 millones de euros. Lo hizo gracias a obtener hasta 14,7 millones por dos planes de incentivos -incluido el de la salida a bolsa-, 1,7 millones por su retribución fija y 3,4 millones por la retribución variable.
Mientras, el vicepresidente y primo de Marc Puig, Manuel Puig obtuvo 20,2 millones de euros entre su retribución fija, variable y bonos.
Fuente: eleconomista.es
Vaya entramado de la familia Puig, me recuerda a otra familia catalana de cuyo nombre no quiero acordarme.
Un saludo y buen domingo!