El grupo energético alemán E.On obtuvo un beneficio neto atribuido de 2.150 millones de euros al cierre del primer trimestre del año, lo que representa una mejora del 25,5% respecto al mismo periodo de 2012, informó la compañía, que ha elevado un 33,3% el alcance de su plan de desinversiones, hasta 20.000 millones.
No obstante, el resultado subyacente del grupo se situó en 1.394 millones de euros, un 16% por debajo del dato del año pasado, por el impacto negativo de las desinversiones y los menores márgenes en el negocio de generación mediante combustibles fósiles.
La cifra de negocio de E.On alcanzó entre enero y marzo los 35.881 millones de euros, un 0,4% más, con un descenso del 8% de las ventas de electricidad y un incremento del 5% en las ventas de gas. "E.On está en medio de una reorganización fundamental. El nuevo E.On será más simple, ágil y descentralizado e, incluso, más internacional", destacó el consejero delegado de la compañía, Johannes Teyssen.
"A finales de 2012 ya habíamos generado unos 13.500 millones de euros mediante la venta de activos y hemos añadido otros 3.500 millones en el primer trimestre (...) Esto significa que ya hemos superado por un amplio margen el objetivo original de 15.000 millones y ahora buscamos alcanzar los 20.000 millones", añadió.
La 'utility' germana informó de que al cierre del primer trimestre de 2013 su deuda neta se situó en 31.600 millones, un descenso de 4.300 millones respecto al dato de finales de 2012. Por su parte, la deuda financiera neta de E.On bajó a 10.400 millones.
De cara al conjunto del ejercicio, E.On espera que su resultado bruto de explotación (Ebitda) oscile entre 9.200 y 9.800 millones de euros al tener en cuenta la pérdida de flujos de ingresos por la venta de activos. De este modo, la compañía prevé que su beneficio subyacente en el conjunto del año se sitúe entre 2.200 y 2.600 millones.