Los bancos españoles notan la recuperación como constatan los últimos resultados que han dado a conocer al mercado. En los mismos han mejorado considerablemente su actividad y sus ganancias, pero han tenido que hacer frente, como ocurre cada segundo trimestre, a la obligatoria aportación al Fondo Único de Resolución (FUR), que este año ha sido considerablemente mayor que la de 2020.
Fruto de esta obligación, en el segundo trimestre CaixaBank, Santander y Sabadell desembolsaron conjuntamente 639 millones de euros, lo que supone un 82% más que el año anterior, según revelan sus estados financieros correspondientes al primer semestre del año.
Más concretamente, 181 millones de euros correspondieron a la entidad ahora fruto de la fusión entre CaixaBank y Bankia, que el año pasado por las mismas fechas abonó 111 millones (+63%). Bankia, por su parte, ingresó en el FUR 70,5 millones de euros en 2020.
Santander hizo lo propio este segundo trimestre con 370 millones de euros, convirtiéndose en la entidad que más ha aportado al fondo este año. En el mismo periodo del pasado ejercicio, ingresó en esta hucha un 35% menos, 273 millones.
Por su parte, Sabadell aportó 88 millones de euros, frente a los 78 millones del año pasado. Esto implica una aportación un 13% superior, según se desprende de sus cuentas semestrales.
Una hucha para salvar bancos
Este instrumento es una suerte de hucha que los bancos de la zona euro están obligados a llenar poco a poco y desde hace años con el objetivo de que sus fondos puedan ser utilizados para que las autoridades de resolución puedan financiar la intervención en entidades que estén al borde del abismo (lo que en inglés se conoce como failing or likely to fail).
Es, en definitiva, una forma de garantizar, tras las lecciones aprendidas de la pasada crisis financiera, que las entidades, y no los contribuyentes, se hagan cargo de la estabilidad financiera.
Para esta hucha se estableció un objetivo de recaudación mínima equivalente al 1% de los depósitos cubiertos de las entidades de crédito, umbral que debe alcanzarse el 31 de diciembre de 2023. Cada año se fija la aportación que deben realizar los bancos de la zona euro en conjunto y, por tanto, lo que debe ingresar cada entidad.
Este año, de acuerdo con los registros de la Junta Única de Resolución, deben aportar 3.018 entidades europeas, frente a las 3.062 de 2020. Las entidades grandes pagan el 97 % de la factura.