Eso, justo lo que necesitamos son nuevos tributos que drenen la capacidad adquisitiva del personal y torpedeen el consumo. Acojonante. Aunque sea con el fin de pagar las pensiones, que es la excusa. También el céntimo sanitario de las gasolinas acabó en cualquier sitio del presupuesto menos donde su nombre indicaba.
En cuanto a la renta social, si se implementa correctamente -lo cual quiere decir sin hacer chapuzas y viéndolo bien- podría hacer lo contrario al impuesto: que la gente que consume lo justo pueda consumir un poco más, que quizá el empleo se anime, que los nuevos empleados (si no son por días o por horas, por supuesto) también vayan consumiendo aunque sea con prudencia (el miedo está ahí) y, a lo mejor, al final de la cadena, conseguimos que la cosa se anime.
Eso sí, el "ánimo" no pasa por la creación de tributos, sino que pasa por el hecho irrenunciable de que el personal no sienta amenazada su situación ni laboral (posibilidad de perder su empleo) ni económica (quedarse sin dinero para subsistir o tener que rebajar drásticamente su nivel de vida). Todo lo que no vaya encaminado, de entrada a mejorar esas dos variables hará que el personal se corte de consumir y destine a ahorro y colchón todo lo que pueda, por aquello de que el futuro viene más desconocido que nunca.
En cuanto a la democratización del Congreso, no hemos mejorado. Más bien hemos empeorado lo nuestro.
Hace un tiempo, dirigí un correo electrónico a un diputado catalán, que contestó rápido y veloz a pesar de que la hora era intempestiva y mantuvimos un pequeño intercambio de misivas (dos o tres por bando).
En otra ocasión, dirigí un correo a nuestra ministra de trabajo, ahora en funciones y futura cesante, además de al ministro que nos defiende. Los correos venían devueltos. Los ministros, parece ser que no responden a los ciudadanos ni tienen quien les escriba. Una democracia completita, la nuestra. No sé para qué figuran direcciones de correo electrónico en la página del congreso si no sirven para nada. Se lo podían ahorrar y quedaban más guapos que ignorando los envíos.
Un poco más recientemente, ya no al correo del diputado en el congreso, que no les llegan (al parecer los diputados ya no tienen que dar explicaciones a los ciudadanos directamente), le envié uno al flamante líder de la rosa. La respuesta fue de un sistema automático "gracias por estar ahí". Bueno, ya que él no estaba, yo tampoco he estado, porque no he vuelto a saber nada de lo planteado. Le digo lo mismo a Pedro: si no vas a contestar, ¿para qué tienes correo electrónico en la página, corazón? Y, sobre todo, para qué dejas que conteste solo un sistema automático, que ese no gana votos, por lo menos, el mío no se lo ha ganado, seguro que lo sientes más que quien suscribe si lees esto, que supongo que tampoco.
El otro correo iba dirigido al ahora líder y único diputado de otro grupo a la izquierda del PE (SO), este ni correo automático ni gaitas. Aún estoy sentadito esperando a que me responda a lo planteado. De hecho, espero a que me responda (sin fumar, que no tengo el vicio). Así que, si no está para mí, tampoco he estado para él si es que me necesitaba. Que se aplique lo mismo que le ha sucedido al líder de la rosa.
Así que, en este campo, si los americanos pueden dirigirse a "sus" senadores, no veo que los diputados y senadores de aquí no tengan que responder a los ciudadanos que les pagamos el sueldo si tenemos a bien plantearles algo, de hecho, para eso les pagamos su sueldo y todas las ventajas que has puesto en un correo anterior y otras más que no están ahí.
Abrazo con respuesta.
Suerte a todos.
no desaparece lo que muere, desaparece lo que se olvida