Hay mucho sí, pero muchísimo. Demasiado incluso.
Recuerdo que uno de los primeros ejemplos que me tocó la moral a dos manos fue el palabro "violentos", muy suave él.
Acudiendo a la fuente de la sabiduría lexicosemántica, ;-) y a la que nos atamos solo cuando nos interesa:
violento, ta. http://buscon.rae.es/drae/srv/search?id=dVas1MPYdDXX2TgqLLzs
(Del lat. violentus).
1. adj. Que está fuera de su natural estado, situación o modo.
2. adj. Que obra con ímpetu y fuerza.
3. adj. Que se hace bruscamente, con ímpetu e intensidad extraordinarias.
4. adj. Que se hace contra el gusto de uno mismo, por ciertos respetos y consideraciones.
5. adj. Se dice del genio arrebatado e impetuoso y que se deja llevar fácilmente de la ira.
6. adj. Dicho del sentido o interpretación que se da a lo dicho o escrito: Falso, torcido, fuera de lo natural.
7. adj. Que se ejecuta contra el modo regular o fuera de razón y justicia.
8. adj. Se dice de la situación embarazosa en que se halla alguien.
De él se derivarían tanto el movimiento violento como la muerte violenta.
Y ninguna de sus acepciones endulza suficientemente la realidad de lo que se quiere expresar llamando violentos a los asesinos.
Que si existe un vocablo también para diferenciar ambos conceptos, no entiendo yo el motivo de amago de suavizado del mismo.
En resumen, que si tiro al suelo una sartén y rompo suelo y sartén, soy violenta, pero si con esa misma sartén mato a mi marido de un golpe seco en la nuca, me llamen lo que me llamen y por mucho que quieran almibarar mi acto, lo que soy es una asesina. Ya vendrá mi abogado luego a decir que presunta... que si homicidio involuntario y demás leches desnatadas y azucaradas...
Ahora están más de moda los términos macroeconómicos, y ahí ya, hay un sinfín de estúpidas palabras que dicen lo que no quieren decir, porque lo que deberían de decir suena durito a los delicadísimos tímpanos del contribuyente y sin embargo, votante.
Ya lo decía Horacio: "Renacerán muchas palabras que ya habían muerto, perecerán otras que hoy gozan de prestigio, si así lo decide el uso, del que dependen la ley, el arbitrio y la norma del habla". Excesivas metáforas, demasiados eufemismos para no nombrar a cada cosa por su nombre.
¿Por qué dicen “No fluye el crédito” cuando deberían decir “Los bancos no dan crédito”? ¿Hay acaso un río llamado "crédito"?
Los problemas para explicar una realidad compleja a un público heterogéneo y el dilema entre buscar títulos sensacionalistas basando la realidad en el catastrofismo, que a veces, es tan real como la vida misma y tener en cuenta la "corrección" política de los que usan y abusan de eufemismos por profesión, para maquillar la cruda realidad está sobre la mesa.
Lo peor es que los usuarios de a pie, terminamos utilizando estos palabros que se limitan a maquillar nuestra realidad, hago hincapié en nuestra, que no la de ellos.
Radio, tv, prensa escrita y digital virtual y nosotros dejándonos balancear con tanto dulzor léxico.
Es lo de siempre, al final me pregunto quién tiene más culpa, si el que se inventa el palabro o expresión o el que a fuerza de repetirlo en todo ámbito y situación, lo hace de uso coloquial y permite que se lo coloquen en su mente.
Un abrazo sin diccionarios aleccionadores
¡Sed felices!
http://economia.elpais.com/economia/2013/05/04/agencias/1367665024_034958.html
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.