Re: Pacto Internacional de Derechos Humanos
http://www.expansion.com/2012/09/16/opinion/tribunas/1347826660.html
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Soberanismo en Quebec, Escocia y Cataluña
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Mariano Rajoy, por mucho que hable de algarabías, no puede menos que tomarse muy en serio el tema catalán lo mismo que en el Reino Unido lo hace David Cameron ante el curso de los acontecimientos en Escocia.
En estos espinosos asuntos, tan parecidos y paralelos, el primer ministro británico ha decidido tomar el toro por los cuernos. ¿Quieres la independencia? le dice Cameron al muy hábil Alex Salmond, el Artur Mas escocés. Pues adelante.
¿Cabe decir esto en España ante el embate soberanista en Cataluña?
El discurso oficial británico es que el Reino Unido es un exitoso ejemplo de estado multinacional. Sin embargo la inconveniente realidad es que en las elecciones al parlamento de Edimburgo el año pasado Salmond, al frente del Scottish Nationalist Party (SNP) ganó una mayoría absoluta con la promesa de convocar un referéndum para decidir el futuro de Escocia. Mas puede obtener un mandato similar a favor de la autodeterminación en elecciones anticipadas. Para Salmond su victoria electoral fue un paso decisivo en el camino hacia la independencia y Más dice que eso mismo fue la manifestación de la Diada hace una semana.
¿Quienes se adelantarán a celebrar el primer referéndum de secesión en un estado miembro de la Unión Europea? Se habla de 2014 que es un año emblemático en ambos casos: el setecientos aniversario de la batalla de Bannockburn que aseguró la independencia de Escocia durante los siguientes cuatro siglos y el trescientos aniversario del final de guerra de sucesión y, de acuerdo con la narrativa nacionalista, de la “conquista” de Cataluña. En este compás de espera la diferencia crucial es que el gobierno británico, si bien se opone a la secesión de Escocia y defiende la integridad del Reino Unido, no pone pegas a que los escoceses decidan su futuro. De hecho Londres quiere que lo hagan cuanto antes –el mismo año que viene si para entonces esta lista la legislación que permita el referéndum.
La decisión de Londres de dar vía libre –not stand in the way, como dice la gente de Cameron– al derecho de autodeterminación responde en primer lugar al principio democrático, derivado de la contundente mayoría del SNP en el parlamento de Edimburgo, que demanda no oponerse al referéndum. Y en segundo lugar a una razón estratégica: poner trabas a un referéndum solo conseguiría reforzar el victimismo nacionalista y aumentar el sentimiento independista. Es una táctica inteligente que encaja con el pragmatismo british.
Ahora bien Londres pone dos condiciones a la celebración de un referéndum: unas bases jurídicamente seguras, transparentes y pactadas entre el gobierno británico y el escocés; y una sola pregunta, clara y directa. Cameron no admite el plebiscito que pretende Salmond en el cual se podría elegir entre mantener el estatu quo, amplios poderes fiscales –lo que en el Reino Unido se llama maximum devolution, coloquialmente el Devo Max, y que aquí llega a ser el Concierto Vasco– y la plena independencia. Londres exige que los escoceses se pronuncien de una manera clara e irrevocable sobre independencia sí, independencia no.
La firmeza de Londres a la hora de evitar cualquier atisbo de ambigüedad es el quid de la cuestión. Es una lección aprendida en Canadá donde se legisló el llamado Clarity Act después de que los separatistas de Quebec perdiesen por los pelos (50,58% en contra, 49,42% a favor) un referéndum secesionista en 1995. En aquel plebiscito se pedía votar la soberanía de la provincia francófona en el contexto de su oferta a Canadá de una nueva asociación económica y política. Era una pregunta enrevesada. Con la nueva legislación, se reconoce le derecho de autodeterminación en Canadá pero esto solo se obtiene en un referéndum que plantea la independencia sin ambages y que es apoyado por una mayoría inequívoca y previamente acordada.
Salmond en su fuero interno apuesta por un Devo Max porque es una jugada segura que sirve como trampolín para el siguiente paso que ya sería la secesión. Mas plantea el pacto fiscal en términos parecidos. Sospecho que ni en Escocia ni en Cataluña se piensa en términos de un divorcio total. Pero esto es uno de los puntos claves de la legislación canadiense para legitimar un referéndum soberanista: en cuanto una de las partes opta por la independencia, lo mismo que cuando uno de los cónyuges decide salir por la puerta, se negocia acto seguido el reparto de los bienes. Por regla general los procesos de divorcio son prologados, a cara de perro, costos y desagradables. Cameron quiere que esto se sepa y le apoya en ello su antecesor laborista, el muy escocés pero nada nacionalista Gordon Brown. ¿Pueden Rajoy y Alfredo Rubalcaba también decir let them go, que se vayan, si eso es lo que quieren los catalanes, pero que se atengan a las consecuencias?
La desigualdad importa aunque aún no lo sepas