Si todos defendemos nuestro mero interés privado y nadie defiende lo público.
¿Qué fundamento moral existe en perseguir DELITOS en los que el afectado o perjudicado es díficilmente identificable o individualizable, para que ejerza la acción penal o la persecución del mismo abuso del poder?
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En la querella, IU había incluido a ocho directivos de constructoras que presuntamente donaron diversas cantidades al PP entre 2003 y 2008 y al exsecretario de organización del PP gallego Pablo Crespo. Se trata del presidente del Grupo Sando, José Luis Sánchez Domínguez, que presuntamente donó a los populares más un millón de euros; Manuel Contreras Caro, presidente de Azvy, donante de 858.000 euros; Juan Manuel Villar Mir, expresidente de OHL, que pagó más de medio millón de euros; Luis de Rivero, expresidente Sacyr Vallehermoso, donante de medio millón euros; Alfonso García Pozuelo, de construcciones Hispánica, que pagó entre 250.000 y 300.000 euros; Juan Manuel Fernández, también donante de entre 250.000 y 300.000 euros; José Mayor Oreja, de Construcciones de Fomento y Contratas, que pagó al menos 165.000 euros; Antonio Vilella, de Construcciones Rubau, que donó al menos 100.000 euros; Adolfo Sánchez, que habría pagado 98.500 euros. Las cifras supuestamente donadas son las que figuran en los cuadernos del extesorero.
A todos ellos los querellantes atribuyen los delitos de alteración de precios de concursos y subastas públicas, receptación y blanqueo de capitales, cohecho, prevaricación, tráfico de influencias, delitos contra la hacienda pública, fraude y exacciones ilegales, encubrimiento, falsedad y apropiación indebida de fondos electorales y asociación ilícita.
http://politica.elpais.com/politica/2013/03/11/actualidad/1363006453_415145.html
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Un troyano, es una especie de virus que busca controlar un ordenador ajeno y se aprovecha de la debilidad de la unión o interelación, como el FREERIDERS sobre el interés general.
Un troyano no es de por sí, un virus informático,aún cuando teóricamente pueda ser distribuido y funcionar como tal. La diferencia fundamental entre un troyano y un virus, consiste en su finalidad. Para que un programa sea un "troyano" sólo tiene que acceder y controlar la máquina anfitriona sin ser advertido, normalmente bajo una apariencia inocua. Al contrario que un virus, que es un huésped destructivo, el troyano no necesariamente provoca daños porque no es su objetivo.
http://es.wikipedia.org/wiki/Troyano_(inform%C3%A1tica)
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Los piratas y el nuevo desorden global
El reciente “desorden” mundial conlleva riesgos planetarios (en seguridad, alimentación, salud, financieros...) que urgen a reinventar la política global. Esta es la tesis del nuevo libro del catedrático de Filosofía Política y Social Daniel Innerarity, ‘Un mundo de todos y de nadie’
¿Cuál es la diferencia entre lo común y lo ingobernable, entre la responsabilidad compartida y la irresponsabilidad generalizada? ¿Cómo distinguir lo de todos y lo de ninguno, lo que no tiene dueño y aquello de lo que nadie se ocupa?
Estamos ante una configuración del mundo que se parece a las formas arcaicas de las sociedades de colectores y cazadores, que lo conciben más en términos de itinerarios, de botines y pactos que como espacios cerrados y propiedades estables. No tiene nada de extraño que la figura del pirata reaparezca en un mundo así y que lo haga con toda su ambivalencia de libertad y barbarie.
El pirata encarna la figura de un tipo de enemigo que no amenaza tanto a un país en particular como a las naciones terrestres en general, no a una soberanía concreta como a la idea de soberanía en general. Un pirata no es un enemigo particular, sino el enemigo común de todos, como decía Cicerón. La piratería es lo contrario de la hegemonía, no en el sentido de que esté en condiciones de rivalizar con los imperios en el terreno del poder, sino porque impugna la idea de soberanía como tal. La piratería se inmiscuye en los intervalos que los ciclos de la soberanía no deja de abrir, en “el espacio sin testigos, en el vacío moral” (Sloterdijk). De esta hostilidad absoluta proceden nuestras actuales denominaciones para caracterizar los genocidios como “crímenes contra la humanidad” o el terrorismo de los “unlawful combatans”, que se parece menos a la guerra tradicional entre Estados que a la piratería que resulta del debilitamiento de las convenciones modernas acerca de la guerra territorial. El paralelismo entre la vieja piratería y el actual terrorismo internacional tiene su base en el hecho de que ambos fenómenos se sitúan al margen del cuadro territorial.
La depredación, que era una forma de apropiación habitual en el mundo arcaico y clásico, que el Estado moderno quiso resolver con el establecimiento de formas de propiedad codificadas, ha tomado actualmente (en el mundo de las finanzas y la información) unas formas de enorme complejidad. Una de las figuras más elocuentes de la piratería contemporánea son los paraísos fiscales, esos lugares sin identidad, sin fiscalidad ni obligación de residencia. Allí se consagra el curioso derecho de abandonar todo espacio político sustrayéndose al impuesto que es el símbolo del poder territorializado.
El ciberespacio proporciona igualmente una gran cantidad de metáforas marítimas y piratas. Como los océanos y el aire, el ciberespacio es un territorio de navegación. El vocabulario de la Red es muy explícito a este respecto. Se navega por la Red, y los piratas asaltan, inmovilizan, sabotean y se hacen con los servidores, a veces por puro juego, otras por motivos criminales o geoestratégicos. Allí se mueven otros navegantes con la misma lógica libertaria con la que los expertos financieros inventan productos para escapar de una posible regulación. Los hackers se cuelan por los huecos de la Red y los financieros buscan los espacios off shore como los piratas circulan entre los espacios de la soberanía. Al igual que los piratas históricos, los navegantes de la Red viven en un archipiélago sobre el que el Estado impotente no tiene el monopolio de la violencia legítima.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/03/08/actualidad/1362740809_036190.html
Un saludo