Gracias Felipe siempre por tus aportaciones, los que llevamos aqui más de 10 años sabemos bien de ellas y ahora y al hilo de estas discusiones anteriores voy a intentar aportar algo a lo mismo, espero lograrlo:
Sabemos que hay en la economia una parcela, para nada teorica, que se llama economia politica. Para entrar en ella, no es necesario aprender ni las funciones logaritmicas, ni los fundamentos matematicos del binomio de Newton. Basta con el sentido común; eso, y apoyar bien los pies en lo que Kant llama la razon practica, o conocimiento sintetico derivado de la experiencia. Por lo tanto, menos razón pura y más razón practica. Menos metafisica "Bon marché" y más juicios sinteticos basados en el conocimiento "a posteriori". Porque se diria que vivimos tiempos en que las ideas se han ido al baile, estamos como en una verbena universal, en la que una musica monocorde y estridente está produciendo en la sociedad un atolondramiento progresivo del que no brotan sino tópicos; abundantes tópicos que nada contribuyen a mejorar la sensibilidad del oido y, menos, de la mente; lugares comunes que acaban convirtiendose en dogmas que nadie discute.¿Que ha pasado? pues algo muy sencillo: que, por haber dado por buena la doctrina de la globalización, hemos acabado por estar todos en globo. Lo que equivale a decir que la universal verbena está en el aire, por mucho que nos insistan a todas horas en la necesidad de convenir que el mundo no es ya sino una esplendorosa aldea global y que entre N. York y mi pueblo no hay diferencia alguna.Pero tampoco paran ahí las cosas, resulta que a la hora de intentar poner a cada uno en su sitio; cuando ya tocan a cuestionarnos sin remedio, dentro de la mayor buena fe, ese reduccionismo de las enormes diferencias de la realidad del mundo, pretendiendo englobarlas en un todo unitario y homogéneo, nada tiene de particular que se produzcan extrañas coincidencias de personas que nada tienen en comun, ya sea en su proyecto vital; ya sea en el campo de las puras ideas; ya sea una vez reducidas sus vidas al estricto ámbito profesional.La coincidencia es, en este caso, la de la pura racionalidad; la del puro saber que las artes fenicias acabaron por despertar las iras de Roma, la del puro afirmar que el problema tiene poco que ver con la propiedad de los medios de producción, si es que las fronteras del mundo han de permanecer abiertas.
Y sino dime si no resulta curioso, al hilo de lo señalado, que nuestro Pablo Iglesias descalifique sin ambages el concepto de globalización que invade el mundo, por razones derivadas de un protagonismo de la llamada economia financiera que a él no le gusta; que haga la propio Renaud Monteboug ministro de economia de Francia, por entender que, al socaire de la globalización, Alemania ha obtenido una posición preferente en Europa, que da al traste con el equilibrio comunitario; y que tambien se sume, "mutatis mutandis", el que suscribe y que piensa sin embargo, que la llamada globalización no ha sido sino una argucia comercial de proporciones gigantescas, que ha favorecido a los paises con más potencial de exportación y ha perjudicado al resto.¿Como, si no, explicar las dificultades con el empleo que tienen algunos paises cuyos equilibrios basicos gozaban de buena salud hace una decada?¿O es que cabe ignorar a estas alturas que importar bienes es importar trabajo incorporado en el exterior, que sustituye, quierase o no, trabajo propio?
La coincidencia que acabo de señalar no parece ser de orden ideológico. Lo que ocurre es que tanto Iglesias, como Montebourg, como uno mismo, por distintas razones, entendemos que las cosas propias del trabajo, en un mundo muy dispar en materia de retribuciones, hay que replantearlas con criterios que se alejen de las posiciones temerarias que algunos neoliberales descomprometidos defienden con inusitado ardor. Como seres humanos que somos, necesitamos apoyar los pies en la tierra; necesitamos ver con claridad donde está la causa que pone en peligro nuestro trabajo. Y necesitamos, por fin, hacer notar el deseo de que queden para los pájaros las incursiones volandaras en el aire.
Saludos