Las leyes se cumplen para evitar las sanciones, no porque se participe de su moralidad; pensamos en aparcar en doble fila, defraudar a Hacienda o a la Seguridad Social, aprovecharnos de alguien, robar o beneficiarnos de algún modo, si sabemos que no nos vigilan». Así reflexiona en su libro Curso de política urgente para gente decente el profesor Juan Carlos Monedero. Este dirigente clave y referente intelectual de Podemos -primera fuerza política en intención de voto de la cuarta economía del euro según el Centro de Investigaciones Sociológicas- agrega en su obra con pesar que «no es fácil ser decente en un mundo indecente». Y hace un llamamiento al cambio.
Es cierto que la picaresca y el fraude están enraizados en buena parte de la sociedad y es precisa una regeneración que vaya más allá que la de la clase política y empresarial. Pero es escandaloso lo que hizo el autor el 23 de octubre de 2013. A las 19.30 horas Monedero presentó en Madrid este libro -editado por Seix Barral, propiedad del grupo del fallecido José Manuel Lara- junto a su amigo, el diputado de Izquierda Unida, Alberto Garzón. Para este evento de la tarde sí convocó a los medios de comunicación. Pero no dijo nada de lo que había hecho por la mañana de ese mismo día, en que, según consta en el Registro Mercantil, el dirigente de Podemos dio de alta discretamente su nueva empresa Caja de Resistencia Motiva 2 con él como administrador único. Es la sociedad limitada que él quería tener disponible en ese final de otoño y antes del cierre de ejercicio fiscal para poder tributar como Impuesto de Sociedades los 425.150 euros que ingresó por sus trabajos como consultor en diversos países iberoamericanos. Dejó de ser en eso persona física y logró pagar solo 70.000 euros en vez de en torno a 200.000 por IRPF.
¿Montó la sociedad exclusivamente por picardía tributaria? Su representante legal ante el Registro Mercantil es Ignacio de Anta que se define él mismo como «especializado en asesoría fiscal». Además, Monedero «se ha sometido siempre a asesoramiento de profesionales», confirma además Podemos. El político sabía lo que se hacía.
Ahora, tras ser descubierto -y horas antes de recibir notificación formal de la Agencia Tributaria- ha terminado presentando una declaración complementaria como si fuera voluntaria para intentar evitar una dura sanción. Su rápida reacción de acordarse de pronto de pagar lo que debe a Hacienda es idéntica a la de la familia Pujol y diversos usuarios de las tarjetas B de Caja Madrid, salvando las distancias entre ellos.
El propio dirigente de Podemos reconoce que ha pensado ahora -y no en aquel día de 2013 en que presentó su libro- en «la mejor opción para la Hacienda pública». Es decir, como tradujo de inmediato Soraya Sáenz de Santamaría, que «no cumplió entonces con sus obligaciones tributarias». Ojalá reaccionara por cierto tan rápido la vicepresidenta cuando la Abogacía del Estado o la Agencia Tributaria certifican bochornosamente algo mucho más grave que el escándalo tributario de Monedero como es la caja B en el primer partido de España. Pero los dirigentes de Podemos, al igual que los de Syriza en Grecia, deben aceptar el serio escrutinio del momento, porque despiertan ilusión en millones de ciudadanos en la creencia de que aportan un necesario aire fresco.
En su escalofriante arranque, el Gobierno de Alexis Tsipras sigue encareciendo cada día la vida de sus propios votantes al haber enfocado la negociación con tal torpeza y falta de realismo, que Standard&Poor's olfatea ya corralito en vez de la renacida libertad y prosperidad prometida por Syriza. Si no hay nuevo rescate, la banca griega se encuentra a tres semanas de la quiebra, según el calendario que manejan en privado miembros del Eurogrupo.
El propio Mariano Rajoy fue duro en un almuerzo el jueves con la Asociación Valenciana de Empresarios. Él mismo sacó el tema y resaltó que, a diferencia de España, el grueso de la deuda de Grecia «es con sus socios europeos, con los contribuyentes». Por tanto, «se paga», dijo, dejando claro que será de los más firmes con Tsipras. El Banco Central Europeo defiende en teoría a los contribuyentes y ha hecho suya la filosofía que escribe Monedero de que o hay mano dura o no hay respeto, así que presiona al líder griego cortándole el grifo para que ceda rápido.
«Los del BCE llevan 40 años como banqueros y, seguro que en este tiempo se han llevado las cucharillas de algún sitio», bromeó Monedero al lanzar su libro y denunciar su «capitalismo depredador». Pero eso lo dijo por la tarde.