¿Nos sobra el Senado?
Parece ser que los políticos tienen claro que el Senado para lo que sirve es para mantiener a muchos de ellos.
Ciudadano, si no te gusta, tomate dos tazas:
"QUEMADOS CON EL CAFÉ DE JEFFERSON
Habría que determinar para qué sirve un Senado. En tiempos recientes, cuando el entonces senador Manuel Fraga tenía que explicar por qué debe existir un Senado, tiraba de una anécdota de los padres de la Constitución de Estados Unidos. Durante la Convención de Filadelfia de 1787, George Washington, al igual que Thomas Jefferson, defendía que hubiera una sola Cámara: “Si hay dos, o dicen lo mismo o dicen lo contrario, y las dos cosas son contradictorias con el buen funcionamiento del Estado”. Irrefutable. Si las dos cámaras opinan igual, la segunda es innecesaria. Y si opinan distinto, el sistema se paraliza.
En un receso de las sesiones, fueron a tomar un café. Washington no se lo podía beber porque se lo pusieron hirviendo. Entonces le pidió otra taza al camarero para echarlo dentro y que perdiera temperatura. “Para esto sirve el Senado”, dijo entonces Washington.
La versión oficial de esta anécdota que se encuentra en la web del Senado de EE UU no es exactamente así, pero la de Fraga tiene más gracia.
En esencia, lo que concluyó Washington fue que la segunda cámara serviría para enfriar las leyes. Darles una segunda lectura, buscar un segundo acuerdo, en definitiva, echarlas en otra taza, para bajar la temperatura y hacerlas más fáciles de tomar.
La metáfora de los padres fundadores vale también para decir que, a falta de esta segunda taza, en España los proyectos de ley que empiezan abrasando, terminan abrasando. Ha ocurrido con una ley del aborto o con un Estatuto de Cataluña. Las leyes salen hirviendo del Congreso, los partidos políticos se saltan el Senado y llegan hirviendo al BOE. Y los ciudadanos se queman cuando se las hacen tomar."