Desde el 36 al 50, fueron duros de verdad, las cartillas de racionamiento pesaban más que lo que se conseguia de ellas, salimos adelante, los mayores que vivimos aquello, ahora afrontamos el futuro con serenidad, si he de padecer me resignaré pero no voy a ponerme la venda antes de la herida. En los 50 las cosechas estaban a la intemperie, no existian seguros ni subvenciones y se tenía una economia de guerra, hasta no tener dos años de presupuesto ahorrado, en esos años existía la usura y falta de liquidez era más ventajoso vender propiedad que caer en garras de préstamistas.
España está parasitada, se precisa una fuerte fumigación, y todo se solucionaba, si en dos años se dejase de robar.
Precisamos buenos gestores, no politicos trincones y si no son capaces de enderezar las cosas, nos las enderezarán otros y será peor.