Hola julio:
Te dejo 2 artículos interesantes sobre la dimensión de un portafolio:
Uno de los conceptos básicos en materia de finanzas personales en el que insisten todos los especialistas de la inversión y los propios asesores financieros es la necesidad de tener una cartera diversificada entre varios tipos de activos. Sobre el papel es una recomendación fácil de aceptar, pero en la práctica es bastante más difícil de aplicar. Por varios motivos. Primero porque psicológicamente va en contra de lo que uno desea. La idea de la diversificación es, en efecto, poseer activos que tengan comportamientos dispares en distintos escenarios de mercado. Si un activo baja, hay otro que sube. Pero eso supone renunciar a una parte del rendimiento de la cartera. Lo que uno desea, en realidad, es poseer clases de activos que suban en conjunto en caso de que el mercado experimente una tendencia alcista. De ahí la tendencia de los inversores a incluir en sus carteras los fondos más calientes del momento. Si China se comporta bien, compraremos fondos de acciones chinas, si el sector tecnológico despunta, buscaremos incluir un fondo de este sector y así sucesivamente en función de los movimientos de los mercados. Al final el inversor se encontrará con un número tan grande y diverso de fondos que la diversificación no podrá jugar su papel en caso de que el mercado se dé la vuelta (y sabemos que en periodos de caídas las correlaciones entre fondos de un mismo tipo aumentan). Es importante, por lo tanto, recordar que el efecto positivo de la diversificación no se nota sobre la rentabilidad del portafolio sino sobre su riesgo. También hay que recordar que para que la diversificación cumpla su propósito (de reducir el riesgo de la cartera) debe necesariamente implicar tipos de activos diferentes (renta variable, renta fija, divisas, materias primas, etc). Muchas veces los inversionistas confunden la cantidad con la calidad. Diversificar no se trata de incluir cuantos más fondos de un mismo tipo de activo mejor. No tendría ningún efecto (o muy poco). También es necesario prestar atención a las correlaciones que existen entre los distintos tipos de fondos, aunque pertenezcan a clases de activos muy distintas. Por ejemplo, es sabido que la renta fija high yield tiene un comportamiento más próximo a la renta variable que a la renta fija tradicional. En definitiva, todo esto hace que los inversores estén en general sobre-diversificados, y más aún cuando uno mezcla en su portafolio distintos instrumentos de inversión (acciones y bonos directos, fondos mutuos, ETFs, etc). Esa sobre-diversificación supone evidentemente un riesgo en sí, un riesgo similar o mayor que el de estar infra-diversificado. La solución es, como en muchas cosas de la vida, apostar por lo sencillo: tener una cartera simple, con pocos activos, pero distintos (es decir, con baja correlación) y de los que uno pueda entender perfectamente sus movimientos. Si uno entiende cómo se mueven cada uno de los constituyentes de la cartera en distintos entornos de mercado, entonces entenderá cómo se comporta su cartera en conjunto. - See more at: http://www.morningstar.es/es/news/110789/el-riesgo-de-la-sobre-diversificaci%C3%B3n.aspx#sthash.WXrSe3Ai.dpuf
Y:Uno de los errores que cometen con más frecuencia los inversores es construir carteras poco diversificadas y a menudo concentradas en un número muy reducido de fondos. Aunque esta estrategia tiene la ventaja de que el inversor puede hacer un seguimiento cercano de sus inversiones y tener una visión más exacta de su distribución de activos, en la mayoría de los casos constituye una ineficiencia en términos de diversificación de cartera (aunque hay ejemplos de que con muy pocos fondos, o, incluso, con uno solo se puede conseguir una diversificación adecuada).
En este punto hay que recordar que la diversificación consiste esencialmente en asociar activos que tienen comportamientos distintos en reacción a los diferentes riesgos que pueden presentarse en los mercados. Muchos inversores olvidan que distintas clases de activos pueden, en realidad, estar expuestas a los mismos riesgos.
Por ejemplo, hoy en día, es fácil ver a inversores que tienen en cartera fondos de materias primas, fondos de China, fondos de Brasil, etc. Son carteras ciertamente muy agresivas, pero nada diversificadas ya que todos estos fondos responderán de la misma manera a los riesgos del mercado. Dicho de forma más técnica, existe una alta correlación entre ellos.
Otro problema, bien distinto, surge cuando uno tiene demasiados fondos en cartera. Uno tiene la impresión que cuanto más fondos tiene en cartera, mejor estará diversificada esta última. Y no es necesariamente correcto. Las ventajas de la diversificación no dependen del número de fondos en cartera.
Hace varios años, en Morningstar construimos carteras hipotéticas con un número de fondos distintos comprendido entre 1 y 30, utilizando todas las combinaciones posibles de fondos. Luego, calculamos la volatilidad a cinco años de cada una de estas carteras. Como era de esperar, las carteras compuestas únicamente por un tipo de fondo fueron las que mostraron la mayor volatilidad media. A medida que se incluyen fondos en las carteras la volatilidad baja, pero lo interesante del estudio es que llega un momento en el que añadir más fondos a una cartera no se traduce necesariamente por una ganancia en términos de volatilidad. Se puede ver en el gráfico adjunto que ese límite está entre 7 y 10 fondos.
Por lo tanto, tener más de 10 fondos de distintas características añade poco valor a una cartera y aumenta considerablemente las posibilidades de que uno tenga fondos similares dentro de ella.
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