Gracias 1poleco por la respuesta. Siempre es agradable debatir contigo por la cantidad de buenos argumentos que proporcionas.
Oferta-demanda.
En cuanto a la oferta, ya conocéis mis previsiones. Por si alguien quiere repasarlas.
https://www.rankia.com/blog/pico-petroleo-consecuencias/4648675-colapso-produccion-petroleo-2022-irreversibleLa demanda desde el coronavirus ha sido una gran incógnita y lo seguirá siendo durante bastante tiempo. Se esperaba una rápida recuperación hasta los 97 millones de b/d a final de año y tengo que decir que con los últimos datos conocidos, estamos todavía bastante lejos.
Para la demanda a medio y largo plazo, he observado por primera vez un cambio sustancial y a la vez, fulminante. Los viajes en avión han sido defenestrados, no solo por el bajón en el turismo, sino por un cambio radical en la concepción de los viajes internacionales de negocios.
Asimismo, la vuelta a una economía más local es algo que ha llegado inesperadamente y confirma la tendencia a la disminución del comercio mundial, después de una primera caída en 2019. No hace falta decir que esta parte de la economía incide muy directamente en el consumo de petróleo.
Otro punto negativo es la presión asfixiante y creciente de la política de energías renovables y la rápida sustitución prevista por los gobiernos de todo el mundo, que en un alarde de victivismo, pretenden resolver el calentamiento global por la vía de las prohibiciones, impuestos disuasorios y negación de préstamos para el desarrollo de nuevos proyectos de fósiles. Bien está ayudar a la industria con inversiones masivas, pero el petróleo y el gas seguirán siendo vitales durante años. Como ocurre con la pandemia y el confinamiento total, vamos a salvar el planeta del calentamiento a costa de hundir la economía mundial.
Pero lo más relevante en el comportamiento de la demanda para el medio y largo plazo, es mi previsión de una crisis definitiva. Si el coronavirus ha hecho de espoleta, las malas condiciones previas, que he relatado muchas veces, forman una combinación mortal. Las deudas sirven para consumir los recursos hoy, mientras les pasamos el pago a nuestros hijos, en un futuro no muy lejano. En mi previsión, esta no es una crisis cíclica, sino el inicio del decrecimiento. Comprendo que no es compartido, pero lo tengo muy en cuenta cuando hago mis análisis.
Otras mejoras tecnológicas como el teletrabajo, las videoconferencias, la movilidad eléctrica, el retorno a medios más eficientes (bicicleta en las ciudades), también contribuyen a su menor demanda.
Sobre la geopolítica y el shale oil, hay un hecho que da luz al cambio de inversión por razones políticas. Con la entrada de Trump, se pretendió afirmar la independencia energética en USA. Nombró como secretario de estado a Rex Tillerson, antiguo CEO de Exxon en 2016 y poco después, los gigantes Exxon y Chevron anunciaron su entrada masiva en el shale oil, cuando el crecimiento del shale llevaba más de 8 años de tendencia. No solo eso, sino que han protagonizado un extraño movimiento consistente en vender gran parte de su producción en el extranjero (muy rentable) para centrarse en el agujero negro del shale oil. No hay más que ver sus cuentas, para comprobar la nula rentabilidad y enorme capex malgastado desde entonces.
Desde mi punto de vista, este movimiento no tiene nada de búsqueda de rentabilidad o mejora del negocio, sino de una pretensión política conveniente para el equipo que dirige EE.UU., junto con su American First y la vuelta a casa de las empresas y puestos de trabajo.
Respecto al petróleo fácil y barato, es evidente (no entro en la casuística de otras materias primas como los metales-minerales , para no largar en exceso la respuesta), que casi todo el petróleo que queda por extraer (de nuevos desarrollos) es mucho más caro y difícil que el ya extraido.
El petróleo en tierra tiene costes muy bajos, incluso si es en profundidad. El petroleo en el mar, si es superficial, también tiene costes bajos. Pero (por orden ) el petróleo de aguas profundas, el de las arenas asfálticas, el extrapesado de Venezuela o el shale oil, son mucho más caros y con los precios actuales, un foco de pérdidas. El problema que ya estamos viendo es la superposición de las necesidades de los productores y los consumidores. Los primeros necesitan precios altos, para superar los altos costos de entrada (por no mencionar la imposibilidad manifiesta de descubrir nuevos grandes yacimientos para renovar las reservas ), mientras los consumidores necesitan bajos precios (ya se encargan los gobiernos de freirnos a impuestos, con su repercusión en el precio definitivo). Si no hay una yuxtaposición de los precios para contentar a ambos, la tendencia caerá al lado de la menor producción, sobre todo si los préstamos se ven muy reducidos.
En este contexto asistiríamos a una montaña rusa de precios arriba abajo, que no permitiría una inversión sostenida por parte de las empresas, porque el proceso, crisis-disminución demanda-bajada de precios-menor inversión-subida precios-crisis de nuevo, es destructivo para la industria.
El decrecimiento y la baja demanda asociada es la puntilla para el sector.
Saludos.