Hace tiempo abordé este tema con un rankiano que ahora no recuerdo, pero claro yo escribo tanto como para ponerme a buscarlo...
De entrada, como bien sabes, la Deflación japonesa es muy complicada de explicar, aún así intentaré darte mi opinión respecto a lo que preguntas.
El estallido de la burbujas inmobiliaria y bursátil a inicios de la década de los 90 se utiliza frecuentemente como punto de partida de la Deflación japonesa, aunque realmente los precios, medidos por el IPC, no comenzaron a caer hasta la segunda mitad de esa década. Bien, llegados a este punto, podemos decir que no existió una causa única para que la Deflación apareciera, sino que muy posiblemente se trate del resultado de un conjunto de factores y circunstancias interrelacionadas entre sí. Por ejemplo, podríamos decir que los hubo de carácter general, de tipo monetario y financiero, de política económica y otros factores exógenos.
Un factor de carácter real es la brecha de producción, excesivamente negativa. No existe acuerdo sobre los motivos que puedan dar una explicación convincente. Hay una corriente de pensamiento que cree que la presencia de una tasa natural de interés negativa que habría sumido a la Economía en una trampa de la liquidez, pues la tasa de interés nominal habría sido excesiva.
Asimismo, la apreciación del Yen posiblemente también contribuyó al proceso deflacionario, en tanto que provocó el encarecimiento de las exportaciones que, junto con los menores costes de producción y transporte en el exterior -especialmente en algunas Economías emergentes, y en concreto, China- motivó un movimiento de deslocalización de la producción que probablemente también influyó sobre el crecimiento. Asimismo, parece que la rigidez del tipo de cambio del Renminbi podría haber afectado con mayor intensidad a Japón, en tanto la infravaloración de la moneda china y su elevada interrelación comercial agudizaban el impacto del shock de productividad de esta Economía, pues China seguiría importando productos intermedios de Japón, y proveyendo de productos finales, a cada vez menores precios en Yenes, lo que habría acentuado la Deflación.
También se relaciona el menor crecimiento potencial con unas cada vez menores expectativas de crecimiento en el largo plazo, que habrían comprimido la demanda más que la oferta, y que sería consistente con la percepción de un shock de oferta permanente, ante el cual, la demanda habría reaccionado anticipadamente a futuras caídas de la renta. En este contexto, el envejecimiento de la población, también se considera entre los depresores de la demanda, no solo porque desde mediados de los 90 la población en edad de trabajar comenzó a descender, sino porque la severa regulación de los servicios de atención a la tercera edad limitaba la cantidad y precio de los mismos, de modo que la oferta era incapaz de satisfacer su creciente demanda, y habría motivado un incremento del ahorro -en detrimento del Consumo- en los hogares para asegurarse una atención adecuada en el momento necesario.
La reacción en la política monetaria también pudo tener un papel relevante en el proceso. En el plano monetario, además de la ruptura del canal de transmisión monetaria -vía tipos de interés-, cabe destacar la presencia de unas condiciones financieras más estrictas de lo que habría sido deseable y también una reacción tardía de la autoridad monetaria, al minusvalorar la caída de las expectativas de Inflación a corto plazo por mantenerse relativamente ancladas las de largo plazo. De hecho, la experiencia japonesa ha revelado la potente inercia de los procesos deflacionarios, contra lo que resulta muy difícil luchar.
Al mismo tiempo, la política fiscal no estuvo acompasada con la monetaria, y a ello se añade que el modo en que trató de dar soporte a la Economía no resultó acertado.
Por otro lado, la escasez del crédito se agudizó por la falta de transparencia sobre la situación de los balances bancarios, la indulgencia con la que se consideraron los créditos morosos y la lentitud con la que se eliminaron de los balances de las entidades crediticias, lo que resultó todavía más dañino dada la elevada dependencia que el sector corporativo japonés tiene de la financiación bancaria. Como resultado, la inversión quedó comprimida y los salarios inicialmente se ralentizaron y posteriormente comenzaron a descender en términos nominales, lo que también contribuyó a la moderación del Consumo.
En fin, Analyticss, podríamos citar otras posibles causas, pero está meridianamente claro que las autoridades japonesas no tuvieron los suficientes "reflejos" para anticiparse a lo que luego acabaría sucediendo: una Deflación persistente...
Saludos.