En parte sí.
Por otro también se ha quedado bastante obsoleto.
Antes calcular el valor intrínseco según el BPA era poco menos que un conocimiento místico. La celebérrima escenita de la servilleta con el precio de Terra.
Hoy… Bah.
Bueno, nunca fue gran cosa. La verdad sea dicha.
Antes la información tenían que traerla en camello desde Arabia.
Hoy… Si no la tienes es porque no quieres.
Por otro lado, eso de pescar en río revuelto está muy bien, pero si ya sabes que está toda la mafia haciendo cola buscando lo mismo que tú, llévate la metralleta… Si la tienes y si no, te quedas en tu casa.
Antes invertir en tecnológicas era el salvaje oeste. No había quien las entendiera.
Pero todo era cuestión de hacer el esfuerzo. Si no por el lado de la tecnología (cosa muy entendible), sí por el lado de los clientes. El Abuelo lo hizo y se forró con Apple ¿Y él?
Nada, nada, él a los negocios tradicionales. A lo trillado.
Pues en lo trillado hay rastrojos… Y poco más.
Los del Norges Fund se largaron. Como tontos y sin saber. “Follow the money”…