Absolutamente de acuerdo en todo amigo. Yo personalmente soy de los que piensan que expresando tus opiniones con respeto y argumentos no tendrías porque tener miedo a manifestarte. Eso me ha llevado en ocasiones a ejercer mi derecho a réplica en alguna conversación en la que algún autónomo del sector transporte (conductor) se autocompadecía por tener que pagar 600 euros de su bolsillo de los 9000 euros (dejémoslo en 3500 netos) facturados mensuales, para en definitiva no tener los derechos que el entiende que merece y que el resto de la humanidad tiene, con la consiguiente comprensión de todo el auditorio presente. Al señalar que entre mi empresa y yo (en definitiva yo) aportamos una cantidad mensual sensiblemente superior para percibir un sueldo neto considerablemente inferior, la reacción siempre ha solido coincidir: fin del debate por ausencia de replica, miradas de recelo y tensión en el ambiente hasta que alguien tiene la habilidad de cambiar de tema de conversación. Como bien dices, opino que se debe a un tema de percepción que tiene que ver con la diferencia entre la sensación de perder lo que has tenido y el hecho de no haberlo tenido nunca.
Escenas parecidas se pueden vivir cuando decides tener una opinión propia, diferente a la esperada, respecto a temas que impliquen al sector público, los derechos de la mujer y/o las pensiones.
También he desarrollado con el tiempo una prudencia selectiva o instinto de supervivencia que me previene de participar en batallas perdidas...pero las sobremesas las carga el diablo.