Sí, en renta variable solo tengo el MSCI World y el S&P US Dividend Aristocrats. A eso le sumo un fondo monetario y un ETC de oro cada uno en su justa proporción, y con eso mi cartera queda cerrada.
Mi estrategia de inversión sigue unas reglas claras y sencillas:
- Simplicidad ante todo: Pocos fondos, pero bien escogidos.
- Disciplina mensual: Aporto la misma cantidad, el mismo día de cada mes, sin excepciones.
- Rebalanceo anual: Al final del año, toca ajustar la cartera para mantener el equilibrio.
- Emergentes fuera del radar: No me atraen. Si ya me cuesta invertir en bolsa española, mucho menos voy a meter mi dinero en países con regímenes inestables o economías emergentes.
- Cero renta fija: Es un activo que no lo veo para inversores particulares. Puedo hacer una excepción con algún fondo de renta fija a corto plazo y con bajas comisiones, pero en general no forma parte de mi estrategia.
- Nada de gestión activa: Aquí es donde la analogía de los coches me viene perfecta. Si entro a un concesionario con 15.000 €, me llevo un Dacia, si entro con 150.000 €, salgo con un Porsche, eso lo tienes completamente garantizado. Ahora, si pago un 2% de comisión por un fondo de gestión activa (diez veces más caro que uno pasivo), exijo retornos que superen los índices de manera GARANTIZADA. Hasta la fecha, no he encontrado un gestor activo que me asegure esos resultados. De hecho, en el mundo de los fondos la práctica es al revés: en la inversión a largo plazo, te venden el Dacia por 150.000 € (la mayoría de gestión activa no supera a los índices a largo plazo) y el Porsche por 15.000 €. ¿Es esto de sentido común? Por eso, están vetados de mi cartera.
Estudié fondos de estilo value como Azvalor, Hamco o Magallanes, pero las comisiones me disuadieron. Aún sigo evaluando la posibilidad de incorporar ETFs de índices que diversifiquen y mejoren mi cartera, como lo hice en su momento con los Aristócratas del Dividendo.