Vengo a tomar una ronda, que hace mucho que me dejaba caer por "El Bar". Sólo saludo, me tomo una, y me marcho de nuevo.
Me voy poniendo al día con los últimos temas candentes, y es curioso ver cómo evoluciona el sentir del inversor. Varios de vosotros ya estáis sopesando el trasvase hacia la indexación, muchos desde los fondos value que teníais en cartera desde hace mucho tiempo con mucha ponderación. De
@josmalobla no me sorprende tanto porque siempre anduvo con el
runrún, pero de otros como
@emiliovictoria, incluso de
@patatero0 que parece haber claudicado me sorprende mucho. Hasta
@velazpider ha salido de Cobas y tiene a Azvalor en la rampa de salida. Quién os ha leído y quién os lee...
Nos ha tocado vivir una época confusa. Muchos acontecimientos de calado en muy poco tiempo nos han llevado a esta montaña rusa en los mercados.
Hoy tenemos una guerra en ciernes que no sabemos cómo acabará ni cuándo. Un contexto macro en donde parecía que íbamos poco a poco recuperando la normalidad con los problemas de stock causados por una pandemia global que paralizó las economías. Unos BBCC con unas políticas salvajemente expansivas, con tipos de interés que vienen de niveles anormales, que deben ir adaptando a la nueva situación cerrando el grifo del dinero fácil. Una transición energética acelerada que venía que si sí que si no en pro el cambio climático, y se ha vuelto indispensable por la escasez y dependencia energética de muchas áreas geográficas. Y una población cada vez más envejecida.
Podemos mirar la historia y comparar con otras épocas, pero que se den conjuntamente todos estos factores dudo que lo encontremos.
El pánico está instaurado entre los inversores, hay una sobreventa masiva y protección de posiciones que hace que junto con las noticias negativas estemos en un goteo a la baja. Hay que mantener la calma, no precipitarse con decisiones impulsivas y mantener la cabeza fría. Si la cartera se construyó con criterio y acorde a la planificación de cada uno, con sus plazos y objetivos, estos momentos de incertidumbre no deben nublar la vista. Todo pasará, hay que ser firme con la estrategia.
Recordad que el mercado es caprichoso, y cuando todo el mundo habla de consenso, suele suceder lo contrario.
En los mercados a menudo se da el efecto manada, arrastrando cotizaciones para bien o para mal. Ahora está tocando cruz, pero esto no hace sino dejar grandes oportunidades al meter a muchas compañías en el mismo saco. Compañías de mucha calidad, con unos fundamentales extraordinarios, generadoras de caja y con apenas deuda -o incluso sin ella- caen lo mismo que compañías de fuerte crecimiento con mucho endeudamiento y sin ser aún realidades.
La indexación siempre es algo a valorar, pero precaución con el movimiento pendular; hoy cartera todo
value o
growth, mañana todo indexación. En fuertes correcciones de mercado, una buena gestión activa puede aprovechar esas ineficiencias que se producen y hacer uso de la liquidez disponible en el propio fondo para adquirir compañías injustamente tratadas a precios que darán buenas rentabilidades en el futuro.
Ahora el posicionamiento debe ser prudente porque dependiendo de cómo evolucionen los asuntos sobre la mesa, podrá funcionar mejor una estrategia u otra, aunque lo fundamental que seguirá guiando los mercados es el desarrollo de la inflación.
Si los BBCC actúan de forma desmedida, provocarán una recesión si es que ésta no cae por su propio peso.
En ese posible escenario recesivo, la demanda cae, relajando el problema de escasez de oferta. Escasez de oferta, por cierto, que en mi opinión no se soluciona con subidas agresivas de tipos, y en donde las economías europea y norteamericana, no están en la misma posición. En Europa no se pueden permitir disparar los tipos a lo bestia. Hay dependencia energética, tensiones en la deuda, y unos niveles de empleo que podrían peligrar más. EEUU tiene recursos energéticos propios, los niveles de empleo son fuertes, y el dinero les cayó del cielo por los programas de ayuda de Biden.
La economía norteamericana parece, pues, más robusta pero no es descartable que se contraiga. Si además, la inflación persiste en niveles más altos de lo deseado, en ese escenario de estanflación, conviene vigilar la evolución del oro pues, en mi opinión, sería quien tomase el relevo a las
commodities junto, quizás, con alguna divisa que pudiera considerarse como refugio. Así pues, con ese posible escenario quien crea que existe una alta probabilidad de darse y lleve en cartera muchos cartuchos de materias primas, podría valorar ir reduciendo exposición, tomar exposición a oro, quizás RF norteamericana de más largo plazo, y RV a través de compañías que 1/ generen FCF y 2/ sean capaces de trasladar el incremento de costes a sus clientes, y RV que operen en sectores más defensivos (consumo de bienes básicos, healthcare, ...).
En cambio, si el inversor prevé un
soft landing, un aterrizaje suave de la economía, que aún manteniéndose la inflación en niveles altos (no tanto como los actuales) sea capaz de seguir creciendo, sí puede darse un ciclo más prolongado a favor de las commodities. Personalmente, es un escenario que me cuesta ver, porque por X o por Y, la economía se va a ver ralentizada, pero podría darse.
También podríamos ver, esperemos que pronto, un cese de hostilidades en el Este de Europa o un fin del conflicto. Europa está tocada y habrá que ver en el medio plazo las consecuencias de todas las sanciones a Rusia, pero indudablemente una noticia así daría impulso a la renta variable europea, que en términos relativos está a precios interesantes. Algún fondo interesante puede haber para tener en el radar por si se materializara la noticia.
Y China, aún con sus riesgos políticos (ya leo que muchos no la quieren ni en pintura), puede aportar valor a las carteras. Hay sectores a los que el PCC parece que vuelve a abrir la mano y donde las valoraciones son ridículas. También hay fondos que pueden aprovecharse del desbloqueo y paulatina vuelta a la normalidad tras el parón por el COVID-0.
En resumidas cuentas, que me había pedido una copa y ya van unas cuantas, dependerá de la evolución de todos los frentes abiertos para elegir una estrategia u otra.
En radar oro, deuda norteamericana de muy largo plazo, y sectores defensivos (salud, utilities...), si la cosa se pone fea. Si la inflación cuesta reducirla, pero la economía va tirando, sectores cíclicos (value), commodities, banca y seguros. Si la cosa se pone bonita con respecto al conflicto, Europa. Y si la inflación se va moderando al ritmo que estiman los BBCC y logran situarla en niveles razonables (2%-4%) sin lastrar el crecimiento,
"all in" por la tecnología.
Y no toméis decisiones de calentón. Ya sabéis a lo que jugaban Cobas o Azvalor. Que cuenten milongas de carteras defensivas a otros. Si la economía crece y la inflación es alta, sería un escenario propicio. Pero si entramos en contracción económica, NO van a proteger. No son compañías para refugiarse. Son empresas, como muchas veces comenté, que dependen de varios factores exógenos, y que éstos cada vez se dan en menor duración. Están bien para posicionarte en ellos para diversificar carteras, pero la ponderación debería ser reducida.
Y la solución tampoco pasa, pienso yo, por volcar al otro extremo de la indexación. La indexación tiene cosas muy buenas y cosas no tan buenas. Se puede tirar largos períodos de sinsabores que volverán a hacer dudar a los inversores que saltaron de uno a otro por el único (o principal) motivo del hastío. Y ojo con el cruce de divisas.
Cierro al salir. Cuídense. Y muchas gracias a todos por los mensajes que me dedicasteis la última vez, que no pude responder pero sí leí.
