El lujo es un sector que navega bien entornos inflacionarios. Las clases más bajas no demandan este tipo de bienes, sin embargo las altas continúan adquiriendo lujo como status social, con independencia de que haya o no haya crisis económica. Además, son empresas multinacionales que perciben ingresos de cualquier parte del mundo, no sólo de Europa. Y fabrican también a lo largo y ancho del globo.
El aumento de la clase media en Asia hace que a largo plazo este tipo de compañías pueda beneficiarse de ese factor, pudiendo mantener buenas tasas de crecimiento.
Danone no es comparable. Juega en la liga de bienes de consumo básico, y no llega a tener el pricing power que tiene el lujo. Una familia que antes compraba yogures Danone, si se viene una crisis y se ve obligada a recortar gastos quizás no deje de comer yogures, pero igual se los compra de marca blanca. Danone tiene fuerza para empresas que ofrecen a sus clientes productos que se asocian con una calidad superior, por ejemplo los hoteles. No es lo mismo que en un bufet de desayuno un hotel te sirva Danones a que te sirva Hacendados.
Y el aumentos de costes (energéticos / materias primas) de producción también le afecta a Danone, que en algún lugar fabrica sus productos. Esos aumentos son más fáciles de trasladar en el sector del lujo, sencillamente por el público al que van destinados. Alguien dispuesto a pagar mil euros por un bolso le va a dar lo mismo pagar mil cien. En cambio, alguien que ande buscando ofertas de súper en súper, un 10% de incremento es mucho incremento. Al final, los márgenes de Danone -o similares- se estrecharán, mientras que los de LVMH lo harán menos, o los mantendrán.
Con tanto streaming se te está poniendo cara de Bill Ackman xD.
El último bloque de ideas son empresas de crecimiento, inmersas en tendencias estructurales de largo plazo (salud, electrificación, digitalización...). Para comprar a buenos precios y dejar al tiempo hacer su labor (más si cabe).