El problema con el amor es que solemos perseguir a quien nos huye y huir de quien nos persigue, como bien contó Sor Juana Inés de la Cruz hace varios siglos (aunque la decisión racional del último terceto no sea la más habitual):
Cuál sea mejor, amar o aborrecer.Al que ingrato me deja, busco amante;
al que amante me sigue, dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata;
maltrato a quien mi amor busca constante.
Al que trato de amor, hallo diamante
y soy diamante al que de amor me trata;
triunfante quiero ver al que me mata
y mato a quien me quiere ver triunfante.
Si a éste pago, padece mi deseo;
si ruego a aquél, mi pundonor enojo:
de entrambos modos infeliz me veo.
Pero yo por mejor partido escojo
de quien no quiero, ser violento empleo,
que de quien no me quiere, vil despojo.
Así que, con frecuencia nos vemos
persiguiendo imposibles que nos suelen costar caros, al menos emocionalmente, cuando lo racional sería
dejar marchar a quien no nos quiere, lo que no deja de ser una prueba de amor, puesto que deberíamos desearle felicidad a quien queremos y ésta pasa por no cargar con compañías indeseadas.
Hale, ya tienen su ración de filosofía de taberna de hoy. Espero que al menos disfruten de las canciones. XD