Yo soy muy pragmático en esto, hasta el punto de que privo de "alma" a algo tan bonito e inmaterial como es el matrimonio, lo cual a veces me hace aborrecerme. Advierto que mis opiniones parten de la base de que ambos cónyuges tienen trabajo y carrera profesional que les permita ahorrar y ser financieramente independientes (en el contexto anterior, donde solo trabajaba el hombre, evidentemente lo lógico es la sociedad de gananciales para no desproteger a quien se queda en casa trabajando).
Lo bueno de la separación de bienes es que evita ex ante que el dinero se convierta eventualmente en una fuente de problemas. Si pasas una mala época con tu mujer, estando en separación de bienes el dinero no debería ser un foco de problemas. Pero si estás en gananciales, la parte que ha aportado más a la sociedad de gananciales puede acabar haciendo reproches y que el dinero acabe siendo el foco del problema. En mi caso yo estoy en separación de bienes, pero comparto todo con mi mujer (ambos disfrutamos de los bienes que tiene el otro como si fueran propios; además, si ella se coge una excedencia yo pago todo, y viceversa). Pero si un día el vínculo se rompe (dios quiera que no), no tengo por qué compartir bienes "a futuro" con quien ya no tengo vínculo. Porque divorciarse en gananciales supone de facto "compartir" bienes "a futuro", cuando ya no hay vínculo. Divorciarse en separación de bienes no desnaturaliza el hecho de que se han compartido bienes "a pasado", mientras existía el vínculo.
Al margen de esto. Cuando te casas, lo haces para toda la vida, porque si no no te casas. Pero siendo frío, miras las aterradoras estadísticas de divorcios y piensas ¿y por qué yo voy a ser "caballito blanco"? Nunca sabes lo que puede haber a la vuelta de la esquina, que se le cruce el cable a tu mujer/marido, por lo que sea, por mucho que creamos conocer a una persona. Y si llega ese temido día, en separación de bienes eliminas que el dinero sea un elemento adicional más del problema, ya de por sí grave.
Generalmente todos queremos envejecer con nuestras parejas como hemos visto hacer a nuestros padres y abuelos. A mí también me encantaría, pero para eso tendríamos que vivir en el siglo XX, llevar el estilo de vida del siglo XX y tener la mentalidad del siglo XX. Es decir, queremos (hablo en general, la sociedad) tener el estilo de vida del siglo XXI (individualismo de cada miembro de la pareja, tener "nuestro espacio individual"), pero tener los resultados de un matrimonio del siglo XX. La ecuación no es válida en mi opinión. Hace 60 años no existía la idea de que cada miembro del matrimonio tenía que tener "su espacio".
De todas formas, habiendo hijos la separación de bienes no soluciona las discusiones económicas, por el famoso tema del hogar familiar (o porque tu pareja quiera la custodia exclusiva y que le pases la pensión).