Y luego está Don Palmarés que su rol es palmar pasta de terceros ;-)
Igual que el Ministerio de Consumo limita por ley la publicidad del juego y las casas de apuestas a unos espacios acotados y unas franjas horarias determinadas, la publicidad de chiringuitos como los de Paramés, del ladrillo sobrevalorado (los precios en Madrid capital están más altos que en 2007!!!), de las acciones del Banco Santander y Telefónica, y la publicidad de las criptomonedas debería tener restricciones o ser marcada como posible fraude.
Sobre las casas de apuestas, un sector que en Gran Bretaña tiene tradición, se observa una tendencia a promocionar apuestas muy complicadas o que requieren acertar múltiples escenarios para cobrar... en lugar de apuestas más sencillas. Esto como decía the Wizard of Odds es degollar la oveja en vez de esquilarla solamente jajaja