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Primeros síntomas económicos de quebecquismo en Cataluña

440 respuestas
Primeros síntomas económicos de quebecquismo en Cataluña
Primeros síntomas económicos de quebecquismo en Cataluña
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#313

Re: Primeros síntomas económicos de quebecquismo en Cataluña

Buenas, Jaumes... y a todos.

El debate sobre la posible fuga de empresas de Cataluña por la independencia de España está claramente manipulado por las dos partes a través de las cifras; cada parte aporta el segmento de estadística que más le conviene y contamina el tema.

Yo no voy a decir ni que sí ni que no, pero lanzo una pregunta (bueno, dos), la primera relacionada con el tema de Cataluña y para comparar la situación, relacionada con la incertidumbre política en España:

-si alguien invierte en Cataluña y no tiene claro si se va a independizar, cuándo, cómo, con que facilidades por parte de España, si va a entrar o no en la UE, si un partido anarquista va a tomar parte del poder o no...; ¿qué creéis que haría con sus inversiones?.
Si fuera yo, pospondría la inversión o no la haría.

-si alguien invierte en España y no tiene claro qué partido va a gobernar ni cuándo, si va a ser de izquierdas-derechas-mixto-semi anarquista, si no tiene claro si en unos pocos años el país se va a desgajar en múltiples mini estados...¿qué creéis que haría con sus inversiones?; pues si fuera yo, lo mismico, lo mismico que en Cataluña.

Una cosa son las pymes (pero me refiero a las pequeñas de verdad, las locales, de barrio, los negocios de autónomos, tiendas con pocos empleados..., que seguirán su camino independientemente de los vaivenes políticos, pues viven de su trabajo y es su medio único de vida; otra cosa distinta son grandes corporaciones, empresas de mediano tamaño con negocios inter-regionales, sociedades de importación-exportación..., que sí pueden verse afectadas por cambios fiscales continuados e imprevistos.

Saludos obviando las estadísticas y empleando el sentido común.

#314

Re: Primeros síntomas económicos de quebecquismo en Cataluña

No comparto que estén manipulados los datos, pero aunque así fuera lo importante es recordar Quebec y cómo dejó de ser la locomotora canadiense.

¿Está la comunidad autónoma catalana perdiendo empuje económico, financiero y empresarial debido al proceso secesionista?

Sí, sin duda.

La pregunta con la que sí se puede polemizar y discutir es: ¿A qué velocidad?

#315

Re: Primeros síntomas económicos de quebecquismo en Cataluña

Quebec no dejó de ser ninguna locomotora por "eso" ¿No recuerdas los tiempos en que De Gaulle dijo allí "Vive le Quebec libre? Pues que "eso" es más antiguo que la pana.

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#316

Re: Primeros síntomas económicos de quebecquismo en Cataluña

¿Está la comunidad autónoma catalana perdiendo empuje económico, financiero y empresarial debido al proceso secesionista?

No, sin duda.

Que se tiene en cuenta este tema?

Sí, sin duda.

Que es determinante?

No, sin duda.

#317

Re: Primeros síntomas económicos de quebecquismo en Cataluña

Buenas, Cajero, Jaumes... y a todos.

Ambos sois el vivo ejemplo de que, con los mismos datos, las conclusiones son radicalmente distintas.
Los datos "sin cocinar"posiblemente no estén manipulados (posiblemente), pero lo que está claro que si el 50% de la población es rica y el 50% es pobre, unos dirán que la mitad de la población es rica y los contrarios dirán que la mitad de la población es pobre.

Sobre el tema de Quebec, te doy la razón; te remito a mi siguiente respuesta que estoy elaborando.

Saludos con verdades estadísticas interesadas.

#318

Re: Primeros síntomas económicos de quebecquismo en Cataluña

Buenas, Juan.

Hombre, qué iba a decir De Gaulle, ¿viva los casacas rojas?; ese tema es aún más antiguo que el general francés.

Algunos artículos sobre el tema de Quebec.

El primero del círculo de empresarios; extraigo sólo la parte que se refiere a la economía quebequesa.
"Quebec, una advertencia para Cataluña"
Quebec inició su movimiento independentista a finales de los 70, lo que dio lugar a sendos referéndums en 1980 y 1995, y a negativas consecuencias para su economía. Desde 1981 a 2006, mientras la economía canadiense en su conjunto incrementó su riqueza en un 109%, Quebec sólo lo hizo en un 76,6%, por lo que, en términos de renta per cápita, un canadiense medio percibe anualmente 6.000 dólares más que un quebequés. En 1997, tras el segundo referéndum, su PIB se situaba en torno a los 200.000 millones de dólares (similar al de Cataluña en la actualidad), y suponía algo más del 30% de la economía canadiense. Hoy, el peso económico de esta región ha retrocedido al representar el 23,2% del PIB total de Canadá, lo que supone una pérdida de 6,8 puntos porcentuales en 18 años. Si extrapoláramos esta caída a Cataluña, su participación en el PIB español retrocedería del 20% al 15.5%.

Deterioro económico

Estos datos revelan que el deterioro económico de Quebec coincide con el auge del nacionalismo y la inseguridad que éste genera. De hecho, entre 1978 y 1981, tras el anuncio y realización de la primera consulta independentista, 30 de las mayores empresas canadienses abandonaron esta región. Lo que generó consecuencias negativas sobre la inversión, el empleo e incluso su estructura demográfica, con la marcha de decenas de miles de jóvenes.

Durante los últimos 25 años, Quebec ha recibido menos inversión privada que el resto de provincias. La causa de este declive es el coste que la eventual independencia supondría para las empresas al perder el acceso al mercado canadiense y, por tanto, una reducción de sus ventas. Eligiendo otra localización han evitado enfrentarse, entre otros efectos, al rechazo de sus productos en el resto de Canadá, al establecimiento de barreras arancelarias y a la inestabilidad cambiaria. Ante este posible escenario, como es lógico, las empresas prefieren no asumir riegos y actúan en consecuencia, lo que genera efectos negativos sobre el crecimiento económico, la creación de empleo y riqueza, y los ingresos tributarios esenciales para financiar el gasto público.

Respecto al empleo, entre 1981 y 2006, aumentó el 35% en Quebec frente al 49,5% de media en Canadá lo que se traduce en una pérdida de un 26.8% en la creación de puestos de puestos trabajos adicionales en esta región.

Este deterioro del clima empresarial y laboral ha modificado la pirámide demográfica de Quebec. En 1971, esta provincia acogía al 28% de la población canadiense; hoy solo vive en ella el 23%. En el mismo período el segmento de población de 0 a 24 años ha descendido en más de 750.000 personas, motivando que actualmente sea la provincia más envejecida del país. La reducción de la fuerza laboral quebequesa reduce el potencial de crecimiento económico, la recaudación tributaria, y la sostenibilidad del sistema de protección social al implicar más gasto en sanidad y en pensiones con una menor base de cotizantes.

En los últimos 30 años, el deterioro del PIB, la deslocalización de empresas, la reducción de inversión, el menor dinamismo en la creación de empleo, y la pérdida y envejecimiento de la población de Quebec han mermado su capacidad para financiar el gasto público. En dos terceras partes de este periodo el presupuesto quebequés ha presentado déficit, ya que su economía no es capaz de generar los ingresos fiscales suficientes para sufragar los servicios públicos, a pesar de que el pago de pensiones no corre a cargo de la hacienda quebequesa. Estos desequilibrios presupuestarios continuados han generado el crecimiento de la deuda pública, cuyo pago de intereses supone el 11% del gasto público total.

En conclusión, a Quebec le está saliendo muy cara la aventura soberanista y es un buen ejemplo de las consecuencias negativas que el mero planteamiento de la secesión, aun cuando no llegue nunca a materializarse, puede ocasionar a Cataluña. Desgraciadamente algunos indicadores (deslocalización de 3.000 empresas, menores previsiones de crecimiento,…) vienen ya anunciando un progresivo deterioro de la economía catalana. El daño, sin duda, ya está hecho.
http://circulodeempresarios.org/es/blog/entrada/quebec-una-advertencia-para-cataluna

"El proceso separatista en Quebec hundió la economía de la zona"
El PIB quebequés no sigue el ritmo del resto de Canadá, mientras cae la población más productiva. Las empresas más relevantes y los bancos salieron de Quebec ante el primer referéndum.

El ejemplo de movimiento soberanista en Quebec, tan valorado por los separatistas catalanes, tiene una cara menos positiva: el paulatino deterioro económico de la región canadiense. De 1981 a 2006, el PIB quebequés creció un 2,3 por ciento de media, frente al 3 por ciento en el resto de Canadá. Esa brecha de crecimiento, prolongada a lo largo de tres décadas, supuso que el aumento de la riqueza rubricara un 76,6 por ciento en Quebec, frente al 109,9 por ciento en el resto del país, según un informe del Instituto Económico de Montreal.

Ahora mismo, el canadiense medio es 6.000 dólares (unos 5.400 euros) más rico que su equivalente quebequés. Las provincias más pobladas y ricas (Alberta, Ontario, Columbia Británica) contemplan desde la distancia a sus antaño prósperos vecinos quebequeses, y no sorprende percibir un cambio en la conciencia colectiva quebequesa.

En 1976, el independentista Partido Quebequés (PQ) ganó las elecciones y situó a su líder como primer ministro de la provincia. Hubo dos referendos de independencia: en 1980 y 1995. La secesión perdió en ambos casos, aunque en el segundo por un margen muy estrecho. Desde el mismo día en que se comenzó a hablar de independencia, la provincia canadiense ha venido sufriendo un prolongado declive económico y demográfico. El primer puesto de Cataluña a principio del proceso autonómico en cuanto a riqueza también pertenece al pasado.

Aquellos que ansían la independencia tienden a ignorar ese negativo impacto económico. Es, sin embargo, incuestionable que la incertidumbre de los acontecimientos políticos ha tenido claras repercusiones económicas. Por lo pronto, existe un efecto en los mercados financieros con subidas de los tipos de interés para financiar la deuda pública. Durante las últimas elecciones provinciales, cuando parecía que el PQ podría formar Gobierno y pedir un tercer referéndum, los bonos de la provincia se dispararon por encima de los de la vecina Ontario, sobrecoste que se redujo pocos meses después de los comicios. La incertidumbre afecta asimismo a la bolsa y las acciones de las empresas. Según los especialistas, el referéndum de 1995 perjudicó en especial a las empresas basadas en Quebec.

Huida de bancos y empresas
La banca española ha advertido de que podría abandonar Cataluña en caso de secesión. En Quebec ya ocurrió ante la sola amenaza de independencia. Tras la victoria del PQ en 1976, los principales bancos canadienses trasladaron sus sedes de Montreal, centro financiero de Quebec, a Toronto. Nunca volvieron. Incluso el Banco de Montreal tiene hoy día, de facto, su cuartel general en Toronto, y no en la ciudad que le da nombre, pese a estar registrado allí.

Algo similar ocurrió con empresas y multinacionales. Según un informe del Instituto Económico de Montreal, entre 1978 y 1981 (con el anuncio del primero de los referendos), se marcharon 30 de las mayores empresas canadienses. Literalmente, abandonaron Quebec. Con todo, Toronto, la capital de Ontario, se ha consolidado como centro económico y financiero de Canadá. Hoy se piensa en privatizar muchas de las empresas que se quedaron, siendo un tabú el ramo de energía hidroeléctrica. Si la privatización de la industria pública más importante de Quebec tiene lugar, se interpretará como una seria llamada de atención a los movimientos cuyo objetivo es hacer de Quebec un Estado-nación. Con ello se daría a entender que el sueño de la independencia de Quebec ha permitido una mala gestión económica durante años.

El problema demográfico
En 1951, Quebec albergaba el 28,9 por ciento de la población canadiense. El porcentaje ha caído al 23,6, destacando negativamente el éxodo de jóvenes hacia otras provincias del país del que se quieren separar. De hecho, entre 1981 y 2006, la población menor de 15 años cayó un 12 por ciento en Quebec, mientras crecía un 7 en el resto del país. El rango de población más productivo (entre 16 y 40 años) apenas crecía un 17 por ciento en esos 25 años, según el Instituto Económico de Montreal, frente a un incremento del 40 en el resto de Canadá.

Desde los años 70, el número de personas que han emigrado rebasa el medio millón, destacando, además, el envejecimiento poblacional, que empeora el problema de la deuda: más pensiones y más Sanidad con menos cotizantes.

Las dos grandes áreas metropolitanas, Toronto y Montreal, tenían en 1976 aproximadamente el mismo número de habitantes. Pero mientras la primera ha más que duplicado su número, Montreal apenas ha crecido un 30 por cien. Conviene recordar que Canadá es un país forjado en la inmigración (10 por ciento). Si bien es cierto que el llamado "voto étnico" se ha diversificado y el PQ cuenta con inmigrantes en sus filas, la mayoría de ellos siguen sintiéndose tanto quebequeses como canadienses y por tanto contrarios a la secesión.

Quebec es la única región con mayoría francófona (81 por cien) y es una de las dos provincias canadienses de población mayoritariamente católica. La religión ha dejado de desempeñar un papel determinante en la disputa nacionalista.

La austeridad
La espiral financiera es grave. Es la conclusión del informe Godbout Montmarquette, de abril de 2014. Un análisis independiente, no partidista, de las finanzas públicas elaborado por los economistas Luc Godbout y Claude Montmarquette, de las Universidades de Sherbrooke y Montreal, revela que el déficit es más del doble del previsto por el PQ, y que seguirá creciendo si no se implementan reformas importantes y de todo punto necesarias. El gasto aumenta a un ritmo promedio del 5 por ciento anual, siempre por encima de su presupuesto, acabando cada vez más endeudada la provincia. Por eso, el Ejecutivo recibe recomendaciones para contener el gasto público y optimizar la maquinaria burocrática, con recortes en las oficinas gubernamentales y también en los subsidios públicos. No extraña, pues, que pesara tanto en el rechazo a la ruptura con Canadá el temor a que lo imbricado de las economías pusiera fin al Estado de Bienestar.

La "doctrina de la claridad"
La pregunta del referéndum de 1995, formulada de forma confusa, motivó en parte el ajustado resultado. La "doctrina de la claridad" surgió precisamente para evitar esa ambigüedad en el futuro. Se corrigió el error del Gobierno esquivando el debate. Algo similar ha sucedido en España.

El Tribunal Supremo dictaminó que para legitimar la negociación sobre una secesión era necesario determinar claramente la pregunta, mayoría necesaria y marco de las negociaciones. ¿Cómo se definirían esos conceptos? El Tribunal dejó en manos de los actores políticos su definición, y el Gobierno de Ottawa reaccionó con una ley de claridad a la que el Ejecutivo de Quebec contrapuso su propia norma.

La doctrina del Supremo canadiense descarta tanto la ruptura unilateral de una provincia tras una votación como el inmovilismo central ignorando un mandato democrático claramente expresado. La razón: ambas llevan a un callejón sin salida. Imposibilitan la solución pactada. La Corte reconoce el derecho del Gobierno de cualquier provincia de consultar a su población y formular la forma de la pregunta del referéndum. Al mismo tiempo afirma la legitimidad del papel del Gobierno federal. Así, la claridad del proceso sirve como fundamento de los pactos.

Finalmente las instituciones canadienses han reconocido el hecho diferencial de Quebec. Aun careciendo de Estado propio Quebec dispone de garantías democráticas dentro de un marco federal.

Status diferencial
Tras el referéndum de 1995 se reconoció el hecho diferencial de Quebec (distinct society) y se prometió un nuevo arreglo constitucional que no se produj,o porque implicaba apelar al resto de Canadá y no se podía ver como algo diseñado exclusivamente para satisfacer a Quebec.

Se han descentralizado funciones para satisfacer algunas aspiraciones provinciales como las de Quebec. Todas las provincias tienen derecho a asumir los poderes que ahora sólo está ejerciendo Quebec, y Alberta y Ontario han expresado su interés por asumir estos poderes.

Sí que ha habido enmiendas constitucionales. En este contexto, la ley relativa a las enmiendas constitucionales (de 1996) estipula que el Parlamento debe obtener el consentimiento de Quebec, Ontario, Columbia Británica, dos de las provincias atlánticas que comprendan al menos 50 por ciento de la población de la región, antes de proponer una enmienda constitucional, lo que en sentido inverso supone un derecho de veto tácito.

La doctrina que empezó a elaborar el primer ministro canadiense, Stephen Harper, del "federalismo de apertura" incluye el respeto a los órganos jurisdiccionales y constitucionales de las provincias y a su papel en la federación, el reconocimiento de la existencia de un desequilibrio fiscal entre el centro y las provincias, y la aceptación del principio de un papel internacional específico para Quebec.
http://www.eleconomista.es/economia/noticias/7029497/09/15/El-proceso-separatista-en-Quebec-hundio-la-economia-de-la-zona.html

Saludos a De Gaulle y los casacas rojas.

#319

Re: Primeros síntomas económicos de quebecquismo en Cataluña

Las agencias de rating sitúan a Cataluña casi al nivel de Angola o Bosnia
Jesús Martín. Madrid. Hace 10 horas 85

La Generalitat pide ayuda al Gobierno para que no se rebaje la calificación a la altura de países que no pueden pagar los intereses de su deuda

#320

Metropolitan invierte 5 millones en un gran gimnasio en Badalona

Metropolitan invierte 5 millones en un gran gimnasio en Badalona

La cadena Metropolitan ha inaugurado su primer centro en Badalona, con una superficie de 6.000 metros cuadrados y ubicado en el espacio de los antiguos multicines Picarol, para el que ha invertido cinco millones de euros.
El Metropolitan Badalona ofrece tres salas de actividades dirigidas, una zona de aguas con piscina, dos áreas de actividad libre, con una zona específica de entrenamiento funcional, centro de belleza, cafetería, zona de 'business', wifi gratuito, restaurante, solarium y una ludoteca para los hijos de los socios.

La cadena, que espera alcanzar los 35 centros en el 2020, cuenta con 70.000 socios y 1.200 empleados, y cerró el 2015 con una facturación aproximada de 60 millones de euros.

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