Re: En Cataluña solo habra la opción de la independecia...... (casi)
La política genera extraños compañeros de viaje. Y también rivales. La exvicepresidenta del Gobierno catalán, Joana Ortega, colaborará en la campaña electoral de Unió Democràtica de Catalunya (UDC). Se da la circunstancia de que sobre Ortega pesa una querella como organizadora de la consulta secesionista del 9 de noviembre de 2014 junto al presidente en funciones Artur Mas y la consejera de Educación, Irene Rigau. Es decir, que de ejercer de número dos del Gobierno catalán, la exdirigente de Unió pasa ahora planificar la estrategia de los socialcristianos contra la candidatura independentista de Mas.
«Ortega se implicará en la campaña, pero la dirección corresponde al diputado en el Congreso Josep Sánchez Llibre», explica a ABC un dirigente de UDC. Ortega anunció que abandonaba la política tras abandonar su cargo de vicepresidenta. Lo hizo junto a los titulares de Interior (Ramon Espadaler) y Agricultura (Josep Maria Pelegrí), ambos también de UDC, después de que se consumara la ruptura entre Unió y Convergència tras 37 años de historia en común. Los socialcristianos rechazan la independencia unilateral que plantean los convergentes y defienden el diálogo como vía para redefinir la relación entre Cataluña y el resto de España.
Desgaste
Pelegrí será el cabeza de lista de UDC, que por primera vez se presentará en solitario en unas elecciones autonómicas, mientras que Pelegrí es el número uno de por Lérida. Joana Ortega optó por abandonar la primera línea política, pero colaborará en la campaña de Unió. Sus allegados admiten el desgaste que el proyecto secesionista de Artur Mas le ha provocado, dado que Ortega nunca fue una activista de la ruptura con España. Pero entre sus funciones como vicepresidenta y titular de Gobernación se incluía la organización de la consulta del 9-N, que el Tribunal Constitucional suspendió.
Ello le valió la citada querella actualmente tramitada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Los socialcristianos, que en su día dieron apoyo a ese simulacro de referéndum, rechazan una declaración unilateral de independencia y abogan por una consulta pactada por el Estado.
UDC acude a las elecciones del 9-N convencida de que puede hacerse con el voto del nacionalismo moderado abandonado por Convergència. El objetivo de los socialcristianos es obtener un mínimo de cinco diputados, lo que le permitiría tener grupo propio en el Parlamento catalán.
En esta última legislatura, UDC tenía 15 de los 50 diputados de CiU. Sin embargo, el cisma que Unió ha sufrido internamente a raíz de la marcha de dirigentes críticos con la gestión de Josep Duran Lleida, como Núria de Gispert y Antoni Castellà –hoy integrados en la lista transversal Junts pel Sí de Artur Mas– podría suponer un obstáculo electoral. «Hay personas que defienden nuestras tesis, pero que rechazan una mayor implicación en nuestro proyecto por lealtad al presidente Mas», explica este mismo dirigente socialcristiano.
Un proyecto en el que, según UDC, hay similitudes con el PSC, que también considera que Cataluña es una nación con derecho a decidir. Más difícil sería establecer acuerdos con PP y Ciudadanos, pues consideran que el modelo territorial de ambas formaciones es «inmovilista». La campaña, como no podía ser de otra manera, girará entorno a Ramón Espadaler, pero el líder de UDC, Josep Duran Lleida, tendrá un papel muy relevante. Duran prácticamente solapará la campaña catalana con la precampaña de las elecciones generales, previstas para finales de noviembre y en las que se presentará como candidato de Unió a la presidencia del Gobierno. UDC no descarta dar apoyo al nuevo Ejecutivo español que salga de las urnas, pero pone condiciones. Yéstas pasan por la celebración de una consulta pactada, el reconocimiento de que Cataluña está infrafinanciada y reformas legales en materia educativa y lingüística.