«Intenta que Acuamed funcione como si fuera una empresa privada». Este fue el consejo que un alto cargo del Ministerio de Medio Ambiente le transmitió a Arcadio Mateo, director general de la empresa pública, imputado desde principios de 2016 en la trama investigada por la Audiencia Nacional. El año 2011 había cerrado con unas pérdidas superiores a los 4 millones de euros, cuando Rosa Aguilar, del PSOE era ministra del sector.
ABC ha consultado la evolución de las cifras más relevantes de Acuamed entre los años 2009 y 2015, presentadas ante el Registro Mercantil, que figuran en el sumario del caso. Durante la etapa que ha sido ministra de Agricultura y Medio Ambiente Isabel García Tejerina, la sociedad estatal cerró sin pérdidas y consiguió un beneficio de casi trece millones y medio de euros.
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La evolución es ciertamente llamativa. En la época socialista de Acuamed, tanto los ejercicios 2009 como 2011, arrojaron unas pérdidas de 8,4 millones de euros y 4,1 respectivamente. Con Arcadio Mateo como director, supuesto cabecilla de la trama, las ganancias se incrementaron de 1,3 millones en el 2012 hasta 9,8 en el 2014, siendo ministro Miguel Arias Cañete, y se llegó a los 13,3 en el 2015.
La empresa estatal consigue la mayor parte de sus ventas con el agua desalada a los regantes de la zona del Levante, aumentándose en seis años de 10,2 millones de euros a 70,5 millones. En ese particular incidía el juez Eloy Velasco en su interrogatorio a Mateo, redundando sobre cuál debería ser la buena práctica de un «director general de una empresa pública que tiene que velar por los intereses públicos».
Los gastos de personal bajan durante la gestión de Mateo en un 22%, volviendo casi a los mismos números que al inicio de la dirección de Carlos Massa, también imputado en la causa. Y desciende drásticamente los expendios en servicios exteriores, que recogen publicidad, arrendamientos de oficinas en alquiler y conservación de edificios en propiedad, pasando de 11,9 millones de euros a 1,8 en el ejercicio 2015.
Gastos desorbitados
Los datos no recogen la gestión de Adrián Baltanás, director general de Acuamed hasta 2009, ni tampoco la campaña del «Programa Agua», que supusieron unos gastos de 7,5 millones de euros en publicidad pagados como «mordidas» por las desaladoras adjudicadas durante la etapa de Cristina Narbona. En su declaración en la Comandancia de la Guardia Civil como investigado por fraude y prevaricación, a Baltanás tan sólo le preguntaron «por qué Acciona seguía reclamando los pagos en la actualidad» y nada sobre su paso por la dirección de Acuamed.
El cuadro refleja los gastos en publicidad por la empresa tutelada por el Ministerio de Medio Ambiente de Elena Espinosa en el 2009, que asciende a más de 1,9 millones de euros. Una variación sustancial con los 193.000 euros de 2015, cuando la titular de Medio Ambiente es Isabel García Tejerina, y abismal si se compara con los 7,5 millones en el 2007 de Narbona.
Massa fue esclarecedor ante Velasco: «Yo no me fiaba de que Acciona no fuera a seguir con sus reclamaciones en el futuro». ¿Había ido más arriba de usted?, indagó el juez. «Pues supongo que sí, las empresas constructoras por el manual… Cada uno presiona a su nivel, a mí me presionó quien fuera… Si al secretario de Estado o al ministro, pues supongo que también».
La empresa pública que promovió las obras de las desaladoras bajo el Gobierno de Zapatero sumó unas pérdidas operativas en la última década de 113 millones de euros, después de haber pagado hasta 2011 unos 330 millones de euros en sobrecostes, según datos del Tribunal de Cuentas, investigados actualmente por el juez Eloy Velasco en el caso Acuamed.
Según el Registro Mercantil, desde el 2012 esas pérdidas han sido compensadas gracias a ingresos financieros extraordinarios, lo que ha permitido cerrar el año antes de la instrucción judicial con unos beneficios de casi 13,4 millones de euros, equilibrando Acuamed su situación financiera.