Re: España país de pandereta y genocidio
Puigdemont 1o de los países bajos jajaja
Puigdemont 1o de los países bajos jajaja
Ves como lo desconoces totalmente. Tú ignorancia es supina.
por supuesto que soy un ignorante y a que soy fascista tambien....jjj
El juramento de Felipe V que Felipe V nunca juró
Así se han construido el rechazo a España y el subsiguiente sentimiento nacional catalán: con incesantes falsificaciones, mentiras y ocultaciones.
2017-10-20
Jesús Laínz
Millones de españoles se preguntan cómo ha sido posible que los catalanes hayan llegado a este punto de rechazo y odio a España. Se trata de un proceso de larga duración que fue puesto en marcha por Jordi Pujol y que voy a intentar explicar con un caso práctico.
Desde hace algunos años rebota sin cesar por el ciberespacio un texto al que llaman Juramento de Felipe V mediante el que numerosos separatistas pretenden apuntalar tres argumentos centrales de su ideario: la existencia secular de la nación catalana; la existencia ya en aquel tiempo de una Constitución catalana, siglos antes de la Pepa, y el reconocimiento de aquella nación y el juramento de aquella Constitución nada menos que por el gran enemigo de Cataluña y fundador de la dinastía hoy reinante. Mediante este texto, según se dice, la nación catalana queda demostrada y cualquier otra explicación sobra.
El juramento en cuestión reza así:
La nación catalana es la reunión de los pueblos que hablan el idioma catalán. Su territorio comprende: Cataluña con los condados del Rosellón y la Cerdaña, el Reino de Valencia y el Reino de Mallorca. Los tres pueblos que forman la nación catalana tienen una constitución política propia y están federados entre sí y con el Reino de Aragón mediante ciertas condiciones que son objeto de una ley especial. Cataluña es el Estado político formado, dentro de la Confederación, por los catalanes del Principado y de los condados del Rosellón y de la Cerdaña. El Principado de Cataluña es libre e independiente.
El texto suele presentarse acompañado de la portada de la edición de las Constitutions y altres Drets de Cathalunya dada a la imprenta en 1704, tras las Cortes celebradas por Felipe V dos años antes. Y, junto a dicha imagen, el argumento de que se trataba de la Constitución catalana que evidenciaba el carácter democrático de la Cataluña de aquellos siglos y que tuvo que jurar Felipe d’Anjou para ser aceptado por los catalanes como su legítimo monarca.
Empecemos, pues, a desbrozar el camino aclarando que las Cortes catalanas de aquel tiempo eran estamentales –brazos eclesiástico, militar y real–, como las de toda la Europa del Antiguo Régimen, por lo que no tenían nada de democráticas.
En segundo lugar, el término constitutions no tiene nada que ver con la ley fundamental de un Estado, cuya primera manifestación tardaría casi un siglo en ver la luz en los Estados Unidos. Las constitutions catalanas –así, en plural, pues no era una, sino muchas– fueron las normas de todo tipo (procesales, civiles, penales, tributarias, comerciales) de aplicación en todo el Principado y dictadas por el rey con la aprobación de las Cortes. Eran de rango superior a otras fuentes legales como los capítols, los actes de cort, los usatges, los privilegis o las pragmàtiques.
Pero, regresando al famoso juramento, no es difícil darse cuenta al primer vistazo de que algunas cosas no encajan. En primer lugar, eso no es un juramento, sino una enunciación. En segundo, el anacrónico término Confederación, tan frecuente en la historiografía nacionalista, era completamente ajeno a la España del XVIII. Y, por supuesto, la identificación entre lengua y nación tendría que esperar todavía un siglo a que comenzaran a enunciarla Herder, Fichte y otros románticos alemanes. Solamente con esto debería haber bastado para haber sospechado que se trataba de un texto apócrifo. Sin embargo, ha sido y sigue siendo citado por miles de personas convencidas de una autenticidad probada precisamente por su repetición.
El problema es que ninguna de esas personas se ha tomado la molestia de comprobar la autenticidad de un texto que, como es comprensible, encaja muy bien en su discurso. El hecho de que haya sido citado en algún periódico, o incluso en alguna carta al director, es suficiente para darlo por cierto. Pero tiremos del hilo. El origen de la cita es el libro La victòria catalana de 1705, de Antoni Porta i Bergadà, editado por Pòrtic en 1984 y presentado en sociedad por el expresidente del Parlamento de Cataluña Heribert Barrera. Según una reseña anónima aparecida en La Vanguardia el 8 de noviembre de aquel año, Antoni Porta luchó en el frente de Lérida durante la Guerra Civil y posteriormente se ordenó sacerdote en Argentina. "¡Menudo libro y menudo historiador!", exclamó entusiasmado el anónimo redactor al comienzo de un artículo que, tras reproducir el texto de marras, concluyó reiterando que se trataba de un libro de historia "realmente ejemplar".
Pero Porta no se inventó nada, ya que el origen del fraude se encuentra un siglo atrás, en 1878, año en el que José Coroleu e Inglada (republicano, masón, militante de la Unió Catalanista y redactor de la ponencia sobre municipios de las Bases de Manresa) y José Pella y Forgas (conservador y militante de la Lliga Regionalista) escribieron al alimón un libro titulado Los fueros de Cataluña. En él se sacaron de la chistera una "Constitución política de Cataluña" inspirada, según ellos, en las viejas leyes catalanas pero "siguiendo modernas formas constitucionales (…) para mayor claridad del público" (cursivas añadidas). No hay mejor explicación que sus propias palabras:
Con la mira de dar más gráfico relieve a los principios de derecho escrito y consuetudinario que formaban la constitución histórica del Principado, los hemos clasificado, por decirlo así, a la moderna, lisonjeándonos de que nuestros lectores no tomarán a mal esta impropiedad en que incurrimos voluntariamente (…) En una palabra, los autores se han creído en la necesidad de sistematizar y presentar en forma moderna ese conjunto de disposiciones. [Énfasis añadidos].
Sin embargo, los buenos de Coroleu y Pella no modificaron solamente la forma, sino también el fondo introduciendo conceptos (nación catalana, confederación) e ideas (el pancatalanismo, la lengua como elemento definidor de la nación) completamente ajenos a la legislación histórica catalana que tan falsamente pretendían estar compilando. Y, efectivamente, los artículos 1 a 3 de dicha "Constitución" consisten en el párrafo hoy anunciado como el texto que tuvo que jurar Felipe V casi dos siglos antes de haber sido escrito.
Respecto a la idolatrada nación, merece la pena subrayarse el hecho de que, aunque curiosamente no lo recogieron Coroleu y Pella, aparece mencionada, ciertamente, en el texto redactado en 1702, en concreto en el encabezamiento dedicado al nuevo rey:
(…) cuida ab tota solicitut del consuelo de sos vassalls, y seguritat y defensa de sa Monarchia, disposant per aquest efecte un gran Exercit, que trobantse aquest Any de 1704 dins lo Regne de Portugal, gosa nou lustre ab la presencia de tant animos y valeros Rey, que infundint major valor a las Armas Espanyolas, se espera lograràn, ab lo favor de Deu, molts felices y prosperos successos para major gloria sua y honra de la Nacio Espanyola.
A esta primera falsificación de 1878 se añadió un siglo más tarde la sorprendente cita de Antoni Porta, aquel pedazo de historiador que, por inmenso error o inmensa voluntad de mentir, ignoró los cristalinos párrafos de Coroleu y Pella y presentó un texto inventado en 1878 como uno auténtico de 1702. Y tras él, todos los engañados que lo han repetido un millón de veces en todo tipo de medios y formatos. Falsedad recurrente, verdad fehaciente.
Así se han construido el rechazo a España y el subsiguiente sentimientonacional catalán: con incesantes falsificaciones, mentiras y ocultaciones. He aquí sólo un ejemplo, y no sobre un asunto marginal o irrelevante. En el improbable caso de que algún separatista llegue a tener conocimiento de ello, le resbalará puesto que el cerebro humano es impermeable al razonamiento, el argumento y el documento, sobre todo cuando se encuentra cautivo de una fe nacionalista sabiamente inoculada. ¿Habrá alguien capaz de comenzar a darse cuenta de que es víctima de un gigantesco engaño llamado nacionalismo catalán? No parece probable, pues lo que cuenta es el sentimiento. Y ese sentimiento nunca será cuestionado ni aun sabiendo que ha sido provocado por patrañas como ésta.
Es genial como estos manipuladores tergiversan la noticia.
Pero lo jodido del tema es que un ayuntamiento socialista, permite la recalificación de unos terrenos para que la empresa de un gran pelotazo y despida a todos sus trabajadores
Que grande ese ayuntamiento socialista
La Historia de España es líquida: sangre y semen
per Àlex
gargara
Estimado, o no:
Dijo David Trueba que te empiezas a hacer mayor cuando los futbolistas a los que admiras son más jóvenes que tú. Yo añadiría que también se inicia el camino a la madurez cuando comienzas a desmitificar aquello que creías incuestionable. Y es que llega un momento en la vida en el que los padres ya no te parecen omniscientes, los profesores a los que admiraste se han visto superados por Google y los ronquidos de tu pareja ya no son aquella música polifónica que te acompaña por la noche, sino una tortura comparable a un concierto de música militar con la cabra de la legión haciendo de soprano.
Sin embargo, la desmitificación vocacional se antoja como una manera de abrir plano y descubrir que la realidad es mucho más amplia, compleja y caprichosa de lo que pensábamos. En este proceso de madurez, uno de los mitos fundacionales más auténticos de una sociedad es el de desmitificar su Historia. Y en eso a España le falta mucho recorrido.
La Historia de España, como la de Europa, es un relato muy líquido. De dos fluidos, concretamente: sangre y semen. Sangre porque las fronteras se han dibujado a base de violencia, genocidios, bombardeos y represión. Y semen porque el folleteo entre príncipes, princesas, reyes y reinas ha sido constante. Sé que podría haberlo llamado “uniones dinásticas”, que queda más fino, pero si algo ha caracterizado a los monarcas es que las joyas de la corona siempre han ido de cama en cama y me tiro a alguien porque me toca y quiero soberanías ajenas.
En la película argentina “Nueve reinas”, un personaje asegura que “putos no faltan, lo que faltan son financistas”. Pocos podrán negar que las monarquías, además de financiar a los artistas, a los mercenarios y a los periodistas, han repartido dinero a putos, putas y lo que hiciera falta. Y eso que han existido monarcas con los que había que tener mucho estómago para acostarse con ellos. El mejor ejemplo es Felipe IV, que como todos los Habsburgos era feo hasta decir basta. Eso sí, tuvo 46 hijos, aunque sólo dejó un heredero. Casadas, viudas, doncellas, damas de alta cuna y hasta su sobrina de doce años pasaron por su catre, a pesar de tener esa mandíbula de familia con la que para hacer un cunnilingus necesitaba que no hubiera nadie en el sótano. De todas maneras, en aquella época no escribían tuits, ni miraban Operación Triunfo, pero copulaban como conejos.
En resumen, el que muchos creen que es un relato épico de las Españas, en realidad es una mezcla de películas de John Wayne y de Nacho Vidal. Balas y polvos. Sangre y semen.
Por eso te animo a que desmitifiques el relato fundacional de España y su Historia. Afirmas, por ejemplo, que Felipe V unificó jurídicamente Catalunya con España. Si a derogar los derechos de los catalanes lo llamas “unificar jurídicamente”, la Constitución debe ser para ti algo así como un Kamasutra sin dibujos: postureo con posibilidades de acabar con lumbago. No, Felipe V no unificó jurídicamente nada. Utilizó a 40.000 soldados y 150 piezas de artillería para acabar con Barcelona en un asedio que duró más de un año. Muy machote, el Borbón. Más de un año necesitó para someter a los barceloneses. Más de un año bombardeando a población civil. Por lo menos, Felipe IV mantuvo su fusil limpio yendo de cama en cama y no jodiéndole la vida a la gente como hizo el Borbón. Ahora sólo falta saber si la sexta temporada de los Felipes se parece más a la cuarta o a la quinta. Si el guionista es Villarejo, quizás lo sabremos pronto
Gran número de empresas ligadas a la corrupción en Valencia se están desplazando a Andalucía....
La sultana ha dejado todo como un solar....., pero siempre queda algo que "rascar"....jejeje...
los austrias lo que se dice fieles no eran, pero los borbones han demostrado que estan al menos en eso al mismo nivel.....eso si la historia de españa la conforma un pueblo y sus lideres y en ellos reyes ha habido muy pocos.
saludos compatriota
La portavoz del PP define Madrid Central como “puro comunismo” y deja a los tuiteros perplejos
Argumentos pueriles de siempre,....el independentismo "golpista", los proetarras y......comunismo,..... pero se le ha olvidado decir comunismo bolivariano chavista....
Seguro que no sabe lo que es Madrid central,...jajaja....
Es muy triste tener que andar así por la vida, robando a la gente y diciendo "sinsorgadas"...
Retrato de Ceferino Giménez Malla, alias «El Pelé»
El santo gitano ejecutado en la Guerra Civil por no renunciar a sus creencias católicas: «¡Viva Cristo Rey!»
El Ejército republicano detuvo a Ceferino Giménez Malla por defender a un sacerdote que estaba siendo golpeado y fue después condenado a muerte por portar un rosario
Israel Viana
Si quisiéramos contar los gitanos que, por unas razones u otras, alcanzaron cierta notoriedad en la Guerra Civil, acabaríamos pronto. Por desgracia, tan solo un par de estudios recientes se han ocupado de averiguar cómo vivió, luchó y sufrió aquel conflicto fratricida este pueblo errante al que la prensa de la época descalificaba con expresiones como «andariego», «indocumentado», «de alegre discurrir» y con hijos «nacían en los caminos». Una de las principales razones, según coinciden los escasos investigadores que se han ocupado del tema, es que este pueblo afrontó este enfrentamiento como episodio trágico en el que no quiso verse involucrado, al margen del marasmo de ideologías que convivían en España.
[ El catalán que casi asesina a Franco cuatro días antes de la Guerra Civil: «¡Socorro, pistoleros!»]
Aunque la participación del pueblo gitano en otros conflicto tampoco es muy conocido, en el caso de la Guerra Civil resulta aún más sorprendente, pues es relativamente reciente y sobre él se han publicado infinitos libros, tesis, artículos y novelas, así como rodado multitud de películas. Sin embargo, en este océano de oscuridad hay algunos que han trascendido el anonimato, como el pintor anarquista Helios Gómez y el soldado «Oselito» Palma León. Pero entre ellos, destaca un hombre cuya notoriedad fue tan grande que, en 1997, Juan Pablo II le convirtió en el único gitano beatificado de la historia del Iglesia. Su nombre: Ceferino Giménez Malla, alias « El Pelé». «Su vida muestra cómo Cristo está presente en los diversos pueblos y razas, y que todos están llamados a la santidad, la cual se alcanza guardando sus mandamientos y permaneciendo en su amor», aseguró el Papa en su homilía de mayo de aquel año.
A diferencia de Helios Gómez, que llegó a ser un miembro importante del Partido Comunista, El Pelé no era más que un simple comerciante marcado profundamente por la religión católica. En concreto, artesano de cestería y tratante de caballos. Había nacido en Fraga (Huesca) un 26 de agosto de 1861, fiesta de San Ceferino Papa. De ahí tomó su padre el nombre. Pasó su infancia recorriendo los caminos montañosos de la región, dedicado a la venta ambulante de los cestos que él mismo fabricaba con sus manos. Vivió siempre acatando la ley gitana y se casó muy joven con una muchacha de Lérida.
La iglesia
Después de contraer matrimonio, empezó a frecuentar la iglesia a diario, hasta el punto de que, en 1912, decidió regularizar su matrimonio con su mujer, Teresa, según el rito católico, puesto que se había casado siguiendo la ley gitana. Sus allegados contaban que había pocas personas tan honradas como él, lo que le hizo ser muy querido tanto por los payos como por los gitanos. Y tal era su prudencia y sabiduría, que todo el mundo acudía a él para solucionar sus conflictos.
Pero no se quedaba ahí su generosidad. Una parte del dinero que ganó después como tratante en la compraventa de mulas por las ferias de Aragón, lo ponía muchas veces a disposición de los más pobres. Y cuando en una ocasión fue acusado de robo y encarcelado, en el juicio en el que fue declarado inocente su abogado llegó declaró: «El Pelé no es un ladrón, es san Ceferino, patrón de los gitanos».
Pasó su vida hasta la Guerra Civil entre las misas diarias, rezando al santo rosario y dedicando todo su tiempo a la catequesis de los niños, a quienes contaba pasajes de la Biblia y les enseñaba las oraciones y el respeto a la naturaleza. Llegó un momento en que la implicación de El Pelé era tan grande, que llegó a ser miembro de diversas asociaciones religiosas, tales como los Jueves eucarísticos, la Adoración nocturna, las Conferencias de San Vicente de Paúl o la Tercera Orden Franciscana. Hasta que todo saltó por los aires el 18 de julio de 1936.
El día de la beatifica de El Pele - AP
A finales del primer año de la guerra, mientras vivía en Barbastro, Ceferino fue arrestado por un grupo de milicianos, por salir en defensa de un joven sacerdote que estaba siendo golpeado a con la cultada de un fusil y arrastrado por las calles de la localidad oscense camino de la cárcel. Era el comienzo de su calvario, que se vio agravado por llevar un rosario en el bolsillo, lo que le valió una condena de muerte.
De aquella incomprensible condena no le salvó ni su amistad con don Florentino Asensio Barroso, obispo de Barbastro, a quien conocía de las reuniones clandestinas que organizaban por la Adoración nocturna en casa de este. Forjaron una amistad nada corriente entre un miembro de la Iglesia de tan alto estamento y un gitano. Y no renunciaron a ella hasta el día de su muerte, casi el mismo día.
No olvidemos que ya en la Segunda República se produjeron disturbios en los que, nada más proclamarse, se quemaron más de un centenar de iglesias solo en Madrid. Y que esa saña continuó al estallar la Guerra Civil, con los católicos como objetivo en aquella España que se desangraba. «Cogieron al cura, le pegaron cuatro tiros y le cortaron las orejas, después de haberle paseado desnudo con una cuerda atada a sus partes», contaba un superviviente a ABC hace siete años.
Por lo tanto, El Pelé sabía que salir en defensa del joven sacerdote podía costarle la vida, al igual que el cotidiano gesto de llevar un rosario consigo. Pero no renunció a ninguna de las dos cosas. Los milicianos le ofrecieron el indulto si renegaba de sus creencias católicas y entregaba el rosario, pero su fe era más grande y prefirió permanecer en la prisión y afrontar el martirio. Seguramente habría podido salvarse entregando su rosario a un miliciano amigo que quería ayudarle, pero tampoco aceptó. Por eso, en la madrugada del 8 de agosto de 1936, ya no pudo hacer nada: fue fusilado en las tapias del cementerio de Barbastro, con el rosario en la mano, mientras gritaba: « ¡Viva Cristo Rey!».
Su beatificación le convirtió en el primer gitano que alcanza la gloria de los altares en la historia de la Iglesia. Y aquel 4 de mayo de 1997 fue en una gran fiesta calé en torno a Juan Pablo II, a la que acudieron más de 3.000 gitanos de toda Europa y Asia, entre ellos mil españoles. El Papa propuso al nuevo beato como nuevo modelo de concordia entre gitanos y payos.
"Dios es español": el milagro de la Batalla de Empel que da fecha al día de la Inmaculada
El milagro de la Batalla de Empel puso fecha a la fiesta de la inmaculada Concepción, una batalla histórica entre los tercios españoles y los holandeses
Corría el año 1585. El ejército español estaba inmerso en la Guerra de los Ochenta Años en Flandes. Una batalla en la que estaban enfrentados, lo que hoy conocemos como, los Países Bajos y el Imperio español bajo el reinado de Felipe II.
Un tercio de la armada española -concretamente el Tercio del Maestre de Campo Francisco Arias de Bobadilla- formado por unos 5.000 hombres, combatían en la isla de Bommel, en el monte de Empel. Hacía frío, la lucha había sido encarnizada y los españoles prácticamente hundidos, esperaban bajo el frío del norte de Europa.
Para terminar con la batalla definitivamente, los holandeses lograron acorralar al tercio entre los ríos que rodeaban la isla, para poder atacarles con su poderosa flota y acabar con las huestes españolas. Los nuestros, quedaron a merced de un enemigo superior e incapaces de defenderse ante esta estratagema holandesa.
Pero... ¿Qué sucedió aquella noche? Era 7 de diciembre. Uno de los soldados del ejército español, mientras cavaba una trinchera, impotente ante la inminente derrota, encontró con una imagen de la Virgen. Una tabla flamenca de la Inmaculada Concepción de María. La gran noticia corrió por todo el campamento como la pólvora y el tercio lo interpretó como una señal divina. Así que, sin pensarlo, improvisaron un altar a la Virgen y se pusieron a rezar toda la noche. A la mañana siguiente, el día del ataque flamenco, ocurrió el milagro: el agua de los ríos que les rodeaban se había congelado.
Y además
La castellana que llegó a reina con corazón de santa
Gracias al hielo, el tercio español pudo escapar del cerco y sorprender a los holandeses con un contraataque impecable. Y aunque pareciera totalmente imposible, los españoles vencieron en Flandes una batalla que parecía totalmente perdida.
El almirante Holak, lider holandés, derrotado y estupefacto, dejó unas palabras para la historia: "Tal parece que Dios es español al obrar, para mí, tan grande milagro".
Distintas fuentes aseguran que miembros destacados del Camino Neocatecumenal, los 'kikos', engrosarán las futuras listas del partido de extrema derecha
https://www.eldiario.es/sociedad/conexiones-Vox-grupos-ultracatolicos_0_843766322.html
Hoy voy a estar toda la mañana.... jajejijoju..... Cualquiera diría que quieres tapar la opinión de los que no somos ultraderecha nacionalista como vosotros....
Tienes muchos hilos de Félix donde poner tus copypaste....deja alguno sin contaminar
Después de tu ristra de fakes, espero que no hagas más menciones a la Historia que se explica en Catalunya.
El silencio es hermoso cuando no es impuesto.