El sanchismo quiere demostrar hoy a Pedro Sánchez que hay «masa crítica» para que no tire la toalla y dispute a Susana Díaz la Secretaría General del PSOE en primarias. Él todavía no ha dicho ni sí ni no, pero tanto secretismo en los últimos dos meses hace sospechar a una buena parte de sus fieles que ya no se subirá a su Peugeot para recorrer España, como anunció el 28 de octubre, día en que dejó el escaño en el Congreso.
Tan solo tres días más tarde, Sánchez acudió a una reunión con su equipo: Óscar López, el valenciano José Luis Ábalos, la presidenta balear Francina Armengol, y el coordinador de los sanchistas en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. Sánchez les confesó sus dudas pero dejó que Ábalos le organizara la reaparición en Xirivella (Valencia), el 26 de noviembre, y la diputada Adriana Lastra un segundo acto en El Entrego (Asturias) el 10 de diciembre. Ambas apariciones crearon expectativas sobre su vuelta a la escena política, pero alguno de los participantes en aquella reunión del 3 de noviembre cree hoy que «en el fondo hubiese preferido no hacerlo».
De hecho, de todos los que formaron parte del embrión de equipo de campaña, el único que sigue en activo es Ábalos, promotor de la cita de hoy junto con el que fuera jefe de gabinete de Sánchez, Juanma Serrano. Pretenden que dé un paso al frente antes del Comité Federal del 14 de enero. A Sánchez no le ha gustado nada ver que aquellos que estuvieron con él hasta el uno de octubre se están pasando, paulatinamente, a la precandidatura de Patxi López. Es el caso del que fuera su «número dos», César Luena, y de la secretaria general del PSE, Idoia Mendia.
La balear Francina Armengol, que no tiene previsto ir a la cita de hoy, se mantiene entre dos aguas. El sanchismo tampoco puede contar ya con el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, porque ha garantizado a Susana Díaz su «neutralidad» en las primarias. Al sanchismo solo le quedan tres líderes en precario: la madrileña Sara Hernández, el castellano-leonés Luis Tudanca, y la presidenta de la gestora gallega, Pilar Cancela.
Por eso, a la cita de esta tarde en Madrid no acudirán primeros espadas. Ademas de Ábalos estarán el exalcalde de San Sebastian Odón Elorza y Zaida Cantera, los dos más activos en las plataformas de militantes por un congreso ya, y alcaldes como el de Valladolid, Óscar Puente. En palabras de Elorza, «esta batalla democrática» la ganarán los militantes y no «los generales». Tampoco estará Susana Sumelzo aunque anoche aseguró a ABC, como hizo días atrás Margarita Robles, que si Pedro Sánchez decide presentarse «le apoyaré».
Y es que no todo el sanchismo está de acuerdo con la convocatoria. Muchos piensan que presionar a Sánchez servirá de poco y tienen claro que para hacer frente a Díaz en primarias hay que ir con «un solo candidato». Patxi López está esperando a que Sánchez dé el paso atrás –si no, no se presentará– y solo entonces dar el paso.
Ataque de Micaela Navarro a Cantera
Antes de la cita, la presidenta del PSOE andaluz, Micaela Navarro, ha considerado que la reunión de los afines a Pedro Sánchez convocada para este martes «no ayuda» al partido y ha criticado especialmente las opiniones de la diputada Zaida Cantera, a la que reprocha que, sin ser militante, acuda a los medios de comunicación para decir lo que debe hacer Ferraz.
Micaela Navarro, vicepresidenta segunda del Congreso, no cree que la cita de los críticos perjudique al PSOE, «pero desde luego no ayuda»: "Somos todos ya mayores de edad, y todos sabemos cómo se ayuda al partido o cómo no se ayuda al partido", ha añadido en declaraciones realizadas antes de participar en la Mesa del Congreso.
Eso sí ha evitado lanzar reproches a Pedro Sánchez, con quien fue presidenta del PSOE antes de ser una de las dirigentes socialistas que dimitieron para tratar de forzar su renuncia. A su juicio, el ex secretario general ya verá en su momento si se presenta, una decisión que tiene que tomar él, así como el momento que considere adecuado para anunciarlo, pero en todo caso ha recordado que aún no está ni convocado el congreso federal. «Cada militante de este partido tiene que saber administrar lo que hace, lo que dice, sobre todo teniendo en cuenta especialmente el no perjudica al partido, pero tampoco el presuponerle a nadie que cualquier cosa que haga sea para dañar al partido», ha comentado.