GOIRIGOLZARRI CIERRA EL PLAN QUE INICIÓ RATO
Bankia suspende los planes de pensiones de sus 21.000 empleados como anticipo de más recortes
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri. (EFE)
Bankia sigue apretándose el cinturón para tratar de volver a los beneficios en el menor tiempo posible. Para ello contará con la colaboración de los empleados, que han aceptado no recibir las aportaciones que trimestralmente hacía el banco a sus planes de pensiones. La medida es al menos hasta 2013, cuando se negociarán de nuevo las condiciones de esta importante retribución para la plantilla.
El acuerdo se adoptó a finales de julio después de varios meses de negociación. Primero con el equipo de Rodrigo Rato, el que propuso la medida el pasado mes de abril, dentro de un plan para reducir los costes operativos en unos 200 millones al año. Y después con José Ignacio Goirrigolzarri, que ha mantenido, en este aspecto laboral, la hoja de ruta de su predecesor.
El pacto de Bankia con los sindicatos supone que “desde el 1 de julio al 31 de diciembre no se realizarán las aportaciones a los plantes de pensiones o instrumento equivalente, con la única excepción de los jubilados parciales y las aportaciones que deriven de planes de reequilibrio por reconocimiento de servicios pasados”.
Las dos partes añaden que “se comprometen a realizar los actos necesarios para la adaptación de las especificaciones a lo establecido en el presente acuerdo”, que no concreta qué pasará a partir del próximo año con está nómina a futuro. El plan original de Rato era suspender las aportaciones durante al menos dos años, así como retirar la paga variable.
La medida adoptada ahora se engloba en una negociación más profunda en cuanto a la unificación de los horarios de las siete cajas que componen Bankia –las oficinas no abrirán por la tarde como se pretendía-, el mantenimiento del salario fijo, un nuevo sistema de valoración de resultados, la promoción profesional y los beneficios sociales, entre otros asuntos de interés. Las dos partes están satisfechas, si bien se teme que en otoño se tense la cuerda porque Goirigolzarri quiere aprobar un nuevo plan de ajuste adicional que supondrá el cierre masivo de oficinas y un significativo número de despidos.
Como adelantó El Confidencial el pasado 23 de julio, el nuevo presidente del banco nacionalizado tiene previsto disminuir la red de sucursales en unas 300 y reducir la plantilla en algo más de 1.500 personas. Aunque estos números están incluidos en el plan estratégico que Goirigolzarri ha presentado al Ministerio de Economía y al Banco de España, lo cierto es que todavía no se ha comunicado a los sindicatos.
Más salidas bonificadas
De lo que sí son conscientes los representantes de los empleados es que Bankia está ofreciendo la salida del grupo financiero a aquellas personas de menos de 30 años y de más de 52. El motivo es extender el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que Rato aprobó a finales de 2010 y cuyas condiciones están vigentes hasta el próximo 31 de diciembre.
Aunque el anterior presidente de Bankia dio por finalizado ese ajuste en febrero, cuando anunció que se habían acogido unas 3.800 personas, lo cierto es que ahora Goirigolzarri ha decidido ofrecer las mismas condiciones a todos los que, dentro de la franja de edad citada con anterioridad, quieran dejar la institución.
La propuesta no es baladí porque se les garantiza casi la totalidad del sueldo a los que se prejubilen, mientras que los más jóvenes tienen derecho a una indemnización de 45 días por año con un tope de 42 mensualidades, más un pago lineal que oscila entre los 10.000 y los 30.000 euros. Es decir, unas condiciones muy generosas respecto a los 20 días establecidos en la reforma laboral.
El coste del plan de ajuste anterior ascendió a unos 1.000 millones de euros, de los que el Estado se hizo cargo de unos 250 millones. Se presupone que el que prepara Goirigolzarri será inferior, ya que lo lógico es que se adapte a la nueva ley laboral. Además, debido a que el grupo financiero va a recibir 23.000 millones de dinero público, sería muy difícil de justificar que el coste corriese parcialmente contra las cuentas del INEM.