Hoy se fija el precio al que Bankia canjeará 1.274 millones de euros en títulos preferentes y bonos subordinados por acciones. Los inversores que han acudido en masa al canje se enfrentan a una decisión trascendental. La primera opción es vender sus títulos en el mercado inmediatamente asumiendo una pérdida que se situará alrededor del 11% según el precio actual de bolsa de Bankia. La segunda, mantener los títulos según las conciciones fijadas por el banco más cuestionado del momento hasta junio de 2013 para poder cobrar íntegramente en acciones el 100% de la inversión total en preferentes.
Así es la apuesta binaria –al rojo o al negro- a la que obligan las condiciones del canje decididas por el banco que preside Rodrigo Rato. De saque, los inversores reciben el 75% de la inversión que en su día realizaron en preferentes. Es decir, que por cada 10.000 euros invertidos, reciben 7.500 en acciones. ¿A que precio de emisión? El mayor entre los 3,10 euros correspondientes a la cotización del día 20 de febrero y el cambio medio ponderado de Bankia en bolsa de los últimos 90 días naturales hasta el viernes, cuando acabó el período de canje.
Este cambio medio se sitúa en 3,3187 euros por acción, que previsiblemente será el que con mínimas variaciones hoy fije Bankia para la conversión. Por lo tanto, quien quiera vender sus acciones inmediatamente porque necesita el dinero o porque no cree el futuro de Bankia tendrá que hacerlo a partir del día 4 de abril, cuando empezarán a negociarse las nuevas acciones, alrededor de los 2,92 euros a los que el banco cerró el viernes en bolsa.
Es decir, asumiendo una pérdida añadida al 25% que inicialmente Bankia deja de reconocerle por su inversión en preferentes de alrededor del 11%, que es la diferencia entre el precio de bolsa y el de canje. Esta cifra puede subir o bajar hasta el miércoles de la semana que viene según la evolución bursátil
La decisión no es baladí. Vender con pérdidas antes de junio de este año supone además renunciar al cobro del 25% restante, también en acciones, de la inversión en preferentes que Bankia sí ofrece si se mantienen las acciones al menos hasta junio de este año. Pero, ¿Qué ocurre con quien se queda? Asume la minusvalía latente del 11% y tiene que mantener gran parte de sus acciones hasta junio de 2013 en el banco al que más puede afectar la restructuración del sector financiero que se está dilucidando estos días.
“El accionista tiene que mentalizarse de que el viento viene de carta. Bankia es la entidad más débil en todo el proceso de restructuración del sector financiero y también en términos de crecimiento. Nadie la ve ganadora y no tiene credibilidad en cuanto a la recuperación en márgenes y rentabilidad”, asegura Alberto Roldán, de Inverseguros.
El objetivo del banco premiando a sus nuevos accionistas por retrasar la potencial venta de los títulos es evitar un enorme flow back –acciones procedentes del canje que se venden en el mercado- que deteriore aún más su cotización, que este año se ha desplomado un 18,7%, muy por encima de la media del sector y que ya se encuentra un 22% por debajo de los 3,75 euros a los que el valor salió a bolsa en julio del año pasado.
Pagos diferidos
Bankia ha fijado tres fechas para el desembolso de los pagos diferidos, los días 15 de junio y 14 de diciembre de este año y el 14 de junio de 2013. En la primera fecha el inversor recibirá un tercio de los pagos diferidos –es decir, la tercera parte del 25%- si no ha vendido hasta ese momento ni una acción de las recibidas inicialmente. En diciembre optará a un segundo 33,3% si ha mantenido al menos dos tercios de las acciones recibidas inicialmente y en junio del año que viene recibirá el último tramo de títulos si mantiene al menos un tercio de las acciones iniciales.
“Quien decida esperar hasta junio de 2013 para cobrar el 100% de su inversión tiene que estar dispuesto a hacer un acto de fe. Falta mucho para que el mercado ponga en valor a Bankia en el caso de que siga su camino en solitario, porque el banco se ha quedado muy rezagado. Será cuestión de años”, señalan en la mesa de renta variable de un gran banco español, que añade que hay que valorar la dilución que en términos de beneficio por acción y de rentabilidad por dividendo supondrá la llegada al mercado de las nuevas acciones del grupo.