Nueva Rumasa apuntala su imperio desde Holanda y paraísos fiscales
27.12.2010 S.Saiz/I.Elizalde. Madrid 9
Las sociedades matrices de empresas como Clesa, Grupo Dhul o Hibramer, propiedad de Nueva Rumasa, están ubicadas en paraísos fiscales y zonas de tributación especial como las Antillas Holandesas, Países Bajos o Belice, respectivamente, según consta en las últimas memorias.
El consejero delgado de Nueva Rumasa, José María Ruiz Mateos, aclara, al respecto, que “no hay motivo fiscal, sino que es una fórmula de protección de la propiedad”. El ejecutivo reitera que no se trata de conseguir un beneficio fiscal, ya que la política del grupo es invertir todos los dividendos en el patrimonio del grupo, “por lo que no hay exportación de fondos. Todas las sociedades operativas pagan sus impuestos en España”. José María Ruiz Mateos recalca que, con esta estrategia, la familia trata de difuminar quién es el último propietario como una fórmula de protección y, en este sentido, alude a la expropiación sufrida por el grupo en 1983.
Al detalle
“No queremos agrupar ni que nadie nos agrupe desde fuera”, apunta el directivo. Por eso, explica que la primera medida de protección de la familia Ruiz Mateos en la reconstrucción de su grupo empresarial ha sido evitar la creación de un hólding en España en el que se puedan agrupar las empresas.
Éste es uno de los motivos por el que el primer escalón del grupo se encuentra en Países Bajos, ya que, de esta forma no está obligado a consolidar las cuentas de las 117 empresas que conforman Nueva Rumasa. El grupo factura 1.500 millones de euros y cuenta con una deuda bancaria de 713 millones, respaldada por un patrimonio de 5.900 millones, según el ejecutivo.
La estructura societaria elegida para la constitución de las empresas holandesas se acoge a una legislación mercantil más flexible que la española y que, permite, por ejemplo, no especificar quién es el accionista de control de Dhul Holding, firma con sede en Amsterdam y dueña del 68,89% de la española Grupo Dhul.
El máximo control sobre la privacidad de los propietarios de una compañía sólo se alcanza en los paraísos fiscales.
EXPANSIÓN ha comprobado que las principales cabeceras de la división de alimentación de Nueva Rumasa hunden sus raíces en los paraísos fiscales de Belice y las Antillas Holandesas. Concretamente, el propietario de Clesa, que actualmente está realizando una ampliación de capital por 13,2 millones de euros, es Alinda Finance, con sede en Amsterdam, y que está controlada por la firma Serendipity, inscrita en las Antillas Holandesas, según figura en el registro mercantil de Países Bajos.
Además de la protección de la identidad del accionista final, otra ventaja de figurar en estos paraísos fiscales es su baja tributación. Aunque las sociedades de Nueva Rumasa no reparten dividendo y pagan impuestos en España, su estructura societaria facilita fiscalmente el traspaso de activos. El año pasado, la totalidad de las acciones de Zoilo Ruiz Mateos (a través de la que se controla una parte de las bodegas del grupo) se traspasaron a Alinda Finance, operación que sumó a los activos de esta sociedad 19,6 millones de euros, según los datos del registro mercantil holandés.
El establecimiento de vehículos patrimoniales en paraísos fiscales es una herramienta habitual para realizar operaciones apalancadas, es decir, comprar compañías con deuda respaldada con los activos adquiridos, fórmula utilizada en la expansión de Nueva Rumasa (por ejemplo, en la toma de control de Clesa), reconoce José María Ruiz Mateos.