Por una vez voy a defender a vuestra contraparte, bueno tal vez “defensa” no es la palabra, llamémosle “circunstancias atenuantes”, y avanzo que no pretendo disculpar las actuaciones realizadas, no es mi cometido, y al no estar afectado es posible que mi visión sea excesivamente “desde fuera”.
Creo que si soy capaz de explicar los porqués”, no es preciso que estéis de acuerdo (ni lo pretendo), sin embargo estoy convencido que servirá a vuestra causa, el entender las razones de la otra parte, repito entender no significa compartir, ayuda (y mucho) a organizar la estrategia, a pensar, a intuir las reacciones contrarias, en definitiva ayuda a la causa de uno, de ello estoy plenamente convencido, y con todo (lo sé) me arriesgo a recibir unas cuantas “collejas virtuales”.
Motivos:
1 – Cambio radical de situación económica
2 – Supervivencia como empresas
2 – Presión comercial
4 – Desarrollar carrera profesional
Puede que existan más motivos, pero estos 4 por si solos creo que fueron o son especialmente relevantes.
1 – Cuando la economía estaba en crecimiento, o incluso en los momentos del primer parón , este tipo de híbridos financieros tenían una rentabilidad muy superior a los depósitos tradicionales, no era posible encontrar imposiciones a plazo a precios ni siquiera cercanos al tipo vigente del Euribor, por tanto una inversión (recordemos que estos híbridos no son depósitos) de este tipo por su rendimiento superior o solo ligeramente superior al Euribor, batía a cualquier depósito, por tanto su liquidez era más que suficiente, en la mayoría de las ocasiones, mayor rentabilidad, adecuada liquidez. Por tanto el problema no es del diseño del producto, es que las circunstancias han cambiado radicalmente, pensemos que si en 2007 – 2008 hubiéramos planteado a una banco o caja pagar dos puntos o punto y medio por encima del Euribor en una imposición, nos hubieran tildado de locos.
2 – Las participaciones preferentes y las obligaciones subordinadas computan como capitalización en términos de balance de los bancos y cajas de ahorro, serán capitalización de segundo nivel, pero capitalización en todo caso, y ya por las normas de Basilea III o la reciente del 9%, la entidades precisan de una mayor capitalización (de ello hablo en mi blog) https://www.rankia.com/blog/economia-domestica/975512-recapitalizacion-banca por tanto hoy no se pueden permitir amortizarlas, ya tienen como entidades suficientes “problemas logísticos” como para planteárselo. Es una cuestión de supervivencia como empresas, vale …. Es una “cabronada” pero es así, nos guste o no.
3 – Relacionado con el punto 2 anterior, hubo una presión comercial que hay que calificar como “dura”, cuando no “brutal”, para que las oficinas bancarias colocasen esto si o si, en ocasiones y según comentarios de algunos comerciales o directores de oficinas, no siempre contando con toda la información necesaria sobre perfiles de clientes o las cautelas que obliga la MiFID o anteriormente las normas de protección a los usuarios (que las había y al igual que la MiFID eran de obligado cumplimiento). Recordemos que un director bancario es un empleado, de rango medio, pero empleado, y debe atender a las órdenes de su patrón. Y a menudo habían incentivos en forma de salarios variables.
4 – Y luego hay que contar con los “trepa” que se prodigan en todos los sectores económicos, esto no es patrimonio del sector financiero, hay personas cuyo norte en la vida es ascender en la empresa, a costa de lo que sean y de quien sea, no son mayoría en ningún sector, pero por estar sabemos todos que si están. Estos venden lo que sea, cuando sea y a quien sea, si ello les reporta un beneficio personal.
¿Estoy de acuerdo con todo esto? La respuesta es obvia ….. sólo me limito a dar mi visión del porque del problema, a partir de aquí los usuarios lo que tenemos que hacer es actuar con todas las armas a nuestro alcance, una de ellas es la elevada regulación del sector bancario, cuyos sistemas serán farragosos y tediosos, pero hay mucha regulación a favor de los usuarios, y aunque su resultados puedan ser excesivamente lentos, convendremos que los tenemos en una forma muy superior a cualquier otro “producto” que podamos consumir.