Hombre, cabezosoler, ¿cómo va la vida?
Normal que no puedas contactar conmigo por teléfono. Tuve un pequeño accidente doméstico y el móvil se murió. El pobre. Ahora tengo un nuevo número.
Veamos. No quiero transmitir una imagen derrotista.
Tomé la opción de quedarme las preferentes porque el canje me parecía un robo. Comprar acciones a 2.3 cuando su valor en aquel entonces era de 1.35, con toda la incertidumbre existente en un país al borde del rescate, semejaba poco menos que una temeridad.
El camino que están siguiendo las preferentes es el que todos intuíamos. Fusión de ambas entidades. Sabadell en el grupo cero, con los buenos. Declaración de beneficio distribuible. Cobro del cupón. Estos dos últimos pasos son los que todavía quedan por confirmar.
Y si digo que escogí el color incorrecto, no es más porque si hubiera canjeado hace ya mucho que habría vendido. Cuando la acción tocó el 2, seguramente. Habría recuperado un 90% de mi nominal y habría salido corriendo a meterlo en un plazo fijo al 3.5%. Hoy por hoy viviría más tranquilo.
Soy ahorrador minorista. No me olvido de ello. Siempre he creído que toda la fortuna que pueda ganar en esta perra vida vendrá dada por mis madrugones y los sinsabores del trabajo. Los chanchullos y los pelotazos para los demás. Qué se le va a hacer. Pobre con mentalidad de pobre.
Sé que tu idea es recuperar el 100% de tu dinero. Ni un duro menos. Y me parece lícito. Tanto llevaste al banco, tanto te tienen que devolver. Es de una lógica aplastante.
Sin embargo yo soy de otra opinión. Ojalá me las liquidaran al 100%, a quién le amarga un dulce. Pero uno ha hecho sus números, y en mi caso, si me pagaran el 93'2% del nominal secuestrado, recuperaría todo mi dinero, actualizado al IPC. Me iría tal cuál llegué en 2009. Con unas cuantas noches de insomnio a las espaldas. Eso sí.
¿Qué quiero decirte con esto? Pues que si mañana llega el Sabadell y me dice que me las amortiza al 90%, les pongo un lacito de regalo y se las tiro a la cabeza.