Tu argumento me resulta válido pero si realizas varias matizaciones:
1 - Estás hablando de periodos en los que la inflación tenía 2 dígitos, lo cual, si bien no es imposible (el futuro es incierto), parece difícil que se pueda reproducir en un futuro más o menos próximo.
2 - Estás hablando de un periodo en el que teníamos una moneda que se podía devaluar unilateralmente por el gobierno de turno y que, de hecho, se devaluó varias veces en dicho periodo.
3 - Los tipos de interés de los depósitos en economías de mercado suelen estar correlacionados con la inflación por lo que es previsible que, si la inflación continúa en su tendencia alcista, finalmente sí que se oferten al público depósitos que ofrezcan una rentabilidad razonable que pueda, incluso, batir la inflación.
En cualquier caso, la solución no es nada sencilla...
Yo soy ahorrador por naturaleza (y tú, por la estrategia que indicas, también lo eres da igual que la preservación del patrimonio se busque mediante dinero ahorrado o el mantenimiento de activos, ya sean físicos o financieros), sin embargo, en muchas ocasiones pienso que, me estoy equivocando...
Me refiero a lo siguiente:
En España hay un colectivo, cada vez más grande y más autolegitimado que vive subvencionado con los impuestos que pagamos, fundamentalmente, los contribuyentes que tenemos una nómina (no digo con esto que los empresarios o trabajadores autónomos sean unos defraudadores pero resulta evidente que al que quiera serlo le resulta más fácil que si percibiera una nómina). Esto ocurre mientras no se dejan de emitir mensajes relativos a que el sistema de pensiones está en pre-quiebra y que, por tanto, debemos ahorrar si queremos garantizarnos una jubilación digna... A la vez, el estado no deja de endeudarse a la vez que compromete ingentes cantidades de dinero en nuevas obligaciones autoimpuestas que lastran nuestros servicios públicos porque el buenismo está a la orden del día (en todos los partidos políticos).
Y mi reflexión es la siguiente: el ahorro consiste en renunciar a consumo presente para intentar garantizar un consumo futuro. Pero, ¿qué pasa si en el futuro el gobierno de turno que toque decide que para pagar las pensiones, para pagar los centros de atención a "refugiados", para pagar rentas mínimas de inserción o de lo que sea decide que hay que poner un impuesto al ahorro de, por ejemplo, el 90%? ¿no habría sido mejor no ser hormiga sino cigarra? ¿no sería mejor haber vivido a todo trapo y, posteriormente, en la jubilación ser de los que cobran en lugar de ser de los que pagan?
Pienso en todo esto pero, al final, sigo siendo hormiga a sabiendas de que, quizás, no sería ese el resultado de un pensamiento racional... la solución es esa por otra cuestión más básica: está en mi naturaleza.
Un saludo.