Cuando no hay pasta lo mejor es irse de vacaciones a casa de la suegra, como se ha hecho toda la vida.
La suegra puede aprovecharse de la situación y ponerte a pintar un techo. Pagarás la pensión con creces, pero esa ya es otra historia.
Un banco al modo como lo conocemos no. Pero si reúnes a gente dispuesta a prestar dinero y gente a tomarlo prestado, ya sólo hace falta crear el medio adecuado con un sistema de garantías. El banco ya no hace falta como pasa con la tienda de discos o el quiosco.
Sabemos que algo así ya existe pero falta el sistema de garantías y alguien detrás con cierta credibilidad.
Lo de los jovenzuelos atontados no es de ahora. Las clásicas víctimas de la sobreprotección y el pasotismo de sus padres en lo relativo a su formación.
En cuanto a la banca, creo que ya tiene el problema encima. Pese a que ya han cerrado un buen número de oficinas, paseo por la calle y veo bancos sin empleados y sin clientes. Hace unos pocos años eso no sucedía.
Por otra parte estaban muy acomodados con su negocio de siempre y no les hacía falta innovar gran cosa. A modo de ejemplo: ¿Cómo es posible que una trasferencia tarde un día en llegar a su destinatario. O dos. Y si toca un fin de semana o festivos por el medio pues a saber.
Les sucede como a los fabricantes de automóviles. También estaban muy cómodos con lo suyo. Al punto que a nadie le dio por eliminar los espejos retrovisores y al mismo tiempo los ángulos muertos. Qué fácil, que escasa inversión, qué buen servicio y mejora de la seguridad... Pues nada. Ahora llega Tesla y les entra el tembleque.
Y algunos caerán por el camino. Como ya les ha pasado a otros en otros sectores. Y lo que nos queda por ver.