Una buena forma de mejorar los resultados de una estrategia de inversión consiste en localizar activos, sectores y países que se mueven a la par que aquel o aquellos que hemos detectado que funcionan en un determinado escenario de mercado.
Cuando dos activos se mueven en la misma dirección se dice que están correlacionados o, lo que es lo mismo, que su correlación es positiva. Y viceversa: si cada vez que uno sube baja otro, esos dos están descorrelacionados o su correlación es negativa.
No se hagan ilusiones: detectar las correlaciones no es fácil y, peor todavía, son caprichosas y muchas veces temporales. Tampoco hay reglas científicas al respecto. Como mucho hay tendencias. Por ejemplo, normalmente cuando sube los tipos de interés bajan las bolsas, ¿no? Pues ya ven, este año no es así. En esta ocasión – y no es la primera vez - el mercado norteamericano interpreta que la subida de tipos es un síntoma de salud económica y no un freno al crecimiento. Porque piensa que las expectativas de crecimiento en Norteamérica son muy fuertes. Por las mismas, ya verán como si siguen subiendo la correlación cambiará y pasará a ser negativa. Jugar con las correlaciones no sólo significa buscar activos con correlación positiva, igual que un inversor profesional no sólo apuesta al alza. Por ejemplo, en los últimos 12 meses apostar al alza por la bolsa y ponerse corto en bonos ha sido una máquina de hacer dinero. Es duro, pero en teoría un fondo mixto que hubiera tenido esa visión habría tenido un año estupendo, en lugar del año más bien pobre que han tenido la mayoría.
Incluso un fondo de renta fija habría podido hacerlo razonablemente bien en este entorno, si hubiera reducido a tope la duración de su cartera y hubiera invertido la parte de su patrimonio que se le permite utilizar como cobertura en ponerse corto en bonos.
Ambos habrían aportado argumentos a favor de la cada día menos valorada gestión activa en lugar de dar munición al bando de la gestión indexada. Desgraciadamente puedo asegurarles que son muy pocos los que han hecho algo mínimamente parecido a reducir duración, ponerse cortos o exprimir su capacidad legal de cobertura, limitándose la gran mayoría a aguantar los golpes de la caída del precio de los bonos.
Otra correlación interesante es la que existe actualmente entre las acciones de los bancos y la subida de los tipos de interés. Es totalmente lógica. Si los bancos se quedan sin margen porque los tipos bajan, es lógico pensar que sus márgenes repuntarán cuando suban. El problema es que esto es una realidad en EE.UU., pero en Europa queda mucho tiempo para que los tipos salgan de la zona cero y la economía del crecimiento del uno y pico por ciento. Pero bueno, lo importante es si se lo cree el mercado, y de momento se lo cree, tanto en Europa como – justificadamente – en los EE.UU.
Son algunos ejemplos. Les dejo que sigan Uds. Pero no olviden que tan importante como identificar las correlaciones es detectar cuando dejan de funcionar.
¡Buen fin de semana!