Los accionistas minoritarios de Día no dan por finalizada su batalla contra
Letterone, el fondo de capital ruso que lidera
Mijaíl Fridman, en la
ampliación de capital de 1.028 millones de euros.
El próximo 31 de mayo la junta general de accionista deberá aprobarla, pero
Naturinvest y
Western Gate, los dos principales accionistas minoritarios, no están de acuerdo con las condiciones y
piden elevar el precio de canje.
La aprobación de la ampliación parece inevitable, pero los minoritarios han lanzado un último 'SOS' a la
CNMV para revertir sus condiciones.
Estos minoritarios son conocidos del accionariado de
Dia y del sector de los supermercados. Naturinvest, con una participación del 4,01%, es la
sociedad luxemburguesa de la familia Bontoux Halley, heredera del imperio Carrefour y de la que deshicieron tras la salida a bolsa de los supermercados franceses.
El inversor francés Gregoire Bontoux-Halley lidera la firma. Por su parte, el inversor portugués
Luis Amaral, a través de su 'family office' Western Gate' controla el 2,18% de la sociedad. Pese a que ambos apenas suman el 6% del capital,
desafían la última operación de Fridman por su bajo precio que, denuncian, terminará de diluir el accionariado alzando al fondo ruso como principal accionista, que ya controla el 74,82%.
En concreto, la ampliación de capital prevé 1.208 millones de euros tras la emisión de hasta 51.400 millones de acciones a 0,02 euros por título. Es decir, la relación de canje es de 100 por trece acciones actuales. El capital social de Día está compuesto ahora por 6.678 millones de acciones, con lo que tras la ampliación se verá incrementado notablemente hasta las 58.078 millones y de no acudir a la ampliación, los minoritarios verán diluida su participación casi en un 90%.
Solo la suscripción total les permitiría mantener su peso actual. El porcentaje de derechos de Bontoux pasaría del 4,01% al 0,46% de mantener su número de acciones actual, casi 268 millones. Mantendría el porcentaje adquiriendo 2.329 millones de las nuevas acciones, por un total de 41,2 millones de euros. En el caso de Amaral, su participación se limitaría al 0,25% frente al 2,18 actual. El 'family office' del inversor portugués cuenta con 145,6 millones de títulos de la compañía y debería adquirir 1.266 millones más, por un valor de 22,4 millones de euros, para mantener su posición, según datos recopilados por 'La Información'.
El principal beneficiado siempre resultará LetterOne. El fondo ruso tiene derecho a suscribir el 74,8% de las nueva acciones. De esta manera, canjeará deuda de Dia por el equivalente a 768 millones de euros en acciones, añadiendo 38.457 millones de nuevos títulos. Pero, además, puede ver incrementada su participación si los minoritarios no acuden a la ampliación y Fridman opta por suscribir el resto de acciones emitidas. Si se produjera esta situación, adquiriendo todos los nuevos títulos por 1.028 millones, lograría el 97% del capital. De no suscribirse las acciones de los minoritarios, no se cubrirá el importe que reste, pero Fridman ya habrá incrementado su poder.
Un proceso que se inició en 2017
Con este aumento de poder, Fridman culminará un proceso que comenzó en 2017 cuando comenzó a acumular acciones de Dia a través del banco de inversión Goldman Sachs. En un primer momento se hizo con el 29% del capital, a un precio de adquisición de 4,2 euros. En febrero de 2019, el fondo lanzó una opa sobre el 100% del capital a razón de 0,67 euros por acción, a la que también se opusieron Amaral y Bountoux. Tras su aprobación, logró el 40% del capital adicional de Dia y pasó a controlar el 69% de las acciones.
En paralelo a la opa, Letterone, a través de sociedades filiales, realizó varios préstamos a Dia que acabó canjeando por acciones en la ampliación de otros 605 millones de euros a finales de 2019. Con ello elevó su participación hasta el 74,8% actual su posición, ya que los minoritarios no suscribieron sus acciones. La nueva ampliación supone el capítulo final de Fridman en Dia. Pero, además, logra liberarla de deuda y de los costes fijos que suponen sus intereses. De esta manera, la compañía tendrá más facilidades para ganar dinero, engalanándose para ser rentable y lograr nueva deuda más barata.
La incertidumbre financiera de la compañía se ha visto reflejada en la cotización en bolsa de la compañía. Las acciones de DIA se desplomaron durante varias sesiones tras anunciar los detalles de la operación, un movimiento a la baja que los analistas han vinculado con el precio de dos céntimos establecido, sensiblemente por debajo de lo esperado por el mercado.