El consejero delegado de Grifols, Thomas Glanzmann, ha confirmado que la empresa está trabajando para dar respuesta a los requerimientos de información que el miércoles les envió la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en relación al informe de Gotham City Research, para lo que dispone de un plazo de diez días.
Así lo ha dicho en una llamada con inversores en la que también han participado el director comercial (CCO), Raimon Grifols Roura; el director de operaciones (COO), Víctor Grifols Deu, y el director financiero (CFO), Alfredo Arroyo, así como la directora de relaciones con inversores de Grifols, Nuria Pascual.
En el requerimiento, el supervisor le pide al equipo directivo de la compañía información detallada sobre diversos aspectos de su contabilidad, entre ellos, los vínculos de Grifols con Scranton, la empresa de la familia.
Glanzmann ha explicado que la empresa tiene diez días para responder y ha asegurado que lo hará "ASAP" --por las siglas en inglés de 'as soon as possible', lo más pronto posible--.
Sobre la relación con Scranton, Glanzmann ha explicado que "ha demostrado ser un inversor a largo plazo de Grifols que ha proporcionado apoyo a la expansión internacional" de la empresa.
Ha negado que sea un 'family office' de Grifols y ha señalado que de los 22 inversores de la firma, tres son miembros de la familia Grifols y que cuentan con menos del 20% de la empresa.
Glanzmann ha dicho que Grifols y Scranton han realizado únicamente dos operaciones, "que han sido realizadas a largo plazo" y que no está previsto realizar ninguna otra.
Sobre la compra de Haema y BPC, ha explicado que en 2019 el nivel de apalancamiento de Grifols era "demasiado alto", por lo que Scranton realizó la operación y toda la información de la operación fue hecha pública en su momento.
Preguntado por la posibilidad de que Grifols ejerza la opción de compra de ambas compañías, ha asegurado que no forma parte de los planes de la empresa en la actualidad.
LAS ACUSACIONES DE GOTHAM
Gotham City Research publicó un informe el pasado martes en el acusaba a Grifols de manipular sus ratios de deuda y el resultado bruto de explotación (Ebitda) para reducir artificialmente el apalancamiento, por lo que advierte de que sus acciones serían "no invertibles".
Gotham incide en que Grifols compró Biotest (BPC Plasma) y Haema en 2018 por 261 millones de euros y 220 millones de euros respectivamente, para el 28 de diciembre de ese mismo año y, sólo un día hábil antes de cerrar el año fiscal de Grifols, venderlas a Scranton por el mismo precio.
Grifols justifica este tratamiento contable, consolidando completamente BPC Plasma y Haema en sus estados financieros, aunque posee el 0% de cada una, al poseer una opción para recomprar las operaciones a Scranton y ejercer control total sobre estos dos activos, añade Gotham, para la que "esta transacción de BPC Plasma/Haema podría considerarse una 'tunelización', ya que efectivamente se está transfiriendo valor de la empresa cotizada, a la familia Grifols, a través de Scranton".
Según la firma bajista, Haema y BPC son importantes para Grifols, ya que representan aproximadamente el 40% de las ganancias de la empresa procedentes de participaciones no controladoras, mientras que las ganancias de estas entidades parecen representar más del 100% de las de Scranton, que controla el 8,4% de Grifols.
"Scranton Enterprises desempeña un papel fundamental para presentar a Grifols bajo una mejor luz", sostiene el inversor, para el que el propósito de las transacciones sospechosas sería presentar un apalancamiento de Grifols de múltiplo de seis, mientras que apalancamiento estimado por Gotham rondaría entre las 10 y 13 veces.
Grifols se ha defendido asegurando que todas las operaciones que el informe ponía en duda han sido publicadas en su momento y que han sido auditadas por KPMG y validadas por la CNMV