Crisis en Grifols: el CEO se enfrenta a los consejeros independientes por tumbar la opa
Nacho Abia, el primer ejecutivo de la compañía de hemoderivados, discrepa de la posición del comité de Transacción, que recomendó no aceptar la oferta de Brookfield por baja.
La frustrada Oferta Pública de Adquisición (OPA) de Brookfield Capital Partners sobre Grifols empieza a tener las primeras consecuencias en el seno de la compañía. Además de hundir la cotización, la decisión del fondo canadiense de retirar su propuesta de comprar el 70% del fabricante catalán de hemoderivados ha provocado una grieta entre los consejeros independientes y el consejero delegado,
Nacho Abia, que discrepa del informe de valoración que elaboró el Comité de Transacción para rechazar la OPA. Según fuentes próximas a la operación Abia no estaba de acuerdo con las estimaciones de resultados futuros que proyectaron
Íñigo Sánchez-Asiaín, Montserrat Muñoz Abellana y Anne Catherine Benner para indicar el pasado 19 de noviembre que
los 10,5 euros por acción que ofrecía Grifols "
infravaloraría significativamente las perspectivas fundamentales de la sociedad y su potencial a largo plazo". Dada esa conclusión, el citado Comité de Transacción, creado ex profeso para analizar la OPA en defensa de los minoritarios, recomendó al consejo de administración que no la apoyara. Sin embargo, esas proyecciones
no son compartidas por Nacho Abia, que tomó posesión del cargo de consejero delegado el pasado 2 de abril. Al contrario, el primer ejecutivo de Grifols
estima que estas expectativas estaban hinchadas y no responden a los retos que enfrenta el sector de los hemoderivados, cuyo principal riesgo es la
fabricación de sangre artificial o sintética por parte de competidores, lo que supondría un duro golpe para las compañías que basan su negocio en la extracción y las donaciones humanas. Esa cuestión, vital para medir el
impacto en la cuenta de resultados, ha sido
uno de los temas centrales para Brookfield a la hora de ofrecer 10,5 euros por acción, muy lejos de los 16 a los que cotizaba el grupo catalán en enero cuando el fondo oportunista Gotham publicó un informe que ponía en duda la credibilidad de su solvencia. Pero, sobre todo, por debajo de la valoración, no hecha pública, que había estimado el Comité de Transacción, asesorado por
Goldman Sachs y Morgan Stanley.
Precisamente, los analistas de
Morgan Stanley aseguraron en su último informe publicado en mayo y que envían a sus inversores institucionales que
el precio objetivo de Grifols era de 11 euros, algo más de la mitad del que había calculado a finales de 2022, cuando aseguraba que la multinacional valía 24 euros por título. En el comunicado de renuncia a continuar con la opa,
Brookfield Capital Partners disparó contra el Comité de Transacción dirigido por
Sánchez-Asiaín, un experto en compraventa de empresas como fundador de Portobello, uno de los fondos de capital riesgo más importantes de España. En el escrito enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) enfatizó que "
en las circunstancias actuales no está en posición de continuar con una potencial oferta sobre Grifols", teniendo en cuenta "las reacciones del Comité de la Transacción de Grifols y del Consejo de Administración".
Vencimiento inminente. Otras fuentes aseguran que, pese a que
Brookfield ha estado más de cinco meses haciendo la
due diligence o análisis exhaustivo de las cuentas de la compañía fabricante de plasma sanguíneo, los responsables del fondo
no pudieron reunirse con Nacho Abia, por lo que
no pudieron conocer de primera mano los planes de futuro de la multinacional catalana. Por ello, tuvieron que determinar el precio de la opa sin la información sobre las proyecciones futuras. El informe elaborado por el Comité de Transacción
no se ha hecho público, por lo que no ha comunicado qué precio era el que consideraba como adecuado para recomendar la aceptación de la OPA. La familia, dueña del 30% del capital y socia de Brookfield en la opa, no ha participado en las deliberaciones ni ha tenido tampoco acceso al informe de los consejeros independientes. Además, en febrero
renunció a sus funciones ejecutivas para evitar un conflicto de interés tras las acusaciones de
Gotham. Pero una vez dada por muerta la operación, los Grifols
volverán a convocar al consejo para deliberar sobre el futuro a corto plazo de la compañía, que se enfrenta el próximo año al vencimiento de 1.900 millones de euros.
La deuda global de la empresa sanitaria asciende a cerca de 11.000 millones de euros, que hubieran sido refinanciados si la OPA hubiera prosperado. Al no ser así, los acreedores, entre los que destacan
Deutsche Bank y Santander, se enfrentan a un envite complicado.