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La empresa resultante de la integración controlaría el 34% del mercado por el 32% de BT. Los analistas creen que la española recibirá varios miles de millones de euros de liquidez.
Telefónica confirmó ayer que negocia con Liberty Global, la firma del magnate John Malone, una integración de O2, su filial de telefonía móvil en Reino Unido, con Virgin, la subsidiaria de cable y TV de pago del grupo americano, que daría lugar al líder del mercado de telecomunicaciones británico, con un 34% de los ingresos totales, superando a BT, el líder tradicional, que con sus negocios de fijo y móvil tiene un 32% del mercado, según un informe de Goldman Sachs.
Telefónica confirmó las negociaciones en una comunicación a la CNMV en la que advirtió, sin embargo, de que el acuerdo no estaba aún finalizado, aunque los medios británicos lo consideran bastante avanzado.
La integración, que previsiblemente se produciría en términos de equidad, al 50% en los derechos de voto, formaría un gigante con un valor de empresa (enterprise value), incluida deuda, de unos 27.000 millones de euros, lo que supondría la mayor operación de fusiones y adquisiciones desde que se declaró la pandemia. Además, superaría a la última gran adquisición del sector en el mercado británico: la compra en 2015 del operador móvil Everything Everywhere por parte de BT a cambio de 12.500 millones de libras (15.000 millones de euros).
Complementariedad
El nuevo grupo sería muy complementario. O2 es esencialmente móvil, mientras que Virgin es un grupo de cable similar a Ono o Euskaltel en España. Los analistas calculan unas sinergias millonarias, no sólo por los ahorros de personal o red de tiendas, sino también por las inversiones. O2 debe desplegar una red de 5G y para eso necesita llevar fibra óptica a las antenas, un gran desembolso que la red de transporte de Virgin puede abaratar y acelerar considerablemente.
Además, juntos, serían el único otro grupo británico, junto con BT, capaz de ofrecer paquetes integrados de fijo, banda ancha, TV de pago y móvil, lo que no sólo supondría un duro competidor para BT, sino una dificultad competitiva añadida para el resto de los actores del sector: Vodafone y Hutchison en el móvil y Sky y TalkTalk en la banda ancha.
La creación de la potencial nueva sociedad ha sido bien acogida por los mercados, que el viernes -cuando se publicaron las primeras informaciones- llevaron a Liberty a dispararse un 15% y a los ADR de Telefónica en Nueva York un 6%, ya que los mercados de Europa estaban cerrados. Ayer, Telefónica fue el único valor del Ibex 35 que experimentó subidas y cerró con un aumento del 2,85%, hasta 4,29 euros, cuando el selectivo cayó un 3,60%.
Liquidez para Telefónica
Además, la operación podría proporcionar una importante suma en efectivo para Telefónica por varias vías: una procedente de una compensación por parte de Liberty, ya que, aunque las valoraciones de los dos negocios son similares, la deuda de Virgin es mayor. Otra, de la posibilidad de apalancar la compañía resultante y repartir un dividendo para ambas e incluso una tercera de una posible salida a Bolsa del negocio más adelante.
Así, Bank of America estima que la compañía española podría recibir 7.700 millones de libras (8.700 millones de euros) por dos vías. Por un lado, Liberty le entregaría 3.200 millones de libras para equilibrar las participaciones. Además, sería posible endeudar la nueva Virgin O2 en 9.500 millones de libras, dinero que serviría para pagar un dividendo a sus accionistas a partes iguales. Se trata de una maniobra similar a la realizada por Vodafone y Liberty cuando unieron sus negocios en Holanda. El efecto final sería casi neutro para la ratio de deuda sobre ebitda de Telefónica al bajar solo de 3,2 a 3 veces. Deutsche Bank hace cálculos similares y prevé un ingreso para Telefónica de unos 8.500 millones. Jefferies cree que Telefónica podría obtener 10.400 millones, aunque provocaría una reducción modesta de la deuda, de 3,5 a 3,2 veces ebitda. Hay que tener en cuenta que Telefónica, como contrapeso a los ingresos, vería reducido su ebitda al desconsolidar O2 y tendría que anotarse la mitad de la deuda de la nueva filial británica.
Escrutinio de Bruselas o de Reino Unido para la luz verde
No está claro aún cuál será el organismo de competencia encargado de estudiar la operación. Teóricamente, el responsable directo debería ser la Comisión Europea, es decir, la vicepresidenta de Competencia, Margrethe Vestager, que ya vetó la fusión entre O2 y Hutchison en Reino Unido en 2016. Pero, es más que probable que el expediente concluyese bastante después de que se produzca la salida de Reino Unido de la UE, a finales de año, por lo que previsiblemente la Autoridad de los Mercados y la Competencia (CMA, por sus siglas en inglés) solicitaría que se le trasladase el expediente, como ya hizo, sin éxito, en la fusión O2-Hutchison.
Los reguladores británicos han sido mucho más laxos que los comunitarios en el pasado, autorizando con muy pocas y leves condiciones la fusión de las filiales de Orange y Telekom para crear EE y luego la compra de ésta por BT, en 2014.
Con todo, esta operación debería ser mucho más sencilla de aprobar que la de O2-Hutchison, porque no reduce el número de jugados en los mercados fijo y móvil: seguirán siendo cuatro en cada uno. De hecho, previsiblemente, Vodafone y Hutchison, los otros dos grupos móviles, se verán obligados a aliarse o integrarse con las otras dos telecos de banda ancha fija, Sky y TalkTalk, si no quieren quedarse atrás en la competición.
https://www.expansion.com/empresas/tecnologia/2020/05/05/5eb098bf468aeb165d8b45e0.htmlSalud!